El PNV es consciente de que los últimos resultados electorales no son buenos, y este sábado ha querido aclarar que está trabajando para ponerle remedio con un ejercicio de autocrítica que se va a traducir en “corregir errores e innovar en la gestión”, con cambios en el discurso y las políticas públicas. Tras haberse dejado 80.000 votos en las elecciones municipales y forales y haber quedado en segunda plaza en las generales con 100.000 papeletas menos que hace cuatro años, a tan solo mil votos de distancia con EH Bildu, Andoni Ortuzar ha lanzado un mensaje de recomposición interna, de capacidad de respuesta, pero sin dramatismo, en el tradicional acto anual por el aniversario de la fundación del PNV, del que se cumplen 128 años. Ya antes de estos resultados, el PNV había activado el proceso de escucha activa Entzunez Eraiki, que era su apuesta para poner el termómetro a la sociedad y adaptarse a la avalancha de cambios tras la pandemia, pero el ciclo electoral posterior lo dejó sin margen para profundizar o aplicar las conclusiones.

Justo antes del parón vacacional y en un momento en el que puede cundir la preocupación interna, Ortuzar ha realizado un diagnóstico de la situación, que parte de la premisa principal de que la sociedad es más individualista y demandante con la calidad de los servicios públicos; y ha prometido medidas en puertas de un ciclo importante. Este ciclo está marcado por las elecciones autonómicas y europeas del año que viene, y la Asamblea General y la renovación de la Ejecutiva también en 2024, eso sin contar con una hipótesis que nadie desea, que se repitan este año las elecciones generales si se produjera un bloqueo político en la investidura.

El presidente del EBB no ha ocultado que el PNV está “sufriendo” en este contexto complejo, pero ha querido aportar cierta perspectiva al debate para recordar que, aun así, el partido de Sabin Etxea es decisivo para la investidura del próximo presidente español, acaba de copar portadas por haber dinamitado las opciones de Alberto Núñez Feijóo, ha atravesado por situaciones mucho peores como el exilio y, a su juicio, “sigue de pie y con fuerza para seguir siendo el guía de este pueblo hacia su libertad”.

Diagnóstico: más individualismo y peticiones a la Administración

En un acto en los jardines de Albia de Bilbao, y tras un aurresku de honor y una ofrenda floral ante la estatua del fundador del PNV, Sabino Arana, Ortuzar ha pronunciado un discurso que ha escuchado atentamente una amplia representación institucional de los jeltzales, empezando por el lehendakari Urkullu. Ortuzar se ha referido al clima político "complejo y enrarecido”, donde el PNV “está sufriendo”, y ha realizado estas reflexiones tras una Asamblea Nacional Extraordinaria celebrada este mismo sábado. Se ha referido, en cualquier caso, a un fenómeno que es “global” y que ha llegado también a Euskadi. Cree que la pandemia ha acelerado los cambios sociales, que ha impulsado los populismos y que hay “mucha demanda construida sobre el yo, sobre lo mío, pasando a segundo plano el nosotros y lo nuestro”, una “primacía de la individualidad sobre la comunidad”.

De entrada, este análisis no parece muy favorable para un partido nacionalista o con un sentimiento de pertenencia y colectividad, y menos aún si gestiona las principales instituciones, algo que no le ha sucedido a EH Bildu. Ortuzar ha dibujado un panorama con “peticiones ilimitadas a las administraciones”, con personas que “se consideran más clientes que ciudadanos”, y una “inmediatez comunicativa con poco respeto a la verdad”. A nivel interno, el PNV pone en valor las medidas anticrisis del Gobierno vasco y el resto de instituciones, pero admite que no ha comunicado empatía, humildad o cercanía a determinados colectivos especialmente azotados por la situación. Después de las municipales y forales, ya anticipó que el clima de conflictividad en determinados ámbitos lo había perjudicado también.

Ortuzar ha criticado a quienes solucionan los conflictos “solo con hablar”, mientras que el PNV debe tomar decisiones. “Pero de quienes se limitan a hablar, no se puede esperar mucho”, ha lanzado.

Cambios en discursos y políticas para los cambios sociales

Tras asegurar que el PNV ha superado situaciones peores, lanzó un mensaje de recomposición: “Que nadie dude de que el PNV sigue aquí, de pie y con fuerza para seguir siendo el guía de este pueblo hacia su libertad. También debemos ser capaces, desde la humildad y con toda la autocrítica necesaria, de corregir errores, superar inercias y mejorar e innovar en nuestra forma de gestionar y de relacionarnos con la poliédrica sociedad que tenemos. Eso nos va a exigir un ejercicio permanente de escucha activa a la ciudadanía vasca”. Apeló a las personas jóvenes.

Reconoció que “los cambios sociales deben venir acompañados de cambios en los discursos y en las políticas públicas”. Este proceso de “reconexión” con la parte de la sociedad que ha dado un toque de atención al PNV tendrá que producirse, además, en plena toma de decisiones en Madrid o Bruselas.

Se mantiene la influencia

Ortuzar ha intentado que no cunda el desánimo exponiendo los dos lados de la moneda, también la cara y no solo la cruz. Frente a las voces que presentaban a un PNV herido de gravedad por el voto útil hacia el PSE en las elecciones generales, ha puesto en valor que, 24 horas después, los jeltzales eran portada por su portazo a Feijóo y “protagonistas del auténtico voto útil para parar un gobierno de la derecha y la extrema derecha”.

Y no tengáis la más mínima duda de que, igual que ha sido el PNV el que ha frenado en seco un gobierno involucionista, también será el PNV quien garantizará la defensa de lo vasco y de los intereses de la ciudadanía de Euskadi ante el próximo Gobierno español. Esto no va solo de rankings de votos. Va, sobre todo, de tener las cosas claras y la capacidad de influencia real en cada lugar e institución. Y hoy, la coherencia política y los resortes para influir están en manos del supuestamente en declive PNV, pese a quien pese”, ha dicho.

Elecciones, Asamblea General...

Ortuzar ha invocado los lemas Euskadik behar zaitu y Batasuna ta indarra para hacer piña y afrontar un ciclo clave. En dos años, se celebrarán los 130 años del PNV, pudiera suceder que este año se repitieran las generales, el año que viene serán las autonómicas y europeas, y poco después se convocará una Asamblea General para “la puesta a punto del partido que hacemos cada cuatro años y elegir a quienes dirigirán los máximos órganos”. No se ha avanzado nada a este respecto, más allá de que Ortuzar ha confirmado a la revista Hermes, de la Fundación Sabino Arana, que si de él dependiera, dejaría el cargo para mover banquillo.

“Estamos bien, estamos fuertes y con ganas”, ha alentado, para despedirse con la habitual convocatoria de apertura del curso político a la vuelta del verano, esta vez el día 1 de septiembre, en Zarautz. El día 24 de septiembre tendrá lugar el Alderdi Eguna.