- El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha iniciado una nueva era en el PP y en su propia vida política con el salto a la arena estatal. Pero también ha activado en paralelo la cuenta atrás para su sucesión, que los populares gallegos deberán afrontar en una doble vertiente: la institucional y la orgánica. La delegación gallega, compuesta por medio millar de afiliados y simpatizantes, se hizo notar en el congreso entonando A Rianxeira. Feijóo se fundió en un abrazo con el vicepresidente primero de la Xunta, Alfonso Rueda, el mejor situado en las quinielas para convertirse en su relevo.

En paralelo, Feijóo medita cómo articulará su oposición a Pedro Sánchez y desde qué plaza. La opción de forzar la renuncia de uno de los dos senadores gallegos -Elena Muñoz y Juan Serrano- está sobre la mesa, ya que le permitiría entrar en las Cortes y presidir el grupo de los populares.

Elija la vía que sea, prevé activar el relevo en el Ejecutivo autonómico a partir de la primera semana de abril, lo que implica que dimita y que ponga en marcha los trámites que, de acuerdo con los plazos parlamentarios, podrían concluir con un nuevo presidente gallego en mayo.

Feijóo, que aún es presidente de la Xunta de Galicia, no puede en esta legislatura ocupar un escaño en el Congreso al no tener acta, por lo que la única forma para ser parlamentario en las Cortes Generales sería a través del Senado, en el caso de que el Parlamento gallego lo nombrara senador por designación autonómica. Esto le abriría la posibilidad de debatir con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al menos una vez al mes, que es cuando está obligado a comparecer el jefe del Ejecutivo ante la Cámara Alta. Según han informado fuentes de su equipo, Feijóo mantiene esta puerta abierta a desembarcar en el Senado, aunque insisten en que es algo que tiene que meditar. Es más, señalan que no descartan esta posibilidad, si bien aseguran que creen que no sea imprescindible acudir a esta Cámara Alta para poder hacer oposición al Gobierno español.

El jefe de la oposición tendrá su bautismo de fuego este mismo mes con su primera decisión política clave: el sentido del voto del Grupo Popular en la convalidación en el Pleno del Congreso del real decreto ley de medidas para afrontar la escalada de precios. Por lo pronto, Feijóo ya ha avisado a Sánchez de que debe “rectificar, modificar o enmendar” su plan, descontento por no haber reflejado una bajada generalizada de impuestos, como pareció prometer en la Conferencia de Presidentes. Sin embargo, el jefe del Ejecutivo español tiene esperanzas de que el PP apoye ese decreto.

Precisamente una de las principales incógnitas es su relación con Sánchez, quien ya lo llamó ayer para reunirse la próxima semana. Con Casado, solo hubo pactos para renovar el Tribunal Constitucional, el de Cuentas y RTVE. El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) lleva más de tres años con su mandato caducado. En cuanto a la relación con Vox, sigue manteniendo su muleta en Madrid y Murcia, y está pendiente la investidura del popular Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León, con Vox en el Gobierno. ¿Acudirá Feijóo?

Feijóo. El barón gallego logró ayer un respaldo abrumador en el segundo cónclave que se celebra por primarias, tras el que aupó a Casado frente a Soraya Sáenz de Santamaría. Entonces, Casado ganó a Sáenz de Santamaría al lograr 1.701 votos (57,2%), 451 más que la exvicepresidenta. El censo en Sevilla de compromisarios con derecho a voto ascendía a 3.111. Se emitieron 2.670 votos y fueron válidos 2.663 (tras siete nulos y 44 en blanco). La candidatura recibió 2.619 votos, el 98,35% de los sufragios.