- EH Bildu garantizará la aprobación de los Presupuestos en Navarra mientras sigue exhibiendo su distancia respecto a la posibilidad de alcanzar un acuerdo que ensanche la mayoría en la CAV. La coalición soberanista se abstendrá en la votación de las Cuentas en la Comunidad foral y en la ley de medidas fiscales, que saldrán así adelante, en virtud de “consolidar un espacio de izquierdas que aísle a Navarra Suma, según confirmaron ayer mismo sus dirigentes Adolfo Araiz y Bakartxo Ruiz. Un posicionamiento alejado del que mantienen en la Cámara vasca, donde acusan al Ejecutivo de PNV y PSE de transmitir una “enorme pereza” para tejer un consenso. “No sería realista pretender una serie de propuestas para dar la vuelta a los Presupuestos como un calcetín cuando disponen de mayoría absoluta”, ilustró el parlamentario de Bildu, Iker Casanova, quien sin embargo no desdeñó la posibilidad de que su formación plantee una serie de iniciativas.
“Nos separa un modelo de gobernanza cerrada y elitista. Es un gobierno cortoplacista, centrado en la defensa de las élites”, reprochó al Ejecutivo de Iñigo Urkullu, para reiterar su intención de poner encima de la mesa propuestas, viendo que el Presupuesto de los socios de coalición “no da respuesta a los problemas reales”. Sin embargo, las fuerzas que integran el gabinete de Lakua insisten en tener la mano tendida en puertas de que el miércoles el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, arranque la ronda con los grupos parlamentarios de cara a recabar apoyos. El parlamentario jeltzale Aitor Urrutia reclamó “cintura política” afeando que Bildu se comporte de diferente manera en Madrid, Navarra y la CAV. “Nosotros seguimos con nuestra voluntad de manifestar que queremos ampliar los acuerdos para llegar a unos buenos Presupuestos en un momento en el que hay que afrontar grandes retos y llevar este país a cotas mejores que antes de la pandemia”, defendió el jeltzale, quien describió que las Cuentas tienen “una mirada” fijada en la próxima década e incidió en que, “aunque se puede jugar al todos queremos más”, se ha “duplicado” la partida relativa a inversiones. En resumen, el dirigente del PNV pidió a la oposición y, en particular, a la coalición abertzale, “ejercer el realismo”, el mensaje que reiteradamente se está trasladando desde el seno del Gobierno Vasco. Por su parte, también en declaraciones a Radio Euskadi, el socialista Ekain Rico recordó que “sumamos mayoría absoluta y eso es garantía para establecer que se contará con los mejores Presupuestos, que destinan 8 de cada 10 euros a gasto social”. “Hemos visto en alguna rueda de prensa que algunos no hacen una lectura real del proyecto y no parece que se vaya por el mejor camino”, consideró, emplazando al resto de grupos a una “voluntad de responder” en pro de los acuerdos.
La pugna no se visibiliza igual en Navarra, donde los siete escaños de Bildu certifican el tercer respaldo consecutivo al Gobierno de María Chivite, hablando además de un “acuerdo global” frente al “parcial” de hace dos semanas, y cuyo principal “valor político” de este pacto es “la capacidad de acuerdo de nuestra formación para configurar una alternativa a la derecha”, además de “profundizar y orientar la política presupuestaria en una determinada dirección”. A ello Araiz añade “la voluntad de diálogo” del Ejecutivo que preside la dirigente socialista, después de que ya la pasada semana se llegaran a alianzas sobre financiación local y la inclusión de determinadas partidas en el anteproyecto de Presupuestos. El pacto alcanzado en la Comunidad foral, que reconoce algunas discrepancias entre las partes en el ámbito fiscal, será controlado en cuanto a su cumplimiento por una comisión de seguimiento, y recoge una serie de compromisos en materia tributaria que inciden en cuestiones como los beneficios fiscales, la fiscalidad verde o las pensiones.
Bildu se congratula de poder “hacer frente” en Nafarroa a la crisis sanitaria “y a sus consecuencias económicas, así como plantear retos a futuro”. Estos son el “fortalecimiento de los servicios públicos”, evitar la desaparición o disminución de algunas partidas del anteproyecto, “ampliar los derechos de la ciudadanía en política lingüística”, y otras materias como elevar las pensiones o políticas en materia de transición energética o vivienda. Estas Cuentas, dijo Araiz, “no son una revolución” para Bildu, pero “permiten seguir avanzando, estableciendo un rumbo, aunque queda mucho camino por recorrer para que se puedan garantizar unos servicios públicos universales”.
Mientras, en el escenario de la CAV, a la coalición le secundan posicionamientos similares: desde las dudas que se desprenden desde Elkarrekin Podemos a la negativa del PP, que acusa al Ejecutivo de Urkullu de estar “moviéndose en una pose”. “Si de verdad tuvieran voluntad de negociar”, deberían haber hecho las reuniones antes de presentar los “Presupuestos”, subrayó Carmelo Barrio. Por su parte, desde la fuerza morada, el parlamentario Iñigo Martínez lamentó el argumentario del PNV “atacando” a su formación -al diferenciar entre los representantes de Podemos y los de IU- y reiteró su valoración crítica porque que se les han dado “escaso tiempo” para analizar las Cuentas.