Se acerca el examen final para los últimos Presupuestos de la legislatura de Pedro Sánchez. Las Cuentas del Gobierno español se aproximan a la votación definitiva. Este martes ha comenzado en la comisión del Congreso de los Diputados el debate de las enmiendas parciales presentadas por los grupos, unas sesiones que se extenderán hasta este jueves. En las próximas horas se producirán las primeras votaciones y se verá qué enmiendas logran ser incorporadas al proyecto, al margen de las que ya lograron amarrar la semana pasada grupos como el PNV, que se ha destacado por encajar de saque el 70% de sus propuestas. Pero será la semana que viene cuando se produzca el debate del proyecto en el pleno, donde la caída de cualquier sección provocaría la caída de todo el proyecto en su conjunto.
En sentido estricto, el PNV no tiene un acuerdo cerrado con el Gobierno de Pedro Sánchez. Por lo tanto, nada le compromete a votar a favor de los Presupuestos. Pero, a estas alturas, resulta evidente que el PNV está muy satisfecho con la marcha de las conversaciones. El grupo de Aitor Esteban ha comenzado con fuerza la negociación presupuestaria arrancando dos acuerdos políticos (la renovación de la Ley del Cupo y la oficialidad de las selecciones vascas de pelota y surf) y 70 millones en inversiones, donde destacan el impulso al Guggenheim Urdaibai, la depuradora EDAR Loiola o las obras para evitar inundaciones en el Zadorra. Este balance supera el conseguido en años anteriores en estas primeras fases de la tramitación, lo que marca una diferencia considerable. A todo ello se le suma que la negociación sigue y hay expectativas de que tenga resultados en algunas inversiones económicas. Por lo tanto, las fuentes del PNV en el Congreso consultadas por este periódico se decantan por ir votando a favor de las secciones presupuestarias para evitar que caigan las Cuentas, y para dar margen de este modo a que el diálogo con el Gobierno español continúe, con la aspiración de arañar unas cuantas inversiones más que están formando parte de las conversaciones en las últimas horas. Comenzarán votando a favor, mientras aspiran a rascar más enmiendas.
En este punto, entra en juego un matiz. Lo que hará el PNV será no provocar la caída de ninguna sección porque supondría tumbar los Presupuestos. Pero carecer de un acuerdo cerrado implica dejar cabos sueltos: el PNV no tiene por qué votar siempre lo mismo que el Gobierno español ante las enmiendas de otros partidos, o renunciar a sacar adelante sus propias propuestas con el apoyo de otros partidos y contra el criterio del PSOE. Este podría ser el caso de las ayudas para los campos de refugiados saharauis.
Acuerdos pendientes
Como suele ser habitual, el PNV solo utilizó un turno de intervención en el debate en comisión que arrancó este martes y repitió por boca de Idoia Sagastizabal que los jeltzales quieren que haya estabilidad y Presupuestos, y que mantienen viva la defensa de varias de sus enmiendas. Otras de sus propuestas fueron vetadas hace días por afectar a los ingresos, pero podrían ver la luz. No será ahora en los Presupuestos ni como enmienda jeltzale, sino que el PNV asume ya que el Gobierno español presentará la medida como una decisión de su propia cosecha y por propia iniciativa: el descuento del 30% para el uso del transporte público autonómico. “Seguro que lo vemos en algún otro decreto”, anticipó Sagastizabal.
El PNV ya dijo hace días que el Gobierno español tenía intención de prorrogar las ayudas al transporte estatal, y avisó de que sería incomprensible que no hiciera lo mismo con el autonómico. Este martes, tras el Consejo de Ministros, la vicepresidenta Calviño admitió que han decidido extender al próximo ejercicio “el transporte público gratuito, una medida estrella que alivia a los estudiantes y autónomos, y ayuda a la transición verde”, aunque no concretó qué pasaría con el autonómico. El PNV parece asumir ya que se aprobará vía decreto y que Sánchez no dejará que el grupo jeltzale pueda vender ese logro. Este asunto era clave para los jeltzales y le dará la bienvenida, sea por decreto o de otro modo. Hay otras cuestiones en cartera, como el incremento del precio de los contratos públicos para poder subir los salarios en respuesta a la inflación.
¿Aprobación garantizada?
Antes de que comenzara este martes el debate en comisión, solo Coalición Canaria había anunciado un acuerdo con el Gobierno español, aunque algunas informaciones habían dado por hecho que hay otro pacto con el PNV que no existe como tal, y que los Presupuestos ya reunían de esa forma una mayoría absoluta suficiente para pasar el trámite en comisión. Este mismo martes, Moncloa ha pactado enmiendas con Más País.
Sí es evidente que Sánchez está mimando a los socios, también a ERC, con quien negocia la reforma del delito de sedición para poner fin a la judicialización de las diferencias políticas con los soberanistas catalanes. ERC, como suele suceder en el trámite en comisión, solo tomó la palabra con una intervención relámpago de unos segundos para dar por defendidas sus enmiendas y no entrar en detalles a la espera de que la negociación culmine.
Desde EH Bildu, Oskar Matute apostó por “ensanchar derechos” en una negociación que, por ahora, se ha saldado sin anuncios por parte de la coalición abertzale. Desde Junts, Míriam Nogueras volvió a quejarse de las enmiendas vetadas en la primera criba técnica del Ministerio de Hacienda, y lamentó el escaso nivel de ejecución de las inversiones.
Desde el PSOE, la diputada Montse Mínguez tomó la palabra en el debate de los títulos I y II, el único punto en el que intervinieron todos los partidos territoriales, pero no entró a abordar sus enmiendas o a responder a sus reivindicaciones. Se limitó a cargar contra la oposición del PP, a acusarlo de ser un “cenizo” y a defender que Pedro Sánchez está marcando la senda de las políticas de la Unión Europea en materia energética. Desde el PP, Victor Píriz defendió la avalancha de 2.000 enmiendas de su grupo y no dejó un solo resquicio para el entendimiento, al asegurar que estos Presupuestos se han redactado siguiendo al pie de la letra el “manual sanchista” del presidente español. El ascenso de Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del PP no está propiciando de momento ningún cambio.