- El PP traspasará hoy una línea roja con la investidura en Castilla y León de Alfonso Fernández Mañueco, al oficializar la llegada de la extrema derecha por primera vez a un Gobierno. Y es que Vox estará en el nuevo Ejecutivo de Mañueco y gestionará tres consejerías: Empleo e Industria, Agricultura y Cultura y Turismo, así como una vicepresidencia para su líder regional, Juan García-Gallardo. Se fija así un precedente alarmante e inédito entre los conservadores europeos, que siempre han mantenido un cordón sanitario hacia las formaciones ultras, bloqueando su acceso a ejecutivos e instituciones.

Sin embargo, en Génova no han tenido reparo alguno en pactar con Vox desde la fuerte irrupción de los de Santiago Abascal en Andalucía en 2018, que fue clave para que los populares arrebataran el Gobierno regional al PSOE. Desde entonces, la dinámica se ha repetido y el PP ha seguido firmando acuerdos de legislatura con la ultraderecha en autonomías como Madrid o Murcia, y en ayuntamientos como el madrileño. Ni siquiera la llegada del supuestamente moderado Alberto Núñez Feijóo ha cambiado esta dinámica y ahora incluso se da un paso más al introducir a Vox en el gabinete de Castilla y León.

Este primer pacto de Gobierno de coalición entre PP y Vox hará que hoy Mañueco revalide su cargo como presidente autonómico tres meses y medio después de que rompiese con Ciudadanos y anunciase elecciones anticipadas, en una jugada que no resultó tal y como los populares esperaban y que aceleró en parte la salida de Génova de Pablo Casado.

Así, los resultados de esos comicios obligaron al PP a abrir la puerta del Ejecutivo castellano leonés a la extrema derecha, en unas negociaciones que no han sido fáciles y que se analizan en clave estatal para ver cómo funciona este primer enlace entre ambas formaciones y si puede sentar un precedente para futuras formaciones de Gobierno, e incluso para llegar a Moncloa si los números les dieran tras las elecciones generales previstas en principio para finales del año que viene.

Después de las arduas semanas de negociaciones, ambas formaciones sellaron un acuerdo de legislatura en torno a “11 ejes y 32 acciones” que otorgaba la presidencia del Parlamento autonómico a los de Santiago Abascal, además de las tres consejerías y la vicepresidencia de la Junta, que recaerá en manos de García-Gallardo, quien se ha quedado finalmente sin cartera, aunque sí con diversas atribuciones.

De este modo, la ecuación de los 31 procuradores del Grupo Parlamentario Popular y los 13 del de Vox arroja 44 escaños que otorgarán la presidencia de la comunidad al popular Alfonso Fernández Mañueco, mientras que el resto del arco parlamentario -PSOE (28), UPL (3), Soria ¡YA! (3), Unidas Podemos (1), Ciudadanos (1) y Por Ávila (1)- se opondrá salvo sorpresa.

Entre los ausentes a esta sesión de investidura estará el nuevo presidente de los populares, Alberto Núñez Feijóo, que ha excusado su asistencia debido a la reunión del comité de dirección en Génova, pero que se interpreta como un intento de marcar distancia con este acuerdo de Gobierno con Vox del que el nuevo líder del PP no ha sido el principal muñidor, aunque sí ha dado el visto bueno para que se materializara.

Tampoco está confirmada la presencia hoy en la investidura del líder estatal de Vox, Santiago Abascal, ya que no será hasta pasado el 19 de abril cuando sus tres consejeros, los primeros cargos en un Ejecutivo de la formación ultra, tomen posesión de sus carteras.

Una de las mayores polémicas del acuerdo suscrito entre el PP y Vox ha sido el uso del término “violencia intrafamiliar” en todo lo relativo a las políticas contra la violencia machista. Esta exigencia de la ultraderecha, aceptada por el PP, ha suscitado las críticas de todo el arco parlamentario.

Ayer mismo, desde las filas socialistas cargaron contra los populares por plegarse a la extrema derecha al integrarla en un Gobierno y asumir su terminología. “No se llama violencia intrafamiliar, se llama violencia de género, y no nos matan por ser mujeres que estamos en familias, nos matan por ser mujeres”, expresó la portavoz del PSOE en el Senado, Eva Granados, que reclamó asimismo a Feijóo que evite gobernar con Vox para “no ceder al chantaje de la ultraderecha”.

“No se llama violencia intrafamiliar sino violencia de género: nos matan por ser mujeres”

Portavoz del PSOE en el Senado