- El líder del PP, Pablo Casado, reivindicó ayer su proyecto “reformista” y presentó a su partido como “única alternativa” a un Gobierno de coalición que a su juicio amenaza la integridad del Estado español. “La libertad nos unió como ciudadanos libres e iguales en 1978 pero esa libertad debe unirnos ahora una vez más en las horas más oscuras que vive la nación española en cuanto a agresión institucional, división territorial y en fractura de los propios españoles”, afirmó el jefe de la oposición.

Así se pronunció en la reunión conjunta del Grupo Popular que se celebró en el Senado -coincidiendo con la apertura del nuevo periodo de sesiones- cuando aún resuena la polémica abierta hace unos días por la palabras del expresidente José María Aznar pidiendo un liderazgo claro, y que se interpretaron como una crítica a Pablo Casado.

Casado defendió ayer que las elecciones de Castilla y León -que definió como “muy importantes”- son fruto de la “responsabilidad” de Alfonso Fernández Mañueco porque, según dijo, “prefirió devolverle la voz a sus paisanos”.

Tras expresar el apoyo de todo el partido a Mañueco para “seguir avanzando con un buen Gobierno los próximos cuatro años”, puso en valor su “balance de buena gestión” y que concurra a las elecciones con un “programa pegado a las necesidades del campo, la industria, la lucha contra la despoblación, la apuesta por la natalidad, la competitividad o el empleo”.

Según dijo, Mañueco se presenta con las “señas de identidad del PP” y con el “reformismo”, que “incluso está tatuado” en los estatutos del partido. “El PP es el único partido reformista y de centroderecha en España y es la única alternativa a los populismos y a los radicalismos. No hay otra. No hay otro partido así”, proclamó.

Por último, Casado explicó que hace 40 años ganaron “el pulso al pasado” y “abrieron espacios de libertad” que “ahora se van cerrando por el precio que tiene que pagar el partido de Sánchez”.