- La campaña madrileña saltó por los aires el pasado viernes cuando la candidata de Vox, Rocío Monasterio, se negó a una condena explícita de las amenazas de muerte recibidas por el ministro Grande Marlaska; el líder de Podemos, Pablo Iglesias; y la directora de la Guardia Civil, María Gámez. Monasterio no solo se negó a condenar estos hechos, sino que puso en duda la veracidad de los mismos.
Mientras los partidos de izquierda han llamado a establecer un “cordón sanitario” en torno a la formación de la extrema derecha, la candidata del PP, Isabel Día Ayuso, asegura que ella se mantiene al margen de “este circo mediático” para “trabajar por los madrileños. Ayer salió a la palestra el Gobierno español, con el agravante de que a las amenazas a Marlaska, Iglesias y Gámez hay que añadir la recibida por la ministra de Industria, Reyes Maroto, que recibió una carta con una navaja ensangrentada. Por ello, la portavoz del Ejecutivo y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aseguró que “ninguna amenaza” ni acto de violencia o intimidación a ministros o cargos públicos “va a hacer retroceder la democracia” y pidió a todos los partidos condenar los hechos “sin ningún tipo de excusa ni de matiz”.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el Gobierno llamó a los demócratas a defender sus ideas con la palabra. “Creemos en la tolerancia, en el respeto, en la opinión y en el contraste de ideas y rechazamos y denunciamos que haya quienes se quieren alimentar del odio para enfangar el debate público”, aseguró la ministra portavoz.
Al ser preguntada por el cordón sanitario contra Vox, Montero respondió que “hay que poner un cordón sanitario a cualquier formación política que haga de esta incitación al odio su catecismo, cuando no condena hechos tan graves de hechos tan reprobables”. La portavoz del Gobierno, añadió, además, que el PP no se suma a este cordón porque “cuenta con la ultraderecha” para conformar el Gobierno de la Comunidad de Madrid y por ello, no quiere separarse de los planteamientos de la formación de Abascal. “Sabe que si se separa puede tener consecuencias electorales para sus propias expectativas” y sus alianzas postelectorales, remachó.
Asimismo, si bien señaló que el modus operandi entre las primeras tres cartas con balas -las recibidas por Marlaska, Iglesias y Gámez- y la recibida por Maroto son distintas, aseguró que Interior está revisando sus protocolos de seguridad para determinar “si se pueden reforzar mecanismos para que en un futuro no lleguen este tipo de amenazas a sus destinatarios”.
Ante la petición de condena por parte del Gobierno español, el portavoz del PP en el Senado, Javier Maroto, aseguró que es “indecente” e “impresentable” que el PSOE y otros partidos de izquierda “utilicen las amenazas” para “agitar y movilizar” a su electorado ante las elecciones madrileñas . Tras asegurar que “casi todos” los representantes políticos han recibido amenazas, señaló que hacerlas públicas “induce a que haya otras amenazas” con un “efecto emulación”.
Maroto insistió en que “todos o casi todos los representantes políticos” han recibido “amenazas de muerte” pero “la diferencia” con lo que está sucediendo ahora es que las han denunciado “sin hacerlas públicas”. De hecho, recordó que él mismo ha hecho “política en el País Vasco”, a pesar de las amenazas que recibían por parte de ETA.
Mientras, en Vox siguen a lo suyo, a dudar de la veracidad de las amenazas. El presidente de la formación de extrema derecha, Santiago Abascal, sugirió ayer la posibilidad de “montaje” en las amenazas denunciadas por Pablo Iglesias, dos ministros y la directora de la Guardia Civil y retó a quienes acusan a su partido de “instigar a la violencia” a llevarles ante los tribunales. “Que me detengan”, llegó a decir, deslizando que, si no lo hacen, se demostrará que todo es “un teatro”.
En este contexto, los ediles de Ciudadanos y Vox abandonaron ayer el Pleno del Ayuntamiento de Madrid al considerar que la izquierda no condenó la violencia contra sus partidos en dos mociones presentadas por ambos grupos. PP y C’s habían instado al Gobierno español a “depurar responsabilidades” por los sucesos en Vallecas en un acto de Vox.
PSOE y Más Madrid rechazaron la proposición, al calificar de “maniquea” la postura del PP para no condenar las amenazas a Grande Marlaska, Iglesias y Gámez.
Otra carta. El diputado de EH Bildu Jon Iñarritu ha desvelado en Twitter que el 11 de marzo recibió un sobre remitido desde El Escorial con varias hojas escritas y letra similar al que ha denunciado la ministra Reyes Maroto. “El día 11 de marzo recibí un sobre con un regalo. Curiosamente el remitente era de El Escorial y es familiar de un diputado de extrema derecha”, señala el diputado, que añade: “A mí me envió una película de Agatha Christie y varias hojas escritas”.
Denuncia su silencio. El candidato de Unidas Podemos Pablo Iglesias, se preguntó ayer que “cómo es posible” que la Casa Real “todavía” no haya dicho “una sola palabra condenando la violencia fascista” tras las amenazas de muerte “reales y verificadas” por el Ministerio del Interior que han recibido estos días varios cargos políticos, entre ellos él mismo. Además, ironizó sobre cuál es el partido “más monárquico de España”, el que “más grita ‘viva el rey’ y desprecia la democracia y las conquistas de la gente trabajadora en este país”, en alusión a Vox.
Íñigo Errejón. Por su parte, el líder de Más País, Íñigo Errejón, afirmó que todas las personas que se dedican al servicio público en general y a la política en particular reciben “amenazas” de mayor o menor gravedad, y, en este contexto, hizo un llamamiento a la “serenidad” y la “calma” y a “derrotar en las urnas” a quienes “siembran el odio”.
“Hay quienes quieren alimentar el odio para envilecer y enfangar el debate público”
Portavoz del Gobierno español