- Las aguas siguen bajando revueltas en el seno de Eusko Alkartasuna por las irreconciliables diferencias que mantienen el sector crítico y el bando oficialista, unas tiranteces que amenazan con partir en dos la formación. Ayer fue el bando crítico quien tomó la palabra -los oficialistas lo harán mañana- toda vez que la Justicia ha dictaminado la repetición de las primarias en EA. El parlamentario de EH Bildu en Nafarroa y líder del citado sector, Maiorga Ramírez, reclamó ayer en una comparecencia en Donostia zanjar el “bucle diabólico de ejecutar de forma perversa el poder del aparato” por parte de la actual dirección de la formación.
En una rueda de prensa en la que compareció junto a los coordinadores críticos de EA en Nafarroa, Araba y Gipuzkoa, Miren Aranoa, Iratxe López de Aberasturi y Mikel Goenaga, respectivamente, Ramírez resaltó que el fallo judicial aclara que hubo “vulneración de derechos fundamentales”, por lo que EA debería de anular la proclamación de Eba Blanco como secretaria general -a la que él concurrió, si bien quedó fuera de juego por los avales de Iparralde- y emprender un nuevo proceso. “Han pasado casi dos años desde que la injusticia democrática de la anulación de mi candidatura nos llevó a tener que recurrir en el juzgado que finalmente ha determinado que la dirección procedió a vulnerar derechos fundamentales”, sostuvo, un periodo en el que “la máxima responsabilidad política, organizativa y económica del partido se ha ostentado de espaldas a la afiliación” y “los más de 400 afiliados” que avalaron su candidatura “han tenido que soportar calumnias por parte de la actual dirección”.
Ramírez calificó la sentencia de “muy importante”, ya que “recuerda a EA y al conjunto de fuerzas políticas que las posiciones de poder internas y sus aparatos no pueden ser usados para laminar derechos y condicionar debates en procesos democráticos”. A su juicio, ese ha sido el proceder de la actual dirección encabezada por Blanco. “Desgraciadamente se ha usado ese poder interno para impedir que la afiliación decidiera”, vulnerando “derechos básicos y democráticos”.
Lo cierto es que las espadas siguen por todo lo alto en EA, ya que la citada sentencia de la Audiencia Provincial de Araba de esta semana no ha hecho más que profundizar la brecha abierta entre los dos sectores, que mantienen valoraciones contrapuestas incluso por el dictamen. En este sentido, Ramírez remarcó que “la gran familia de EA no merece la deriva totalitaria que describe la sentencia y ha sido ejercida por unos pocos”, todo ello, además, “en un momento de especial intensidad política”, ya que se debatía sobre “el encaje de EA en EH Bildu”. Es en este asunto donde radica el principal punto de fricción entre los dos bandos. Al respecto, rememoró que quienes apoyaron su candidatura apuestan por “un modelo de coalición” en el que el partido muestre su “personalidad propia”, mientras que la actual dirección aboga “por su disolución en las estructuras de EH Bildu a modo de partido”. “Se han vulnerado los derechos de una gran masa de afiliación que ve como EA se diluye en una EH Bildu con hegemonía de la izquierda abertzale sin consultarles si quiera”, especificó.
Sin embargo, Ramírez apuesta por “llevar la situación al terreno de la cordura, acordar una mesa de diálogo y en ella hablar y acordar condiciones democráticas y de transparencia que devuelva a EA a la senda de la normalidad democrática de la que nunca debió salir”. Y ello pasa irremediablemente por “sentarnos, hablar, acordar parámetros democráticos que vuelvan a EA a la senda democrática interna que nunca debió abandonar”.
“Desgraciadamente en EA se ha usado el poder interno para impedir que la afiliación decidiera”
Líder del sector crítico de EA