Es una de las referencias de Compromís en las Corts Valencianas como ya lo fue durante años en el Congreso de los Diputados. Joan Baldoví es un político veterano, afable y siempre correcto que no se corta en decir lo que piensa. Representa a la tercera fuerza en el Parlamento valenciano, por detrás de PP y PSOE, y por delante por muy poco, de Vox. Reclama la dimisión del president Carlos Mazón por su gestión de la dana que costó la vida de 227 personas y culpa al PP y a Feijóo de mantenerle en el cargo gracias a Vox al que le han “permitido imponer toda su agenda de extrema derecha”.  

Siete meses después de la devastadora dana, ¿cuánto se ha recuperado la Comunidad Valenciana y qué queda por hacer?

Se ha recuperado mucho, pero queda mucho por hacer. Por ejemplo, quedan mil ascensores que aún no funcionan, todavía hay gente en algunos pueblos que no han conseguido salir a la calle siete meses después. Queda un 20% del Consorcio de Seguros por cobrar. En algunos negocios necesitan cobrar para poder pagar, necesitan arrancar el negocio ya. 

¿Mala gestión o que las cosas necesitan su tiempo?

La reconstrucción va más lenta de lo que sería deseable, tanto en el ámbito autonómico como en el estatal. Muchos ayuntamientos se quejan de que todo va muy lento y a veces se han sentido muy abandonados sobre todo por la Administración autonómica que es la más cercana y la que tiene que responder en primera instancia y con más celeridad.

Pese a todo lo visto y oído, Mazón sigue como president. ¿Cómo lo explica?

Por el instinto de supervivencia que tiene Mazón, por la indecisión del PP que no sabe cómo gestionar esta patata caliente y por el concurso de la extrema derecha, Vox, que le permite tomar aire a Mazón a cambio de imponer toda su agenda de extrema derecha. Han impuesto su agenda ideológica hasta el punto de que, por ejemplo, dedican alrededor de medio millón de euros a una fundación del toro de lidia, que está radicada en Madrid. Alguien me explicará qué relación tiene esto con la reconstrucción de la dana.

“Nunca he visto a Sánchez tan acechado. La campaña de acoso y derribo está haciendo mella, pero es capaz de hacer cosas que no creeríamos”

Mazón parece que lo fía todo a que le vaya bien la gestión de la reconstrucción, en la confianza de que si es así la ciudadanía valenciana le amnistiará.

Es un deseo vano. Yo voy por la calle y la gente me pregunta por qué no dimite este sinvergüenza. La suya es una huida hacia adelante intentando fiar su supervivencia a que vaya pasando el tiempo y la gente se vaya olvidando. Pero Mazón es un zombi, un cadáver político que se arrastra y que pervive únicamente porque Vox le da aire aprobándole los presupuestos, a cambio de firmar cosas impresentables. El País Valenciano se está convirtiendo en un laboratorio de pruebas de la extrema derecha, con la aceptación del PP. 

Parece que el único que puede mandar a casa a Mazón es Feijóo.

Comprendo que la sustitución de Mazón es difícil porque para ser president de la Generalitat valenciana tienes que ser diputado. Mazón ha hecho dimitir a todos sus consejeros, por tanto tendría que ser un diputado o diputada de a pie. La alcaldesa de Valencia se perfilaba para el puesto, pero parece que ella quiere estar en un segundo plano porque en pedanías de la ciudad de Valencia murieron unas diez personas y el foco que ahora está en Mazón podría girarse hacia ella. Ella parece que no quiere y todo depende de Vox, pero a la extrema derecha ya le va bien porque ha conseguido imponer toda su agenda ideológica, cosa que no hacía cuando estaba en el Gobierno. 

¿Puede estar Feijóo esperando a salir fortalecido del Congreso del PP en julio para tomar una decisión sobre Mazón?

Da la sensación de que ha comenzado la cuenta atrás para la salida de Mazón. Probablemente Feijóo esperará a ese cónclave para reforzarse y tomar una decisión que no quiere tomar: apartar a Mazón. Pero un día u otro la tendrá que tomar porque con Mazón al frente el PP va a sufrir mucho. Es un president que no puede salir a la calle, que tiene que esconderse, que no puede ir a ninguna fiesta popular.

¿Serán los tribunales los que aparten a Mazón?

Yo veo que la jueza que lleva el caso está siendo extremadamente precavida, está tomando decisiones que uno puede no entender, pero que tienen sentido en cuanto a que quiere hacer una instrucción minuciosa para que al final al Tribunal Superior de Justicia valenciano no le quede otra que imputar a Mazón por negligencia gravísima.

En más de una ocasión usted ha criticado el Concierto vasco y el navarro. ¿Por qué los cuestione si ambas tienen anclaje constitucional y son un sistema de riesgo para ambas comunidades?

Sin ningún género de duda, yo estoy absolutamente a favor, repito a favor, del Concierto vasco y el navarro. En nuestra Comunidad llevamos desde el 2009 con un sistema de financiación caducado, que cada año nos hace endeudar mucho. Tenemos una deuda que supone dos presupuestos nuestros. Sin estar en contra del Concierto vasco y el navarro, de alguna manera tenemos que hacernos oír. A algunos pueblos de la periferia nos cuesta mucho hacernos oír y hacernos respetar. Sé que algunas veces no se ha entendido, pero yo siempre he alabado la determinación con la que los diputados vascos luchan por lo suyo. Y yo tengo que luchar por lo mío, y para eso a veces, cuando puedo, tengo que hacer ruido. 

"Estoy a favor del Concierto vasco, pero llevamos años con un sistema de financiación caducado y de alguna manera tenemos que hacernos oír"

La crispación y la gresca campan a sus anchas en el Congreso de los Diputados. Usted fue diputado durante años. ¿Lo echa de menos?

Hay veces que echo en falta el Congreso, pero le puedo asegurar que vivo mejor. A veces, cuando sigo una sesión de control, no puedo dejar de pensar hasta dónde hemos llegado. Pero esto lo impregna todo, porque también pasa en las Cortes valencianas y desgraciadamente comienza a pasar también en muchos ayuntamientos. Hay que poner pie en pared, porque estamos viendo cosas que, los que vivimos la transición, pensábamos que no volveríamos a ver y las estamos viendo, y en mi tierra especialmente. A veces, tengo envidia sana de cómo se recibe a la extrema derecha en algunas localidades vascas, y de que la representación de la extrema derecha allí en Euskadi es mínima, mientras aquí sigue determinando la política valenciana, marcando la agenda política del president. Tengo envidia sana del sistema de financiación vasco y de vuestra respuesta y composición de vuestro parlamento.

Esta confrontación también se está dando en el espacio a la izquierda del PSOE entre Sumar, Podemos e IU, donde también se sitúa Compromís.

Algunos siempre caen en el error de querer ser los más puros, los más radicales y los que como Podemos dan lecciones de izquierda a otros. Compromís existe antes de que vinieran muchos de los que están ahora. Nuestra manera de ser es la que es porque somos un partido de estricta obediencia valenciana, nosotros podemos hacer pactos puntuales con otras izquierdas, pero tenemos claro que somos un partido de estricta obediencia valenciana y eso está por encima de todo.

¿Resistirá Sánchez los embates del PP y Feijóo o será este caiga antes?

A Sánchez lo he visto hacer de todo, su caída y su auge y su resistencia. La campaña de acoso y derribo de la derecha sociológica madrileña y sus medios de comunicación y todo el aparato político de la extrema derecha están haciendo mella en Sánchez. Lo que pasa es que la derecha tiene a un líder, Feijóo, extremadamente inconsistente, que no tiene un rumbo, sin ideas claras. Nunca había visto tanto peligro para un gobierno progresista en Madrid como ahora.

El peligro lo puede tener Sánchez con sus socios de investidura que cada vez protagonizan más deserciones en votaciones clave.

A veces depender de la derecha catalana, con un rumbo incierto y sin saber dónde situarse, provoca situaciones complicadas. A eso se le añade el ansia de algunos como Podemos por querer significar que son la única izquierda, la más pura y que todos los demás somos colaboradores del PSOE. Esto no ayuda pero, de todos modos, no se sacan adelante todas las leyes, pero sí muchas de ellas. Nunca lo había visto tan acechado, pero he visto que es capaz de hacer cosas que muchos no creeríamos. l