- La izquierda abertzale ha dado el salto a la arena política de la negociación de los Presupuestos estatales tras haber desdeñado durante décadas los acuerdos del PNV con los gobiernos españoles. En la incipiente disputa por la influencia en Madrid, el PNV se reivindica como garante de que el diálogo se salde con contrapartidas de calado y, en ese sentido, alerta del riesgo de que EH Bildu negocie a la baja con tal de escenificar que ha conseguido aparecer como un interlocutor válido y normalizado, y romper así su techo de cristal en el Estado o la barrera que le impedía hasta la fecha ser considerada como una más por el lastre que han supuesto los años de violencia de ETA y el discurso de la izquierda abertzale sobre ella, aunque el acuerdo presupuestario se produjera a costa de rebajar el número de compromisos que podrían arrancarse en beneficio de los vascos. Los jeltzales también creen que podría poner sobre la mesa en exclusiva la cuestión de los presos, una reivindicación que al PNV le parece justa, pero que no afecta al conjunto de la sociedad vasca, según explican las fuentes consultadas.
Ante esta especie de dumping político que rebaje el precio del acuerdo con el presidente español, Pedro Sánchez, fuentes de la Ejecutiva del PNV consultadas por DNA se reivindican como los garantes de que prevalezca "el interés general de la sociedad vasca y no de un partido". El portavoz jeltzale en el Congreso de los Diputados, Aitor Esteban, se refería ayer a este escenario, al temer que Bildu ponga "la alfombra roja" al Gobierno español y perjudique a los vascos, que de otro modo podrían lograr más contrapartidas, según dijo a Onda Vasca.
Los seis escaños del PNV en el Congreso están por la labor de facilitar la aprobación de los Presupuestos estatales para evitar una tercera prórroga y un escenario de inestabilidad que podría desembocar en unas nuevas elecciones generales, y truncar el diálogo sobre el traspaso de las competencias que recoge el Estatuto de Gernika. Sin embargo, no implica que su respaldo a las Cuentas sea gratuito, menos aún en un momento en que va a ser inevitable que el público coloque en una balanza las contrapartidas que arranque el PNV y las que pudiera lograr EH Bildu, si es que la negociación avanza por ese carril más allá del conato de acercamiento del vicepresidente y líder de Podemos, Pablo Iglesias.
El PNV se pone en valor en puertas de que mañana mismo se reúnan Esteban y la vicepresidenta Calvo, aunque los jeltzales rebajan la expectativa sobre este encuentro porque será genérico, y sobre Presupuestos solo hablan con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, o con el propio Sánchez. No saldrá ninguna gran noticia del encuentro, y será a partir de octubre cuando todo comience a tomar velocidad. El PNV niega que esté en solfa su capacidad de influencia porque, a diferencia de EH Bildu, tiene un acuerdo firmado desde la investidura con Sánchez, forma por lo tanto parte de ese bloque de investidura, y sus votos "son necesarios en todas las combinaciones", según recalcan. Creen que EH Bildu puede, con un acuerdo a la baja, "entorpecer y abaratar los Presupuestos".
Ante la tentación que puede tener Sánchez de exigir a los grupos un ejercicio de contención económica en sus demandas en el contexto de la pandemia, el PNV ha esgrimido ya en público varias reivindicaciones que no suponen exigir más dinero, pero que tienen una importancia nuclear para que el Gobierno Vasco pueda redactar unos Presupuestos sin recortes sociales. El PNV pone la lupa en la asignación de los fondos europeos a proyectos de innovación vascos, pactar unos límites más amplios de deuda y déficit para la comunidad autónoma en la Comisión Mixta, y solucionar el asunto de los remanentes de los ayuntamientos. Aitor Esteban citó también ayer la importancia de que los Presupuestos estatales apoyen la reactivación económica y un nuevo modelo productivo, con atención a la industria, lo que parece un mensaje subliminal sobre la asignación de los fondos europeos a proyectos vascos.
El PNV ya se presentó hace meses como el partido que influye en Madrid cuando arrancó, en el contexto de las prórrogas del estado de alarma, que Euskadi gestione el pago del Ingreso Mínimo Vital. Supuso una suerte de golpe de autoridad e influencia tras el acuerdo para derogar la reforma laboral firmado por EH Bildu, que además quedó en papel mojado. Es cierto que Sánchez ha dejado un buen número de cadáveres en la cuneta con pactos que después no se cumplen, y le sucedió al propio PNV con la demora para convocar la Comisión Mixta del Concierto Económico, pero los jeltzales han mostrado hasta la fecha una mayor capacidad para darle la vuelta a la situación y hacer que lo comprometido se cumpla, aunque sea con retraso en algunos casos.
En algunos ámbitos se está interpretando que los recientes cinco acercamientos de presos de ETA, algunos de ellos condenados por delitos de sangre, están relacionados con una negociación entre Iglesias y EH Bildu para los Presupuestos. El PNV no se pronuncia al respecto. En las últimas horas se están produciendo movimientos, como las jornadas del Foro Social previstas en Madrid este jueves, para tratar de desarmar al lobby de la derecha española que rechaza un cambio en la política penitenciaria.
Esteban cruzó los dedos para que EH Bildu no "perjudique a la sociedad vasca" solo por salir en la fotografía en la carrera con el PNV. "Quieren poner su culo donde está el culo del PNV. Que busquen su propia silla", lanzó. Además, se declaró "muy optimista" sobre la aprobación de los Presupuestos vascos y estatales. Sobre los estatales, vio movimientos en el ámbito catalán por parte de formaciones que hubieran dado un no rotundo en otras circunstancias, y que ahora se abren a dialogar, en alusión al PDeCAT tras la ruptura en JxCat. A Ciudadanos lo vio en una posición ambigua y volvió a alertar de que podría fijar condiciones inasumibles para el PNV.
"No me gustaría que Bildu pusiera la alfombra roja y perjudicara a los vascos, que podrían lograr más"
Portavoz del PNV en el Congreso