- Aún quedan minutos de juego antes de emprender la negociación presupuestaria, pero el presidente Pedro Sánchez recibió ayer una de cal y una de arena. Mientras Ciudadanos abrió la puerta a negociar unos Presupuestos Generales del Estado de 2021 sin mirar a quién tiene “a los lados o a su espalda” ni “a nadie”, y eso incluye al PP, ERC llamó a repensar su estrategia con el PSOE.
Son unas negociaciones que Edmundo Bal, portavoz adjunto de C’s en el Congreso, califica de “prioritarias” emprender teniendo en cuenta la dimensión de la crisis económica y social provocada por el coronavirus. “Lo hemos dejado clarísimo en todas nuestras intervenciones, es un Gobierno malo para España, no nos gusta nada”, reconoció, si bien la formación naranja se apresta a “aportar utilidad y moderación” y, de paso, permitir “que este país no esté en manos de Rufián, Otegi y Pablo Iglesias”. “Que evite los radicalismos populistas y los nacionalismos”, subrayó, para remontar la crisis. Ni siquiera tendrán en cuenta las maniobras que puedan realizar otras formaciones, según aseveró, como es el caso del PP.
ERC, por su parte, parece que no estará en la mesa de negociación. No, al menos, hasta repensar la estrategia a seguir con Sánchez. La entrada de C’s, de hecho, consumaría la salida de los republicanos catalanes. Así lo expuso su portavoz en la Cámara Baja, Gabriel Rufián. La “activación” de Ciudadanos como “actor” en el tablero político ha traído consigo que los 13 diputados de su formación dejen de ser “tan imprescindibles”. Y sostuvo que “eso nos tiene que hacer reflexionar y hacer replantearnos nuestra estrategia a la hora de negociar o interlocutar con quien sea”.
El Gobierno de Pedro Sánchez será quien deba “elegir” entre los 10 votos de esa “derecha” que capitanea Inés Arrimadas, que se hace “fotos en Colón con Vox y el PP”, o bien los 13 de la izquierda independentista catalana, que apuesta por el “diálogo” y por políticas sociales, concluyó.