- Laura Borràs reconoció ayer que sopesó dimitir ante la retirada del escaño del diputado de la CUP Pau Juvillà por orden de la Junta Electoral Central (JEC), tras haber propuesto a ERC y la CUP un plan de “resistencia colectiva y global” que “no fue aceptado”. “No dimitiré. La rendición no es una opción”, subrayó la presidenta del Parlament, quien señaló que tenía “la obligación de pensar todos los escenarios, y el de la dimisión también lo es”, pero finalmente lo descartó ya que habría sido “leído como una renuncia, como una manera de ver que lo que ha pasado ha sido un error”. En concreto, presentó “una propuesta ambiciosa de resistencia colectiva ante este ataque del Estado” y la comunicó “personalmente al presidente de la Generalitat”, Pere Aragonès, en una conversación en Manresa, donde coincidieron el pasado 29 de enero.

Su propuesta de desobediencia conjunta pasaba no solo porque el Parlament ratificara el escaño de Juvillà pese a la orden de la JEC, sino porque también el Govern desoyera las sentencias judiciales para impartir al menos un 25 % de clases en castellano en las escuelas de Catalunya, y porque la CUP a su vez se comprometiese por escrito a que todos sus candidatos por Lleida renunciarían a sustituir a Juvillà en el Parlament, según fuentes soberanistas. Pero la propuesta de Borràs no fue aceptada: “No se ha querido ir colectivamente hasta las últimas consecuencias”, manifestó en RAC-1, dando a entender que ni Aragonès ni la CUP tuvieron “la voluntad de asumir un compromiso público” para hacer frente a la “agresión de conjunto” del Estado español.

Visto el desenlace, “el resultado no ha sido bueno”, pero a su entender “no se ha perdido” sino que se ha intentado solucionar el caso “de una manera diferente a como se habían hecho antes”. Borràs, que se comprometió a dar explicaciones en la Junta de Portavoces, cree “lamentable” que el caso haya “suscitado sonrisas” por parte de independentistas al verla a ella en una situación comprometida. De hecho, se ha sentido como una “alma machacada por los que querían “sacrificarla” y verla “muerta” políticamente, por lo que “se han roto confianzas” en esta “lucha fratricida” entre independentistas: “Me sentí muy inútilmente expuesta”, lamentó.