Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso tratan de rebajar el choque interno que ha monopolizado todo lo relativo al PP en los últimos días y han pactado una tregua para intentar calmar las aguas y tratar de fijar una fecha para el congreso de los populares madrileños en el que Ayuso quiere hacerse con el poder orgánico de la federación, y en el que está por ver si Génova se atreverá a presentar un candidato alternativo -José Luis Martínez-Almeida y Ana Camíns han sonado como posibles aspirantes-.
Por el momento, parece que los dos sectores enfrentados han coincidido en aminorar el ruido que ha generado el conflicto y por primera vez en días tanto la presidenta madrileña como el sector de Pablo Casado han exhibido un tono conciliador. Sin embargo, al presidente del PP se le ha abierto un nuevo frente con la lluvia de críticas que está recibiendo tras su asistencia a la misa en Granada en la que se rezó por Francisco Franco -Casado alega que desconocía que se trataba de un oficio en el que se iba a exaltar a la dictadura-.
Respecto al choque interno, el secretario general de los populares, Teodoro García Egea, ha asegurado hoy que Isabel Díaz Ayuso “acepta” que el congreso del PP de Madrid se celebre en el primer semestre de 2022 y, por lo tanto, “zanja de una vez” este asunto. “Las polémicas internas dan oxígeno a Pedro Sánchez”, ha añadido Egea, que en cualquier caso agradece a la presidenta madrileña que haya rebajado el tono esta semana.
Díaz Ayuso, por su parte, no deja tan claro que se haya resignado a que el cónclave regional se celebre en 2022, pero sí llama a sentarse cuanto antes para “ponerle fecha”. Cree la dirigente popular que la “maraña complicadísima” que a su juicio existe ahora en el PP se acabará en cuanto llegue este congreso del partido en Madrid: “Creo que será el momento en el que todo pase”.
En esa línea, la presidenta madrileña desea que llegue “cuanto antes” el fin de la problemática interna que vive el partido, que a su entender desdibuja la acción política del PP. “Los problemas internos ocultan la realidad, que es que somos una alternativa real y un partido que en los peores momentos siempre es la solución a muchas situaciones desastrosas”, considera.
Misa franquista
Más allá del choque de liderazgos y de los problemas internos, Pablo Casado trata de capear el temporal tras revelarse que asistió el pasado sábado a una misa en Granada en la que se rezó por Franco con motivo del aniversario de su muerte.
A este respecto, la izquierda sigue presionando al líder del PP para que dé explicaciones sobre su asistencia a este oficio religioso. En Unidas Podemos ven “muy grave” la actitud de Casado, mientras que desde el PSOE le instan a que comparezca para aclarar la polémica.