Nos vamos a sentir la caricia del mar, del indómito y bravo Cantábrico, en un paseo que nos llevará a descubrir paisajes extraordinarios y viejas leyendas marineras; nos vamos al cabo de Ogoño. Un impresionante promontorio que se acurruca en la zona oriental de la preciosa ría de Urdaibai, ubicada allí justo donde el río Oka se abraza al Cantábrico. A su vera, la playa de Laga se deja mecer por su fuerza, ofreciendo al caminante una de las más grandiosas vistas de la costa de los vascos. En su vertiente opuesta, el pueblecito marinero de Elantxobe atesora viejas historias de navegantes y pescadores, de gentes curtidas por la fuerza de la mar.

En un lugar tan especial, nuestra mitología dejó su poso arcaico, ancestral, en forma de viejas leyendas de lamias, las hadas de las aguas, pero también, de leyendas más desconocidas que tienen como protagonista, precisamente al mar.

ACCESO: La carretera BI-3238 nos acerca a Elantxobe desde Ibarrangelu.


DISTANCIA: 6 kilómetros


DESNIVEL: 300 metros


DIFICULTAD: Media


Una preciosa ruta lineal nos permite alcanzar fácilmente la cima del cabo, partiendo de la localidad vizcaina de Elantxobe, pudiendo retornar al mismo punto de partida. Pero merece la pena alargar un poquito más nuestro caminar para buscar la magia oceánica y, por qué no, sumergirnos en sus profundidades; qué mejor manera de terminar nuestro paseo que bañándonos en la bellísima playa de Laga. Proponemos para ello un paseo lineal que comenzamos en el propio Elantxobe y terminamos en la citada playa.

Podemos aparcar en la pequeña localidad de Elantxobe; un aparcamiento junto a la entrada del pueblo nos permite estacionar cómodamente y comenzar nuestro caminar. Nos dirigimos hacia el puerto y remontamos la empinada calle principal hasta llegar a una conocida y curiosa rotonda. Debido a la estrechez de la plazoleta, los autobuses no pueden girar, por lo que es la propia glorieta la que gira sobre ella misma.

Desde aquí debemos callejear buscando el cementerio de la localidad. Una vez en el camposanto, junto a su puerta de acceso, una señal nos indica la dirección a seguir por una pista asfaltada. Caminamos por el carretil entre caseríos, hasta llegar a un camino perfectamente señalizado. Vamos ascendiendo poco a poco, disfrutando de las extraordinarias vistas, hasta internarnos en el bosque y llegar hasta una calera junto a la que unas mesas nos invitan a descansar y disfrutar de esta joya etnográfica.

Continuamos caminando hasta llegar a un cruce en el que tomamos a nuestra derecha, nos vamos internando en un precioso encinar que no abandonaremos prácticamente hasta la cima. Nos dejamos guiar por las marcas amarillas y blancas, que nos dirigen hasta la cumbre de Ogoño también conocida como Atxurkulu, de 308 metros de altitud. Las vistas son impresionantes: la costa se recorta quebrada por nuestro litoral, la playa de Laga llama constantemente nuestra atención, las montañas como telón de fondo, un mundo mágico y hermoso que da pena abandonar. 

Retornamos hasta el cruce en que hemos tomado a la derecha, para continuar nuestro paseo visitando la cota de Talaia, que cae a pico sobre la playa de Laga, creando unos salvajes y sobrecogedores acantilados. Desde el cruce, nos dirigimos a nuestra izquierda siguiendo el camino y perdemos un poco de altura para llegar a un collado que separa las cimas de Ogoño y Talaia. La senda nos lleva por terreno rocoso, extremando las precauciones, a la cima, de 276 metros de altitud.

Lehen, el monstruo marino

La pequeña cota rocosa es realmente vertiginosa, igual que sus vistas: Laga, Izaro, el inicio de la ría de Urdaibai y un sinfín de calas, montañas, valles,… que se extienden directamente bajo nuestras botas. Parece que este punto se empleó como lugar de avistamiento de ballenas, lo que podría explicar su nombre, que podría derivar de Atalaia. 

La mar siempre ha sido un elemento que ha inspirado magnetismo y terror por partes iguales. Esto generó una serie de leyendas que nos halan del océano como elemento mítico de primer orden. Posiblemente, uno de los temas más recurrentes sea el de los monstruos que habitan en las inmensidades marinas. La mitología vasca no dejo pasar esto, y creó su propio monstruo marino, se trata de Lehen. Una aterradora serpiente, que en ocasiones se confunde con Herensuge, el dragón mitológico, debido a su parecido. 

Lehen vagaba por estos acantilados y presentaba a la vez un carácter positivo o negativo, como nos cuenta la siguiente leyenda:

“Lehen era una aterradora serpiente, que moraba en el mar, junto a los acantilados. Este ser, parecido a un dragón, señalaba el rumbo a los marineros perdidos. Sin embargo, en ocasiones, los atraía hacia los acantilados, destruyendo sus embarcaciones contra las rocas”.

Retornamos al cementerio de Elantxobe por el camino empleado para la subida. Junto al parking del cementerio, vemos una pista que desciende hacia nuestra derecha; la tomamos para llegar hasta el barrio de Lastarria, donde enlazamos con un camino protegido para el caminante, que va paralelo a la carretera BI-3234. Caminamos unos pocos kilómetros por el asfalto que nos lleva directamente hasta la playa de Laga, punto final de nuestro recorrido.

Dejando que las sinuosas olas del mar acaricien nuestros pies, contemplamos la belleza del cabo de Ogoño; sus acantilados nos susurran que hemos estado allá arriba, disfrutando de su magia, de su energía profunda y telúrica, de la compañía de las lamias.