- Todavía es un borrador abierto al debate interno y al contraste externo, pero las Bases para un nuevo contrato/acuerdo social por la convivencia democrática que está impulsando el Foro Social Permanente ya tienen una fecha para su puesta de largo. Será el 6 de noviembre en Gasteiz, una vez haya pasado la celebración del décimo aniversario de la Conferencia de Paz de Aiete. En su estado actual, estas bases, que tienen como fin contribuir a “construir un futuro de paz”, están coronadas por nueve compromisos, el primero de los cuales insta a reconocer “el dolor de todas las víctimas del conflicto”. Asumiendo además y “haciendo nuestro como sociedad el sentimiento de injusticia que puedan tener”.
Se trata de una apelación al sufrimiento injusto causado durante décadas de violencia, que aparece en un documento de trabajo al que ha tenido acceso este medio y que hace especial hincapié en mirar a los ojos del otro, aceptar y respetar su situación y sentimientos, y caminar así de la mano en favor de la “reconciliación”. El texto invita por ello a hacer autocrítica, “ser generosos” y alcanzar un “reconocimiento mutuo, como seres humanos y del dolor padecido”. La reconciliación “nos exige una mirada crítica constructiva hacia nosotros mismos, así como empática hacia los demás”, añade, desde la aceptación de partida de que existen realidades diversas que deben trabajar al unísono “por un futuro compartido”.
Este proceso, que tuvo un importante impulso en el acto celebrado el pasado 14 de mayo en el Palacio Miramar de Donostia, sigue recogiendo aportaciones en el buzón abierto bautizado Compromiso social con la construcción de la convivencia democrática y disponible en la página web del Foro Social, incluyendo las de Juan José Ibarretxe, Bernardo Atxaga y Fabián Laespada. A partir de septiembre, las bases para el nuevo contrato social serán debatidas a nivel interno en el Foro Social, compuesto por 17 organizaciones de la sociedad civil, y también será contrastado con partidos, sindicatos y organizaciones sociales.
Todo ello culminará en el acto del 6 de noviembre en la capital alavesa, con un documento que se prevé será sensiblemente diferente al que se trabaja ahora en el Foro Social Permanente. Esta plataforma, que lleva trabajando desde 2016, tiene como fin “impulsar el proceso de paz y ayudar a desatascar los nudos que atenazan la resolución de las consecuencias del ciclo de violencia”.
Además de la apelación a asumir el “sentimiento de injusticia” de las víctimas, el documento provisional para alcanzar un nuevo acuerdo por la convivencia democrática incluye otra serie de compromisos, como el de acompañar y reparar a todas las víctimas, “sin equiparación ni discriminación alguna”. También apela a acabar con el sufrimiento “derivado del largo ciclo de violencia”; ofrecer una “solución definitiva” a los presos “desde el respeto al dolor a las víctimas”; y aboga por alcanzar un marco de convivencia que englobe todas las “visiones y relatos del pasado”, evitando la “revictimización”.
Los últimos compromisos hacen referencia al respeto del “conjunto de derechos humanos, así como civiles y políticos”; garantizar que las “diversas visiones de país” puedan desarrollarse “desde el respeto, el diálogo y por cauces pacíficos y democráticos”; que las futuras generaciones diriman sus diferencias “solo a través de los mecanismos democráticos”; y sentar las bases de “la convivencia y la paz” desde la garantía de la no repetición del pasado.