El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se ha reunido este jueves en el Palacio Real de Rabat con el rey Mohamed VI de Marruecos. El encuentro pretende simbolizar el cierre definitivo de la crisis diplomática entre sus dos países tras el aval del Estado a la propuesta de autonomía marroquí para el Sahara Occidental.
Sánchez fue recibido en el Palacio Real por los servicios de protocolo marroquíes y accedió a la sala en la que le esperaba ya el monarca alauí.Ambos se saludaron estrechando sus manos y mantuvieron una breve conversación, tras la que tomaron asiento acompañados por varios representantes de sus respectivos gobiernos.
Nada más empezar la conversación, el presidente del Gobierno español trasladó a Mohamed VI un saludo del rey Felipe VI y sus deseos de paz y felicidad. El monarca alauí agradeció el gesto y comentó con el jefe del Ejecutivo que hacía tiempo que no se veían, a lo que Sánchez contestó que la pandemia de coronavirus ha afectado a los desplazamientos.
El avión de la Fuerza Aérea Española en el que se desplazó Sánchez desde Madrid acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, aterrizó en el aeropuerto de Rabat poco antes de las 16.15, hora local.
Allí le esperaban su homólogo marroquí, Aziz Ajanuch, y el jefe de la diplomacia de este país, Naser Burita.
También estaba la embajadora de Marruecos en Madrid, Karima Benyaich, quien regresó a su puesto el pasado 20 de marzo tras abandonarlo hace un año por la decisión de España de acoger al líder del Frente Polisario, Brahim Gali, para ser tratado en un centro hospitalario.
Mohamed VI invitó a Sánchez no sólo a la reunión en su palacio, sino también a que le acompañe en el "iftar" de esta jornada, el momento en el que se rompe el ayuno con motivo del ramadán.
Un gesto de especial simbolismo y de amistad para certificar la normalización de las relaciones bilaterales.
La agenda de Sánchez en Marruecos se limitará a su encuentro con el monarca alauí, y aunque pernoctará en Rabat, el viernes no tiene previsto ninguno más pese a que Albares anunció esta semana que los habría y que se estaban concretando.
Fuentes del Ejecutivo han subrayado a Efe que se ha querido poner finalmente todo el foco de la visita en la reunión con Mohamed VI por la gran relevancia que tiene.
Considera que escenificará no sólo la normalización de la relación bilateral, sino el inicio de una etapa histórica entre los dos países con hechos concretos que lo irán evidenciando.
El paso definitivo para dejar atrás las diferencias fue la carta enviada por Sánchez a Mohamed VI en la que consideraba la propuesta de autonomía presentada en 2007 por Marruecos ante el conflicto del Sahara Occidental como la base "más seria, creíble y realista" para resolverlo.
De forma reiterada ha negado el Gobierno que eso suponga un cambio de posición sobre el Sahara porque sigue defendiendo un acuerdo entre las partes en el seno de Naciones Unidas, pero tanto su socio, Unidas Podemos, como sus aliados parlamentarios y los partidos de la oposición han criticado ese giro ya sea por el fondo o por las formas.