Cuatro comunidades celebran la propuesta energética de Pradales

El único recuerdo positivo que se va a llevar Imanol Pradales de la conferencia de presidentes es que cuatro comunidades han celebrado su propuesta para ampliar la capacidad eléctrica de la industria.Tal y como se temía el lehendakari, la cumbre saltó por los aires en un clima de crispación política y ataques a las lenguas cooficiales por parte del PP, pero al menos pudo poner este asunto en agenda.

Pradales hizo seis propuestas. En primer lugar, el lehendakari apostó por activar la capacidad eléctrica que necesita la industria vasca para reducir su dependencia del petróleo y poner en marcha nuevos proyectos, una propuesta que ya hizo pública en el Parlamento el miércoles. Se ofreció a “asumir la financiación de parte de las inversiones necesarias en la red eléctrica vasca” a través de una encomienda de gestión, para que las instituciones vascas adelanten los trabajos e inversiones y se descuente después ese dinero con un “mecanismo financiero pactado”. Ese mecanismo sería el Cupo energético, es decir, que el dinero que adelante el Gobierno vasco para modernizar la red eléctrica se descuente después del Cupo que paga al Estado por los servicios que presta el Gobierno español en la comunidad autónoma. Pradales recordó que la situación afecta a 117 empresas vascas y más de 75.000 empleos, y que la comunidad autónoma necesita elevar hasta 18.000 megavatios su potencia (6.000 más que en la actualidad). Propone reducir de cinco a dos años los tiempos de planificación de las redes eléctricas en consonancia con la normativa europea; una “discriminación positiva” para los territorios industriales como la CAV; y elevar los límites de inversión en redes eléctricas con un mecanismo urgente como el que se aprobó para la dana en Valencia.

Pradales tuvo la habilidad de no presentar esta propuesta como algo que interese solo a la parte vasca, sino que la extendió a otros territorios industriales. Y la idea tuvo “muy buena acogida en todos los territorios que tienen base industrial”, el Gobierno español también se refirió a este desafío; y Nafarroa, Catalunya, Cantabria y Asturias se mostraron “claramente a favor”. Son tres comunidades socialistas y una del PP, de manera que va más allá de las siglas. “Otras han puesto encima de la mesa la oportunidad de profundizar en esta cuestión. Es un buen paso”, valoró. Hasta ahí pudo leer. Se desconoce qué parte o hasta qué punto las comunidades apoyan esta propuesta, ya que el formato de la conferencia de presidentes da para lo que da, y no hubo votación.

Becas, vivienda, salud...

En materia de educación, Pradales pidió que se respete la competencia vasca sobre las becas universitarias, para extenderlas a las familias que superan el límite de ingresos fijado por el Estado, porque el nivel de vida es diferente. Ofreció datos concretos: en el último curso, se han pedido 20.431 becas, se han concedido 9.619, y se han denegado 10.812, de las cuales 5.908 fueron rechazadas por exceder el límite de renta. “Si se aumentara un 10% el importe de la renta para acceder a la beca, serían 1.600 más. Es decir, el 27,08% de las denegadas por ese motivo”, defendió. Por otro lado, pidió que se respete la competencia para la acreditación de profesorado universitario en un decreto que se está redactando, que aún no se conoce, pero que Pradales comienza a poner en el escaparate para evitar la erosión del autogobierno. 

En materia de infraestructuras, volvió a pedir a Sánchez una compensación por los 240 millones que han tenido que pagar de su bolsillo las diputaciones forales para adecuar los túneles de las carreteras a la directiva europea. El Estado las dejó fuera del reparto de fondos europeos con el argumento de que las carreteras vascas no son de su competencia, pero baraja una compensación vía decreto.

Sobre el tren de alta velocidad, Pradales exigió acelerar las conexiones con Nafarroa y el sur peninsular. Sobre salud, pidió que “se pueda evaluar el euskera como parte de las habilidades comunicativas en la convocatoria MIR”.

Pradales hizo piña con Canarias para exigir al Estado un Plan migratorio Integral y Estructural y dejar atrás los parches puntuales. Entregaron una propuesta de diseño para que se redacte un mapeo de las necesidades y haya iniciativas de integración laboral, y Catalunya lo vio con buenos ojos. También pidió participar de las ayudas del Estado para ampliar la oferta de vivienda asequible en zonas tensionadas, y que se redistribuyan los fondos europeos no ejecutados para rehabilitar pisos.