- El lehendakari está explorando las opciones de aprobar un paquete de leyes y acuerdos que tengan detrás un consenso amplio que les permita sobrevivir a los cambios de mayorías en el Parlamento Vasco. Es decir, sondea las opciones de forjar consensos que sobrevivan más allá de la presente legislatura y tengan vocación de durar por varias generaciones. En concreto, este esfuerzo es el que está cuajando ya en el pacto educativo, donde se perfila un entendimiento con EH Bildu más allá de PNV y PSE, los dos partidos que conforman el Gobierno Vasco. Aunque tengan una mayoría absoluta más que suficiente, están mirando hacia otras bancadas para ampliar los acuerdos y están encontrando disposición en este grupo, en este caso concreto.
Pero este mismo planteamiento lo defiende Urkullu para la reforma de la Renta de Garantía de Ingresos que está gestionando la socialista Idoia Mendia desde la Vicelehendakaritza segunda, el reto demográfico, la inmigración, la cohesión social, y también las tres transiciones (digital, energética y ecológica, y los retos sociales y sanitarios). Son cuestiones estratégicas que interesan a distintos grupos de la oposición, que tienen la consideración de leyes de país, son más transversales, y son propicias para un acercamiento de posiciones y la transacción de enmiendas.
No son esas las únicas áreas, pero Urkullu las ha destacado públicamente, como hizo hace unos días en la conferencia organizada por Deia. En el segundo semestre de este año está previsto aprobar en Consejo de Gobierno el proyecto de Ley de Transición Energética y Cambio Climático, que se propone conseguir la neutralidad en la emisión de gases de efecto invernadero en 2050 e impulsar el proceso de descarbonización en todos los sectores socioeconómicos. El lehendakari pretende convertirla en un estandarte de esas leyes acordadas para varias generaciones. Aunque esta ley la gestiona el Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, guarda relación con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, un asunto que depende de Lehendakaritza con la intención de darle el mayor rango posible.
La idea es aprobar leyes “que no queden solo en una legislatura”. Por otro lado, en lo que va de legislatura, el Gobierno Vasco y la oposición han unido fuerzas en dos votaciones de calado político. La primera de ellas fue la Ley Antipandemia. Al margen del debate que se suscitó después desde algunos ámbitos políticos, sobre su utilidad o no en vista de que los jueces seguían tumbando medidas como el toque de queda nocturno, más allá de esa circunstancia se certificó el primer acercamiento de entidad entre el Gobierno Vasco y Elkarrekin Podemos-IU. Apoyó la ley tras incorporar varias enmiendas que limaban el carácter punitivo que veía en la norma. La segunda fotografía llegaría con la abstención de EH Bildu en los Presupuestos de este año, tras haber acordado 253 millones de euros. Suponía un hito en la relación de rivalidad entre el PNV y la coalición abertzale, con el único precedente de la época de Lizarra.
En ambos casos, se pactó con la implicación del lehendakari. Urkullu quiso recibir a la portavoz de Elkarrekin Podemos-IU, Miren Gorrotxategi, como señal de reconocimiento por la mano tendida que había demostrado en la Ley Antipandemia. En el caso de los Presupuestos, también se produjo un encuentro entre Urkullu y la portavoz de EH Bildu, Maddalen Iriarte, según las fuentes consultadas.
En cualquier caso, la oposición no ve tan claro que esta voluntad exista y ha cuestionado públicamente que se hayan cancelado las reuniones cuatrimestrales. Urkullu discrepa, y cree que esas reuniones, que ensayó con un par de rondas, solo sirvieron como altavoz para amplificar las diferencias ante los medios de comunicación y buscar el desgaste del Ejecutivo. Se inclina por una vía más discreta, y sostiene que su puerta siempre está abierta frente a las críticas que formulan los grupos. Urkullu constató hace meses que podía existir margen con EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU porque fueron los únicos grupos que dieron feedback a su propuesta de coincidencias programáticas. Con PP+C’s, la relación está muy tocada, y la ultraderecha de Vox ni siquiera se reúne con él.
En el caso de la Ley de Educación, no ha existido por ahora una intervención del lehendakari, y el peso ha recaído en la consejería de Jokin Bildarratz. Se ha realizado un trabajo coral con aportaciones del sector que plantean, por ejemplo, la eliminación de las cuotas que se cobran a las familias en los colegios concertados. En paralelo, se están produciendo otras demostraciones de entendimiento, como ha sucedido con la enmienda conjunta de PNV, PSE, EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU en la Ley de Igualdad de Mujeres y Hombres para retirar las subvenciones a empresas y entes privados que no cumplan con la igualdad retributiva entre ambos sexos.
En la Renta de Garantía de Ingresos, Idoia Mendia ya presentó un planteamiento que incluye mejoras para los pensionistas y las familias con hijos. En este punto queda el frente abierto de la transferencia del Ingreso Mínimo Vital, que se espera resolver en los próximos días para integrar ambas prestaciones sociales en la ventanilla de Lanbide.