- El acuerdo educativo va tomando forma con un primer consenso entre los dos socios que componen el Gobierno Vasco, que han evitado la ruptura en una cuestión central. PNV y PSE alcanzaron ayer un acuerdo que abarca la totalidad de las alegaciones al borrador parlamentario para una futura Ley de Educación. Sin llegar a introducir novedades, lo que hace el acuerdo sobre las 42 alegaciones que registraron Leixuri Arrizabalaga y José Antonio Pastor es reforzar conceptos como el “protagonismo” de la escuela pública vasca en el sistema educativo y su necesidad de financiación, o la exigencia de compromisos a la escuela concertada a cambio de recibir dinero público, compromisos que van en la dirección de evitar la segregación de los migrantes. Las alegaciones no van en detrimento del papel del euskera ni se cuestiona su centralidad, ya que se mantiene como “eje vertebrador” del sistema plurilingüe.
En el párrafo 131, se añade ahora que tanto el euskera como el castellano y un tercer idioma (el inglés) “vehicularán” aprendizajes, lo que no incluye cambios con respecto al sistema actual, en el que algunos escolares estudian ya una asignatura en la lengua de Shakespeare, ni supone por tanto un sistema donde las tres lenguas sean vehiculares en pie de igualdad. Lo que se pretende es que se tenga un conocimiento práctico de las dos lenguas oficiales y se tengan “conocimientos” de una lengua extranjera. Eso sí, el PSE concede valor a que el borrador hablará ahora de “marco” y no de “modelo” lingüístico, lo que a su juicio evita que se malentienda como un modelo único inmersivo al estilo catalán.
Este asunto es el caldo de cultivo perfecto para realizar interpretaciones distintas, como las que hace el PSE sobre las lenguas, pero lo cierto es que las alegaciones dicen por escrito que la apuesta es el euskera como “eje vertebrador del sistema plurilingüe”. Las claves del acuerdo, que refuerza las menciones a la escuela pública y el plurilingüismo como ya adelantó este periódico, tienen la virtud de que permiten clarificar al PSE conceptos clave para su electorado y determinados ámbitos sindicales, sin que suponga dejar irreconocible el borrador. Es decir, no se espanta a EH Bildu, un grupo que se había mostrado muy dispuesto al acuerdo y había valorado el borrador como un punto de partida interesante. El camino está abierto.
Este borrador es el texto parlamentario redactado por el jeltzale Gorka Álvarez con aportaciones de un centenar de expertos. El lunes se volverá a reunir la ponencia para fijar otra fecha en la que votar las aportaciones. Con ese texto, el Gobierno Vasco tiene que redactar el articulado de un proyecto de ley que espera presentar en otoño. El trámite de ayer no hubiera generado tanta expectación de no ser porque el secretario general del PSE, Eneko Andueza, se había desmarcado en los días previos del borrador. La situación se recondujo en una negociación a varios niveles, también con la participación del consejero Jokin Bildarratz y el socialista Alfredo Retortillo, y con una reunión entre el lehendakari y Andueza.
PNV y PSE tienen una mayoría absoluta suficiente, pero quieren un pacto amplio. Incluso puede haber margen con Elkarrekin Podemos-IU. El denominador común entre los cuatro es el protagonismo de lo público y el euskera como eje. A partir de ahí, EH Bildu propone una cuestión que no aparece recogida: que solo se financie con dinero público la educación laica, y que el contenido educativo en religión en la CAV sea como máximo el mínimo que recoge la Lomloe. Asume así el marco de la ley estatal. En cualquier caso, fuentes de la coalición consultadas por este periódico evitan realizar valoraciones y ponen el acento en que lo importante es lograr un acuerdo lo más amplio posible.
Elkarrekin Podemos-IU, en la línea con lo adelantado por este periódico, propuso un proceso de publificación en diez años, y concretó que quiere situar el porcentaje de la red pública en el 65%, una propuesta que parece fuera de los márgenes de la negociación. Pero hay otros planteamientos en las alegaciones de PNV y PSE que pueden atraer a Podemos, como el párrafo 59, que hace referencia a un “procedimiento único de admisión del alumnado en los centros públicos” y “en los centros concertados”, para evitar la segregación.
En cuanto a la dualidad concertada-pública, que se reparten casi al 50% la educación vasca, el acuerdo establece que “las diferencias de régimen jurídico entre los centros (...) no constituyen obstáculo para que deba reconocerse el papel social que desempeñan”, si bien “el protagonismo en dicho sistema corresponde a la escuela pública vasca”. El acuerdo se compromete a dotar a la red pública de “una financiación suficiente”.
Sobre la concertada, se reitera el compromiso de que contribuya al fin de la segregación, aunque la idea del contrato-programa no es nueva y ha supuesto traer a la escuela un modelo que ha regido en la universidad. “Bajo la forma de conciertos educativos, el Gobierno Vasco sostendrá también con fondos públicos aquellos centros que, no siendo de titularidad pública, cumplan con los principios y objetivos establecidos por la ley, asumiendo los compromisos y obligaciones que esta les impone”. Se regulará la admisión de alumnos de tal forma que se garantice la igualdad: “en dicha regulación, se dispondrán las medidas necesarias para evitar la segregación del alumnado por motivos socioeconómicos o de otra naturaleza”.
En cuanto a las lenguas, el acuerdo sustituye el “pleno dominio” del euskera y el castellano por un “conocimiento práctico suficiente”, aunque el euskera sigue siendo el eje. El apartado de la calidad de la enseñanza y las evaluaciones añade como guiño al PSE que se garantizará el “logro de los objetivos lingüísticos”, pero también “la adquisición de competencias en el resto de las materias”. Por otro lado, se alude también a la realidad sociolingüística de cada centro.
Buena parte de las alegaciones se refieren a cambios léxicos. Se mantienen las menciones al Sistema Educativo Vasco, que incluye la concertada; pero sí se registran retoques en cuestiones como la “idiosincrasia de nuestro país”, que se sustituye por la “realidad de nuestro país”.
Bildarratz agradeció el trabajo que está realizando el Parlamento y el proceso de escucha a los agentes. Sobre la versión socialista de que hay tres lenguas vehiculares, aseguró que se ha acordado que el euskera “es el eje vertebrador de un sistema plurilingüe”. Dijo que el euskera es uno de los puntos que “menos conflicto ha generado y menos conflicto debe generar”.
Arrizabalaga y Pastor, por su parte, aseguraron que desde el primer momento estuvieron “abiertos al diálogo” porque sus “diferencias” tenían que ser clarificadas, y se felicitaron por unas alegaciones que “van a mejorar el contenido inicial del texto”. Apostaron por seguir trabajando para alcanzar un gran consenso.
“El euskera es el elemento que menos conflicto ha generado y menos ha de generar”
Consejero de Educación
“En el PSE estamos razonablemente satisfechos tras las evidentes diferencias”
Parlamentario del PSE