- Al Partido Popular europeo no le ha hecho ni pizca de gracia que su homónimo español haya hincado la rodilla ante Vox. Su jefe, Donal Tusk, a la postre expresidente del Consejo Europeo, calificó esta alianza de “capitulación” y, en lo personal, “una triste sorpresa”. Al término de una cumbre de líderes del PPE en París, señaló que confía en que sea “solo un incidente o una accidente y no una tendencia en la política española”. Es más, desveló que en la cita a puerta cerrada, el líder saliente del PP, Pablo Casado, les trasladó, a modo de testamento político, que durante su mandato en Génova él había evitado los gobiernos de coalición con la extrema derecha. El todavía presidente del PP evitó realizar declaraciones ante la prensa. “Pablo Casado, nuestro colega”, precisó Tusk, “era una garantía personal a la hora de asegurar que el PP estaba en el centroderecha y de evitar estos coqueteos con los radicales, con movimientos de extrema derecha como Vox”.

A este malestar se agarró Pedro Sánchez a la hora de referirse al consenso entre PP y Vox. “Me hago eco de lo que ya ha dicho el Partido Popular europeo”, indicó sobre lo que entiende como “una pésima noticia para la democracia española y para el PP. Esta decisión la van a pagar caro en términos políticos porque mucha gente, incluso votantes suyos, no va a entender que abran la puerta por primera vez en nuestro país a un Gobierno con la ultraderecha”. “El pacto de la vergüenza”, en opinión del PSOE de Castilla y León y de su líder, Luis Tudanca. Por su parte, la ministra portavoz del Ejecutivo español, Isabel Rodríguez, culpó al presidente de la Xunta: “40 años después la extrema derecha vuelve a los gobiernos de la mano de Feijóo”. “Nos vendían un nuevo PP, pero no”, reprochó. Nada que ver con la postura del eurodiputado del PP, Esteban González Pons, que dirige la transición hasta el congreso de su formación: “Parece que Vox es la excusa que el PSOE necesita para poder seguir haciendo política de extrema izquierda”.

El malestar llegó también a las filas del PNV. El presidente del EBB, Andoni Ortuzar, definió este paso como un “gravísimo error” del PP porque “legitima a un partido antisistema y antidemocrático”. “Y además le da áreas de poder y responsabilidad que le van a posibilitar hacer políticas regresivas y autoritarias”, criticó el jeltzale, para quien es “un día nefasto para la democracia” y “un pésimo inicio del supuesto nuevo PP”. Igualmente, el portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, cargó contra el PP al “legitimar a un partido antidemocrático, que quiere avanzar en políticas regresivas”. A su parecer, los partidos españoles “tienen las luces muy cortas” y son “incapaces de ver más allá de las próximas elecciones”; y resaltó que si este es el cambio de Feijóo para su partido, “mal vamos”, ya que se le da “más cancha” a Vox, “que quiere eliminar la presencia política, a través de la ley, de otros partidos”.

Para Unidas Podemos se demuestra “que PP y Vox son “indistinguibles”. A juicio de la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, “tras meses de competición por la política del insulto, el odio y la inseguridad social”, este pacto “de la vergüenza y la ignominia” obliga al “bloque democrático a luchar para que no lleguen al Gobierno del Estado”. “El racismo, la xenofobia, el machismo, la involución en derechos y libertades llegan a la Junta de Castilla y León”, lamentó.

Ciudadanos se burló de que Mañueco adelantara comicios para tener mayoría absoluta y echarles, y haya acabado pactando con Vox. “¡Qué lince! Enhorabuena a los premiados, que disfruten del populismo en el Gobierno”, ironizaron.

Único candidato. Con más de 55.800 avales, Alberto Núñez Feijóo quedó proclamado ayer como candidato único para presidir el PP tras un Congreso, el del 1 y 2 de abril, que para Esteban González Pons, presidente del Comité Organizador de este cónclave, recuerda al del 1 de abril de 1990, en Sevilla, donde el PP “se refundó”. De este modo, la militancia no tendrá necesidad de votar el día 21 de marzo.