- Una vez aparcó su carrera como abogado para dedicarse a la política, Jean René Etchegaray (Beskoitze, 6-III-1952) fue durante varias legislaturas primer teniente de alcalde de Baiona junto al conservador Jean Grenet y accedió en 2014 a la alcaldía de la capital labortana por solo 25 votos frente a su adversario socialista. En enero de 2017 el centrista fue elegido presidente de la nueva Mancomunidad Vasca, la primera institución propia de Iparralde. En 2020 fue reelegido en ambos cargos para una segunda legislatura que promete ser intensa en dos de las principales instituciones en Euskadi norte.

Es centrista pero desde hace días ya no es miembro de la Unión de Demócratas e Independientes (UDI).

—Acabo de abandonar el partido que he presidido en Pirineos Atlánticos. Faltan pocos días para las elecciones presidenciales del 10 y 24 de abril y las legislativas de junio. La UDI ha decidido apoyar a Los Republicanos pero personalmente en ningún caso puedo apoyar a su candidata Valérie Pécresse. No tengo problemas con ella pero sí con su alianza con Éric Ciotti. Es muy conservador y sus declaraciones contra los migrantes son totalmente incompatibles con mi opinión sobre esta cuestión. Ya no es secreto para nadie. Voy a apoyar a Emmanuel Macron desde la primera vuelta.

Pero sigue gobernando Baiona con Los Republicanos.

—El pasado jueves aprobamos unos presupuestos de 112 millones de euros que permitirán salir de la crisis con importantes inversiones en el estadio de rugby, el museo Bonnat-Helleu o la mediateca. También trabajamos para organizar la multitudinaria Feria del Jamón de Baiona a mediados de abril, y si la situación sanitaria lo permite, en julio, las fiestas patronales de la ciudad que se cancelaron durante dos años consecutivos.

La Mancomunidad Vasca acaba de cumplir cinco años. ¿Consigue realmente sus objetivos?

—La institución agrupa 158 municipios y en todos notamos mucha prisa para avanzar dado que las aportaciones del Gobierno francés han disminuido de forma notable en muchos ámbitos. El Estado se retira y lógicamente los ayuntamientos necesitan ayudas. Por primera vez gestionamos y aplicamos las mismas políticas públicas en Lapurdi, Baja Navarra y Zuberoa. Hablamos de cuestiones como la vivienda, la movilidad, los transportes, la gestión de residuos, la preservación del litoral y, cómo, no la política lingüística a favor del euskera y del gascón. Tenemos para ello un presupuesto de 630 millones de euros.

Algunos alcaldes del interior se sienten olvidados. ¿Tienen razón cuando hablan de desequilibrio?

—Los arbitrajes son a veces difíciles. Cada uno piensa que sus proyectos son lo más importantes. Es verdad que en la zonas rurales existen numerosos desafíos. Son reivindicaciones legítimas. Cada uno quiere mejores infraestructuras y tratamos de contestar a todos con una reflexión permanente y un trabajo de proximidad.

¿Algún ejemplo concreto?

—Gracias a la nueva Mancomunidad, numerosos ayuntamientos tienen ahora nuevas vías de financiación y mejores servicios en cuestiones como el urbanismo o la gestión del agua. En Zuberoa luchamos contra la despoblación. Atharratze ha pasado en pocos años de 1.100 a 550 habitantes, por eso hemos creado un centro de salud ahí y en Barkoxe. En breve, otros dos centros de este tipo verán la luz en la comarca de Amikuze y en Maule. Faltaban médicos y en pocos años ya se han instalado diez profesionales en la zonas de mayor necesidad. En Maule renovamos un edificio de 800 metros cuadrados en los que se instalarán seis médicos y especialistas. También mejoramos nuestra red de guarderías infantiles. Muchas de ellas serán ampliadas en breve, en Ezpeleta e Hiriburu por ejemplo.

Habla mucho de solidaridad, ¿pero realmente el reparto de ayudas es proporcional en todo el territorio o la costa y Baiona se llevan la mayor parte del pastel?

—Es un tópico. Hay que luchar contra estas ideas sin fundamento.

Es una pregunta que se oye cada vez más incluso durante los plenos de la Mancomunidad...

—La mayor parte de la población reside en la costa labortana. Dos terceras partes de los 320.000 habitantes viven la franja litoral entre Baiona y Hendaia, es lógico que gran parte de la ayudas sean destinadas a estos municipios. Estoy orgulloso por todo lo conseguido en el conjunto del territorio. Gracias a la Mancomunidad Zuberoa es pionera y sin nuestra aportación algunos aspectos hubieron sido catastróficos. En Iparralde hemos aguantado mejor la crisis económica provocada por la pandemia. Hay menos paro que en Aquitania y en Francia.

Alcaldes como el de Donzaharre creen que la gestión era mejor antes de que las diez mancomunidades se uniera en una única institución dirigida desde Baiona...

—El fondo de 8,2 millones de euros para los municipios será este año de 10 millones. Tampoco nos olvidamos de la importancia del deporte femenino de alto nivel en las zonas rurales. Vamos a invertir 5 millones en la renovación del polideportivo de Baigorri que usan 300 chicas y otros dos millones en el de Atharratze que actualmente es una auténtica ruina. Las obras comenzarán este verano.

Pese a no ser su principal competencia, ha fijado como prioridad fomentar la enseñanza superior.

—Es fundamental. Iparralde no cuenta con una universidad propia sino con delegaciones de la Universidad de Aturri y Pau. Nuestros estudiantes son los que mejores notas sacan en las pruebas de acceso a la universidad. En los años 70 el alcalde de Baiona Henri Grenet consideró que el territorio tenía que formar a sus jóvenes para que todos no tuvieran que ir a estudiar a Burdeos, Toulouse o París. De esta forma se crearon formaciones de derecho, obras públicas y lengua vasca. Debemos ir más allá, por lo que estamos construyendo un nuevo campus en Anglet-Montori. Queremos pasar de 7.500 a 10.000 estudiantes de aquí a 2025 y ser referencia internacional en estudios de Derecho europeo, management y sector digital. La primera promoción comenzará en septiembre de 2023.

¿Dónde se ubicarán las 500 nuevas viviendas destinadas a estudiantes?

—En Baiona y Anglet donde, además, en breve vamos a inaugurar un centro para estudiantes cuyo coste total asciende a 20 millones de euros. Cuenta con un restaurante y actividades culturales y deportivas. También queremos fomentar la formación superior en Zuberoa y la investigación sobre la adquisición del lenguaje en un ámbito plurilingüe con el centro Iker que depende del Centro Nacional de Investigación científica. Abrirá sus puertas el año que viene en Baiona.

Europa aportará, por su parte, 45 millones de euros...

—Se trata de un proyecto en favor de la transición energética. Por primera vez una Mancomunidad ha obtenido este tipo de reconocimiento. Habitualmente grandes regiones como Occitania, el Gran-Este o ciudades como París, Lille, Lyon o Grenoble se llevan este tipo de ayudas. Es un trabajo colosal que supone la puesta en marcha de 77 operaciones que van desde la renovación de 530 viviendas de protección oficial hasta la creación de 70 centrales de fotovoltaicas.

La movilidad sigue siendo un reto. ¿Hasta cuando la comarca de Baiona continuará colapsada cada día?

—En cinco años el presupuesto del transporte público ha pasado de 30 a 40 millones de euros y la oferta ha aumentado un 30%. Vamos a prolongar la segunda línea del Trambús hasta Basusarri y contará con un carril propio en esta zona en la que cada día transitan más de 25 000 vehículos. Vamos a seguir construyendo grandes aparcamientos en las afueras de Baiona para que los ciudadanos puedan dejar ahí sus coches y subirse al autobús eléctrico que atraviesa la ciudad. Hemos pedido al departamento de Pirineos Atlánticos y al Gobierno que el limite de velocidad pase de 110 a 70 kilómetros por hora en el tramo Basusarri-Baiona.

La Mancomunidad afecta en muchos ámbitos de nuestra vida cotidiana. Pero no es la institución que reclamaban los cargos electos.

—Personalmente siempre he reivindicado la creación de una Colectividad Territorial Específica dotada de mayores competencias. La Constitución francesa permite su creación pero hace unos años París nos propuso la solución de una Mancomunidad y lo aceptamos porque somos pragmáticos. Sin embargo, no es una herramienta adaptada a un territorio tan dinámico como el nuestro. Llevo años apelando al derecho a la experimentación pero finalmente la nueva ley 3DS aprobada hace poco no va a poder responder a nuestra demanda. No es únicamente una reivindicación identitaria sino que una herramienta que permita ser más eficaces. Estamos en una fase transitoria. Hay que avanzar de forma prudente.

Por lo menos la nueva legislación permitirá aportar algunas respuestas a la crisis en torno a la vivienda...

—Gracias a esta ley vamos a poder regular la cuestión de los alquileres. En 24 municipios próximos a la costa se podrá limitar el precio de los alquileres. Solo se hará para los nuevos contratos ya que la ley no tiene carácter retroactivo.

Usted estuvo en la cocina del desarme de ETA y junto con parlamentarios de Iparralde se ha citado varias veces con representantes del Gobierno galo para hablar de los presos. ¿Siguen las entrevistas?

—El Eliseo siempre nos ha recibido pero es difícil obtener avances al estar en periodo electoral. Con el actual ministro de Justicia no hemos avanzado mucho, y eso que es abogado.

¿Sigue apostando por las relaciones transfronterizas?

—Tras sellar un importante memorándum que recoge ejes muy interesantes, hace unos días, junto con el lehendakari Iñigo Urkullu, firmé un manifiesto para reclamar a Europa y a los Estados un trato más digno para con los miles de migrantes que desde hace unos años atraviesan el País Vasco. Siete de ellos han perdido la vida tratando de buscar un porvenir mejor. Algo que es inaceptable.

Y mirando ya al año que viene. ¿Por dónde pasará el Tour de Francia?

—Ya se han presentado las etapas que transcurrirán en la CAV y en octubre los organizadores harán oficial el recorrido completo y también su paso por Iparralde. ¡Le puedo asegurar que la llegada de la tercera etapa que saldrá de Zornotza no será en Las Landas sino en una localidad labortana!

“Gracias a la Mancomunidad, ahora hay ayuntamientos con más vías de financiación y servicios, pero todavía se necesitan más competencias”

“En las legislativas no puedo apoyar a Los Republicanos por su alianza con Éric Ciotti, por eso respaldaré a Macron desde la primera vuelta”