Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Sydney (Australia) evidenció que la pérdida de placer, como por una comida o por una bonita puesta de sol, puede ser un síntoma precoz de demencia. En concreto, los expertos observaron una atrofia en las áreas frontales y estriatales del cerebro relacionadas con la disminución de la búsqueda de recompensas, en pacientes con demencia frontotemporal (FTD).
En el estudio, los pacientes con FTD, que generalmente afecta a personas de 40 a 65 años, mostraron una disminución dramática desde el inicio previo a la enfermedad, en contraste con los pacientes con enfermedad de Alzheimer, que no mostraron anhedonia clínicamente significativa.
Los resultados apuntan a la importancia de considerar la anhedonia como una característica de presentación principal de FTD, donde los investigadores encontraron impulsores neuronales en áreas que son distintas de la apatía o la depresión. “Gran parte de la experiencia humana está motivada por el impulso de experimentar placer, pero a menudo damos por sentada esta capacidad. Pero considere lo que podría ser perder la capacidad de disfrutar los placeres simples de la vida. Esto tiene graves implicaciones para el bienestar de las personas afectadas por estos trastornos neurodegenerativos”, dijo los expertos, cuyo trabajo fue publicado en la revista Brain.
“Nuestros hallazgos también reflejan el funcionamiento de una compleja red de regiones en el cerebro, que señalan posibles tratamientos”, dijo el profesor Irish, quien también publicó recientemente un artículo en Brain sobre el razonamiento moral en FTD. “Los estudios futuros serán esenciales para abordar el impacto de la anhedonia en las actividades diarias y para informar el desarrollo de intervenciones específicas para mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familias”.