- La asociación de familiares de presos de ETA Etxerat hizo ayer un llamamiento a la sociedad, a las instituciones de Navarra y la CAV y también al Gobierno del Estado para que “no permitan” que el “lobby inmovilista bloquee el final de la dispersión y el itinerario jurídico” de sus allegados. “Se ha rebajado ligeramente la presión que la política penitenciaria ejerce sobre los presos y los familiares, pero no lo suficiente. Centenares de personas, 200 familias, siguen sufriendo las consecuencias del alejamiento. El cambio registrado hasta ahora no responde a la demanda de la sociedad vasca, ni al nuevo ciclo, ni a sus expectativas sobre un nuevo escenario”, denunciaron ayer Urtzi Errazkin y Patricia Vélez, portavoces de la plataforma.
Desde septiembre de 2018, Etxerat contabiliza 74 reclusos acercados a las cárceles de Navarra y la CAV, y otros 16 expedientes están pendientes de resolución. Una cifra algo mayor que en otras épocas, pero igualmente insuficiente. “¿Por qué no todos a la cárcel de Zaballa? ¿Por qué a Estremera? ¿Por qué hay aún 127 presos en primer grado, el más restrictivo y con el que no se puede progresar en una perspectiva de excarcelación? ¿Por qué no salen en libertad, más aún en tiempo de pandemia, los mayores de 65 años, los 18 gravemente enfermos, las embarazadas con sus hijos?”, se preguntaron.
Quizá porque existe un “lobby inmovilista” que está interesado en mantener el viejo esquema de la dispersión, y que sigue ejerciendo cierta presión. Por esta razón, Etxerat solicita que las instituciones de la CAV, de Navarra y el Gobierno del Estado velen porque estos lobbys y sectores no ganen la partida y propicien el bloqueo del fin de la dispersión.