Desde este viernes y hasta el domingo, los militantes de Sortu van a elegir la ponencia política que guiará al partido en los próximos años. Sobre la mesa, dos documentos: la ponencia oficial, 'Herrigaia', y rivalizando con ella, 'Lurrari Lotuz', crítica con el camino recorrido por la izquierda abertzale desde el fin de ETA hasta hoy y liderada por el exmiembro de la Mesa Nacional Joseba Alvarez. Aunque no es fácil medir la relación de fuerzas internas, fuentes conocedoras del proceso consideran que todo lo que no sea un apoyo mayoritario al texto oficial sería una sorpresa.

Sortu, que junto a LAB y Ernai, representa la continuidad de la izquierda abertzale histórica y constituye la parte hegemónica en EH Bildu, ha elaborado una ponencia política que "cierra por completo" el ciclo desde el fin de ETA hasta hoy. "Con el impulso del ciclo anterior hemos llegado vivos como pueblo y superados los vaivenes del cambio, tenemos abierta de par en par la posibilidad de avanzar en el proceso político".

Este proceso político apuesta sin disimulos por la independencia, un objetivo hacia el que va a volcar toda su estrategia política y su fuerza militante. La manifestación de este sábado en Bilbao se puede interpretar como el pistoletazo de salida hacia esa meta.

En su ponencia, Sortu plantea un proceso de ensanchamiento de la base independentista, con aspiración de ocupar el máximo espacio de poder posible. Su proceso soberanista de transformación social avanzará en paralelo a ejes estratégicos que ayudarán a acumular fuerzas y que se articularán en torno a asuntos como feminismo, desigualdad, condiciones laborales, euskalgintza, ecologismo, migraciones y educación.

FRENTE AL PNV

Sortu también reflexiona sobre el contexto político del país. En su análisis, califica de "especialmente perjudicial" el peso político del PNV, al que acusa de querer "controlar la gestión de la CAV" y la batalla del relato "para poner a la izquierda abertzale a la defensiva. No tiene interés por el nuevo estatus, solo le interesa mantener sus posiciones de poder".

En esta línea, acusa al PSE y a Podemos de actuar como "satélites del PNV", y en el caso de los socialistas, critican que "su principal apuesta es apuntalar la lealtad al Estado y la agenda neoliberal que representa el PNV". Sobre la situación de Navarra, Sortu cree que el gobierno liderado por María Chivite es un "paso atrás" y en Iparralde ve el riesgo de que no haya avances den su proceso de institucionalización.

FASE SUPERADA

Según el texto puesto a disposición de la militancia y al que ha tenido acceso este periódico, la dirección de Sortu considera que ha superado los retos de la fase posETA, especialmente con la consolidación de EH Bildu y la "ruptura del bloqueo" de la política penitenciaria. Cerrada la fase anterior, la izquierda abertzale cree que ya está lista "para dar un nuevo salto". El objetivo de los próximos años va a consistir en "articular un fuerte impulso popular nacional, mediante la liberación de las fuerzas y capacidades comunitarias para favorecer el proceso de liberación".

La ponencia señala que el objetivo estratégico de Sortu es "construir una Euskal Herria independiente, socialista, feminista y euskaldun", transitando del "autonomismo agotado a la recuperación de la soberanía". Este empeño va a consistir en "cristalizar las condiciones que hemos creado a través de 60 años de lucha" y en "articular el bloque histórico soberanista y progresista necesario para hacer hegemónico el soberanismo transformador".

La construcción de ese "soberanismo transformador" pasa por la acumulación de fuerzas y por situarlo "en el centro del espacio político", extendiendo "la batalla a ámbitos en los que nunca hemos actuado" y abriendo "una expectativa popular de cambio".

"ESTRATEGIA INDEPENDENTISTA PERMANENTE, DE LARGO ALCANCE"

La línea política de la ponencia diseña una "estrategia independentista permanente, de largo alcance", con Euskal Herria como marco político, social y cultural de referencia. Sortu admite que la idea de Euskal Herria ha entrado en cierta decadencia, por lo que atribuye EH Bildu la tarea para insuflarle nueva vida mediante una oferta política renovada.

La ponencia oficial aboga por trabajar una "identidad nacional popular" materializado en un "imaginario compartido" y haciendo especial hincapié en la cohesión territorial de Euskal Herria. En este sentido, la oficialidad de las selecciones deportivas va a jugar un papel simbólico aglutinador.

En ese objetivo de situar el independentismo en el centro del tablero, Sortu procurará que el soberanismo penetre en las instituciones, en los núcleos de poder y en todos los ámbitos sociales. Expresamente se citan organizaciones y colectivos como "cámaras de comercio", "asociaciones empresariales", "cuerpos policiales", "consejo rector de la universidad", etcétera. "Dentro de la estrategia de toma del poder por parte del independentismo -prosigue el documento- es fundamental tener capacidad de incidencia en estos ámbitos".

Según se lee en la propuesta, el objetivo de Sortu es llevar el proceso de liberación nacional "hasta el final", teniendo en cuenta variables como la división de Euskal Herria en distintas administraciones o la imperiosa necesidad de articular mayorías suficientes. Y es que Sortu, con los ejemplos recientes de Catalunya y Escocia, asume el peaje que exige la comunidad internacional para dar luz verde a los procesos soberanistas unilaterales: "La vía unilateral requiere requisitos mínimos para su reconocimiento en el exterior: pacífico y democrático, basado en mayorías", admite en el texto.

Para Sortu, el objetivo de la independencia no solo es compatible con la participación en el ruedo político, sino que las elecciones y la consiguiente gestión institucional son claves en el proceso independentista, en la medida en que la fuerza de las urnas equivale a un poder que se pondrá al servicio de la causa soberanista.

SUJETOS DEL PROCESO

La ponencia señala a cuatro actores como protagonistas del proceso de liberación nacional: EH Bildu/EH Bai, movimientos populares y sociales, Sortu, y lo que denomina "bloque histórico para el cambio", que define como "conjunto de espacios de alianza que pueden adoptar múltiples formas en función de momentos, retos o territorios".

Respecto a la coalición donde se integran también EA y Alternatiba, la ponencia señala que es el "instrumento para aglutinar espacios todavía más amplios y diversos para convertirse en unidad popular o frente amplio del siglo XXI". A EH Bildu se le asigna vocación electoral e institucional con el "objetivo claro de poner las instituciones al servicio de los intereses del proceso soberanista transformador".

Sobre los movimientos populares, indisociables de la izquierda abertzale a lo largo de su historia, Sortu emite un diagnóstico pesimista, por lo que se compromete a reavivar su llama "ofreciendo un rumbo y reorganizándolos pueblo a pueblo".

Por último, al bloque histórico de la izquierda abertzale (Sortu, LAB y Ernai) le corresponderá "llevar hasta el final el proyecto emancipador edificado durante décadas". En ese sentido, Sortu nutrirá EH Bildu y los movimientos populares con "aportación política-ideológica y militante".

PONENCIA ALTERNATIVA

Respecto a la ponencia alternativa defendida por otros miembros de Sortu, 'Lurrari Lotuz', su elaboración responde a la disconformidad con la línea política de la formación en los últimos años. En concreto, se crítica la contradicción entre lo aprobado en las ponencias Abian y Zohardia y su puesta en práctica.

Entre las críticas, se señala el "excesivo peso" otorgado a la estrategia político-institucional, el "lastre" que supone para el proceso de liberación de Euskal Herria la estrategia de crecimiento electoral por el afán de "centrar" el discurso y la práctica políticas del conjunto de la izquierda abertzale, o la "uniformidad y la falta de autocrítica" interna.

En el balance de los últimos cinco años, tampoco se comparte el apoyo y sostenimiento de los gobiernos de Madrid y Navarra o el debilitamiento de Sortu como organización en beneficio de EH Bildu.