Pablo Casado, cuya dimisión al frente del PP esta sólo pendiente de la convocatoria de un congreso extraordinario, será el tercer líder de un partido de ámbito estatal que abandona la primera línea en poco más de dos años de legislatura, tras las renuncias de Albert Rivera (Ciudadanos) y Pablo Iglesias (Unidas Podemos).

El 4 de noviembre de 2019, en el único debate electoral de los principales candidatos a la Presidencia del Gobierno, participaron cinco líderes políticos y, dos años después, ya solo quedan dos al frente de sus partidos: el presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, y el líder de Vox, Santiago Abascal.

RIVERA A LA ABOGACÍA, IGLESIAS DE TERTULIANO

El primero en abandonar fue Albert Rivera, que ni siquiera llegó a tomar posesión de su escaño de diputado. Al día siguiente de las elecciones y tras ver que Ciudadanos se había derrumbado en los comicios del 10N, pasando de 57 a diez diputados, anunció su dimisión como presidente del partido y su abandono de la política. De ahí pasó al ejercicio de la abogacía en un bufete que ha abandonado recientemente en medio de un cruce de acusaciones con los responsables de la firma.

En mayo de 2021 cayó el segundo participante de aquel debate, el fundador de Podemos, Pablo Iglesias. Tras firmar con Pedro Sánchez el primer Gobierno de coalición en el Estado, Iglesias dejó su escaño del Congreso y su puesto de vicepresidente para encabezar la lista de Unidas Podemos a la Asamblea de Madrid en las elecciones regionales del 4 de mayo y, tras la victoria de Isabel Díaz Ayuso sin alternativa de la izquierda, decidió salir de la escena política.

Con el tiempo, Iglesias se ha centrado en ejercer de comentarista político en medios de comunicación, aunque, a diferencia de Rivera, su retirada no ha sido total y sí ha participado en actos de su partido, incluyendo mítines en la reciente campaña electoral de Castilla y León.

Y este mes de febrero ha caído Pablo Casado, que formalmente era el jefe de la oposición en el Congreso. Las elecciones autonómicas que su partido impulsó en Castilla y León y su victoria pírrica que dejó al PP en manos de Vox abrieron la 'caja de los truenos'.

Al día siguiente de esos comicios, el PP de Madrid exigió su congreso regional, después se publicaron noticias de supuestos espionajes internos a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, y ésta lanzó duras acusaciones contra Casado y su 'número dos', Teodoro García Egea, que respondieron cuestionando contratos de la Comunidad adjudicados al hermano de la presidenta.

SOBREVIVEN SÁNCHEZ Y ABASCAL

Tras más de siete horas de reuniones en Génova el pasado lunes, el PP se vio inmerso en una grave crisis interna casi televisada: Casado fue perdiendo apoyos por horas, vio dimitir a su secretario general y este miércoles ha entonado su despedida parlamentaria en la sesión de control, abandonando el hemiciclo en soledad.

Solo Sánchez y Abascal han sobrevivido, por tanto, en el ecuador de la legislatura y antes del verano se espera celebrar el Debate del estado de la Nación, el primero desde 2015.

En esa cita, el PP tendrá que estrenar una nueva dirección parlamentaria tras el congreso extraordinario que piensan celebrar esta primavera y donde el principal favorito, el gallego Alberto Núñez Feijóo, no es diputado y no podrá intervenir.