- La visita de Pedro Sánchez ayer a Pamplona deja muy buenas palabras, poca concreción y una foto de gran calado. Un encuentro simbólico con la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, y su Ejecutivo de coalición, que llega en plena tormenta política por el apoyo de EH Bildu a los Presupuestos del Estado. Y que supone un respaldo a la política de alianzas del Gobierno de Navarra, que anunciará hoy un acuerdo presupuestario con la formación soberanista que sentará las bases de la estabilidad parlamentaria para el resto de la legislatura.

El presidente limitó su presencia a un saludo protocolario en la sede del Ejecutivo foral, donde fue recibido con abucheos por un pequeño grupo de personas. Posteriormente celebró un acto institucional en Baluarte para presentar a un selecto grupo de agentes políticos, sociales y económicos el proyecto España Puede, la estrategia del Gobierno central para gestionar los fondos europeos.

El acto sirvió no obstante para que Sánchez pusiera en valor la gestión de su Gobierno durante la crisis sanitaria, enumerando las principales iniciativas que los últimos meses han puesto en marcha desde La Moncloa. Lo hizo con diversas referencias a Navarra, a su capacidad de “innovación” en sectores como la energía eólica o la automoción, a su apuesta por la igualdad o a su plan de digitalización.

Pocas novedades deja sin embargo el discurso de Sánchez, que evitó cualquier mención a la coyuntura política en Navarra, ni mucho menos a la de Madrid. No está el ambiente como para distracciones informativas con el acuerdo presupuestario con EH Bildu agitando el debate en la capital y algunos barones socialistas exhibiendo malestar. “Decimos adiós al pasado. Entre avanzar y quedarnos como estamos, el Congreso ha decidido avanzar”, se limitó a señalar Sánchez un día después de que la Cámara Baja tumbara las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos.

Así que el acto en poco se pudo distinguir de los que el presidente tiene previsto realizar por todo el territorio nacional. Sánchez, eso sí, anunció 10.000 nuevas plazas de MIR, puso en valor la “cogobernanza” con las comunidades autónomas y envió un mensaje de optimismo ante la posibilidad de lograr una vacuna más pronto que tarde. “La unidad es nuestra mayor fortaleza para hacer frente al desafío que tenemos con la covid-19”, enfatizó Sánchez, que puso el foco en la “colaboración” europea como estrategia para garantizar una recuperación económica basada en “la cohesión social y territorial”.

Una apuesta que pasa por el plan de recuperación Next Generation que impulsa la UE, y que va a aportar a España 140.000 millones en seis años, el equivalente al 11% del PIB. “Es una oportunidad extraordinaria para una situación excepcional”, remarcó. Un proyecto ambicioso que el Gobierno de España quiere gestionar a medias con las comunidades autónomas para acelerar la salida de la crisis desde la digitalización y el desarrollo sostenible.