Han tenido que pasar prácticamente cuatro meses desde la celebración de las elecciones generales hasta que se ha vislumbrado un Gobierno en el Estado. La misma noche electoral del 23 de julio ya se auguraba que no sería fácil formar ejecutivo después de que la mayoría de las encuestas fallaran, y la suma de los escaños de PP y Vox no dieran la mayoría necesaria a Alberto Núñez Feijóo para gobernar.

 

Enseguida se hizo evidente la incapacidad de llegar a acuerdos del líder del PP con otros grupos parlamentarios dada su dependencia de Vox y el extremismo por el que optaron los populares durante la campaña electoral. Los plazos habituales se alargaron por lo ajustado de los números y porque las elecciones se habían celebrado en pleno verano.

 

17 de agosto: se constituyen las Cortes

Las Cortes se constituyeron mientras los ciudadanos disfrutaban de sus vacaciones. El 17 de agosto dio inicio la XV legislatura. La elección de la composición de la Mesa del Congreso auguraba por dónde irían las futuras alianzas parlamentarias. La candidata del PSOE, Francina Armengol, fue elegida presidenta de la Cámara por mayoría absoluta con los 178 votos de PSOE, Sumar, PNV, ERC, Junts, EH Bildu, Junts y BNG. La constitución de la Mesa del Congreso también dejó claro que los socialistas, si querían reeditar el Gobierno de coalición, deberían cuidar a sus socios porque a cambio de la elección de Armengol, el PSOE accedió a impulsar el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso.

 

La reforma de Reglamento se llevó a cabo en un tiempo récord, y los diputados ya pudieron utilizar sus lenguas en el pleno de investidura de Alberto Nuñez Feijóo porque a pesar de que no le daban los números, el líder popular se empeñó en escenificar en el Congreso la victoria numérica del PP en las elecciones generales.

 

26 y 27 de septiembre: investidura fallida de Feijóo

Felipe VI le pidió a Núñez Feijóo intentar formar Gobierno y la presidenta del Congreso convocó el pleno de investidura el 26 y el 27 de septiembre. El líder del PP intentó lograr por todos los medios el apoyo del PNV, pero los jeltzales se negaron en rotundo porque en la ecuación entraba Vox y por la deriva de los populares en los últimos tiempos. El líder del PP reconoció que su formación había mantenido contactos con Junts, pero aun así centró su intervención en criticar la cesión de Pedro Sánchez ante las formaciones catalanas y en denostar la Ley de Amnistía.

 

Muchos criticaron que el discurso de Alberto Núñez Feijóo por parecerse más al de un promotor de una moción de censura que al de un aspirante a formar gobierno. El popular intentó vender su fracaso en la investidura como una renuncia por no querer apoyarse en los votos de Junts. "Tengo a mi alcance los votos para ser presidente, pero no pagaré el precio que me piden", dijo durante su primera intervención.

 

Pero el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, rebatió su argumento al recordarle que nunca había contado con los votos de los jeltzales, necesarios en cualquier ecuación. El presidente de los populares fue especialmente beligerante con los jeltzales a los que acusó de ceder ante los socialistas. Tampoco gustó a Feijóo la decisión de Pedro Sánchez de no subir a la tribuna para responderle, cediendo su turno al diputado socialista, Oscar Puente. La investidura de Feijóo se convirtió en la cuarta fallido en los últimos siete años.

 

3 de octubre: Sánchez recibe el encargo de formar gobierno

A partir de entonces se puso en marcha la maquinaria negociadora del PSOE. A lo largo del verano habían mantenido contactos con otras formaciones políticas, pero fue a partir del 3 de octubre, cuando Felipe VI le encarga formar gobierno a Pedro Sánchez cuando los contactos se hacen oficiales y públicos.

 

6 de octubre: Sánchez reconoce que negocia la amnistía

Llega el turno del líder del PSOE que se centra en lograr el apoyo de las formaciones catalanas. Durante los últimos meses la palabra amnistía había sido un tabú para los dirigentes socialistas, pero Pedro Sánchez la pronuncia el 6 de octubre justificándola en la necesidad de pasar página de las consecuencias judiciales del procés.

 

24 de octubre: acuerdo para reeditar el gobierno de coalición

El PSOE estaba inmersa en la negociación, pero todavía hay una asignatura pendiente: el acuerdo con Sumar para formar un gobierno de coalición. El pacto se hace público el 24 de octubre cuando los líderes de ambas formaciones lo sellan con un apretón de manos. El acuerdo programático recoge como medida estrella la reducción de la jornada laboral, pero también contempla la prórroga de los impuestos a las energéticas y a la banca, o la subida del SMI.

 

2 de noviembre: acuerdo entre ERC y PSOE

ERC es la primera fuerza catalana que llega a un acuerdo con los socialistas.  Ambas formaciones escenifican el acuerdo el 2 de noviembre tras pactar la ley de Amnistía, el traspaso de Cercanías y la condonación de 15.000 millones de deuda del Fondo de Liquidez Autonómico.

 

9 de noviembre: se cierra el pacto entre Junts y PSOE

Aunque el pacto con Junts se da por hecho después de que el número tres del PSOE, Santos Cerdán, se haya fotografiado con Carles Puigdemont accediendo a su deseo de reconocerle como interlocutor válido, el expresident no quiere compartir a foto con ERC y alarga la espera. Durante cinco días los contactos se suceden en Bruselas. Los equipos negociadores intercambian documentos e intentan blindar la ley de Amnistía ante el previsible aluvión de recursos ante el Constitucional.  

 

El acuerdo llega el 9 de noviembre. Junts y el PSOE pactan una ley de Amnistía que finalmente no contempla el ‘lawfare’ pero que logrará que los diputados de la formación catalana apoyen la investidura de Sánchez, que queda a merced de los votos del PNV, única formación que todavía no ha confirmado su apoyo, una vez que se sabe que el representante de Coalición Canaria también respaldará al socialista.

 

10 de noviembre: Pedro Sánchez y Andoni Ortuzar firman un acuerdo

Un día después, el viernes 10 de noviembre, el PNV y el PSOE anuncian que se ha formado un acuerdo por el que los socialistas se comprometen a cumplir en un plazo de dos años todas las transferencias pendiente y a cumplir el Estatuto de Gernika. Además, las relaciones bilaterales se abordarán en una comisión de seguimiento que reunirá cada seis meses a Pedro Sánchez y al lehendakari. Los socialistas también fomentarán la aprobación de un nuevo estatuto y ceden a otras aspiraciones históricas como la prevalencia de los convenios vascos.  La rúbrica se escenifica ese mismo días entre el presidente del Euskadi Buru Batzar del PNV, Andoni Orturzar, y Pedro Sánchez que hasta ese momento había delegado en otros dirigentes socialistas la firma del acuerdo con otras formaciones.

 

Movilizaciones contra la amnistía

Durante el último mes de negociaciones las formaciones políticas han tenido que superar la presión impulsada por iniciativas del PP y Vox contra la amnistía en la calle, algunas de ellas incluso violentas como los altercados que se han producido en las concentraciones alentadas desde Vox ante la sede del socialistas en Ferraz, pero que al PP le costó condenar de forma clara varias jornadas.

 

Interferencia de la justicia

También ha existido presión desde la justicia como la declaración institucional aprobada con los votos de la mayoría conservadora del CGPJ en contra de la Ley de Amnistía, o la imputación por terrorismo de Carles Puigdemont y Marta Rovira en el marco de la causa abierta por el caso Tsunami Democratic que el juez de instrucción de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, impulsó en plena negociación.

 Casi cuatro meses después y si se cumplen las previsiones, Pedro Sánchez logrará ser investido de nuevo presidente español por mayoría absoluta el próximo jueves, 16 de noviembre.