En el seno de nacionalistas vascos y catalanes muestran su preocupación por si la crisis del PP puede ser una tentación para que Pedro Sánchez aproveche el momento y convoque elecciones generales, escenario que no ven en absoluto deseable en la situación política actual. Así, ayer desde el PNV y el PDeCAT reclamaron al presidente español que no escuche los cantos de sirena y agote la legislatura.
El portavoz jeltzale en el Congreso de los Diputados, Aitor Esteban, espera que así que Sánchez no arriesgue con una llamada a elecciones anticipadas aprovechando la crisis del primer partido de la oposición. “Confío en que, en la actual situación económica, social y política, no haya tentaciones de convocatorias electorales abruptas. No sería bueno”, expresó.
Por otra parte, Esteban se mostró sorprendido por que no se ponga el foco en el contrato del que cobró el hermano de Isabel Díaz Ayuso. “En otros partidos crujirían todas las entretelas”, afirmó, antes de añadir que la política española va “muy deprisa” y con “saltos muchas veces inesperados”.
El PDeCAT secunda esa tesis y su portavoz Ferran Bel opinó que la ciudadanía no recibiría bien que el presidente español aprovechase “el ataque al corazón” que ha sufrido el PP para llamar a las urnas, en lugar de gestionar el final de la pandemia y los fondos europeos.
Por otra parte, el resto de portavoces de los grupos del Congreso mostraron su desconfianza hacia un PP que creen que sale muy debilitado de su crisis. Asimismo, advierten de que esta situación puede “afectar a todo el sistema parlamentario”, por la desafección hacia la política y porque puede ocultar otros asuntos de interés como la corrupción en el PP de Madrid.
El socialista Héctor Gómez deseó que el PP solucione sus problemas cuanto antes, por la necesidad de “una oposición sólida”, que sea responsable y que tenga “una dinámica constructiva por el bien de España”; mientras que Pablo Echenique (Unidas Podemos) cree que “lo más grave” es que el Génova haya “decidido legitimar la corrupción en su organización”, lo que supone “una nueva vuelta tuerca muy peligrosa para la democracia”.
Por último Gabriel Rufián (ERC) constató que para los electores del PP “tiene poco coste la corrupción”.
Barómetro de febrero. El Barómetro de opinión del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) correspondiente al mes de febrero, hecho antes de las elecciones de Castilla y León y de la crisis interna del PP, mantenía al PSOE como primer partido con una estimación de voto del 28,6% y una ventaja de 7,3 puntos sobre los populares, que se quedaban en el 21,3%. De esta manera, el primer partido de la oposición ya estaría cayendo desde antes de su guerra total, ya que habría bajado dos décimas en un mes en intención de voto. Mientras tanto, los socialistas crecerían ligeramente y estarían en parámetros similares a los que obtuvieron en las generales de noviembre de 2019.