- La conferencia de presidentes que ha convocado Pedro Sánchez tendrá una silla vacía: la de Iñigo Urkullu. Salvo que Madrid decida a última hora cumplir lo pactado, el lehendakari en funciones no acudirá a la reunión informativa sobre los fondos europeos que tendrá lugar el próximo viernes 31 de julio a modo de denuncia y queja porque el Gobierno español no ha cumplido sus compromisos previos con Euskadi en materia financiera. Cree que no sería “coherente” acudir sin que se haya reunido la Comisión Mixta del Concierto Económico, donde el Estado debe pactar un límite de déficit más amplio para la comunidad autónoma que le permita endeudarse y cubrir la caída de la recaudación fiscal causada por el coronavirus, tal y como acordó con el PNV el pasado 20 de mayo sin que por ahora se haya cumplido. El incumplimiento del acuerdo, que estipulaba que la Comisión tendría que haberse celebrado en la primera semana de julio, es una piedra en el zapato que está lastrando seriamente la relación entre el presidente español y el PNV, y ahora también con Urkullu, que se ha dirigido de manera reiterada por carta y mensajes al socialista sin obtener respuesta.
Después de que los jeltzales avisaran el miércoles a Sánchez de que no negociarán nada, ni siquiera los Presupuestos, hasta que se cumpla ese acuerdo, Urkullu ha decidido que hoy por hoy no se dan las condiciones para acudir al cónclave de presidentes autonómicos por haber excluido a la comunidad del reparto del cuarto tramo de 5.000 millones del fondo Covid activado desde el Estado, y por resistirse a convocar la Comisión Mixta que en principio iba a compensar esa exclusión con un mayor margen de deuda y déficit. En la misma situación se encuentra Nafarroa, liderada por la socialista Chivite, pero Urkullu aclara que su plante a la conferencia es su posición y no habla por otros. La ministra de Política Territorial, Carolina Darias, se puso en contacto con el lehendakari para anunciarle la convocatoria de la reunión, que será presencial y en La Rioja, en el Monasterio de Yuso, y el propio lehendakari le confirmó que no asistirá. Le recordó que el consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, se está dirigiendo de manera reiterada a la ministra María Jesús Montero sin éxito, y que él mismo planteó su reivindicación en anteriores conferencias de presidentes o por carta a Sánchez sin que nadie haya dado señales de vida. El portazo no es definitivo. No es un rechazo categórico en la medida en que, si Sánchez convocara la Comisión Mixta, Urkullu no tendría problemas para ir, aunque a estas alturas nada apunta a que el asunto se vaya a resolver en una semana. La decisión de Urkullu es un movimiento de luces largas y no tan cortas, que pretende hacer ver a Sánchez que este desencuentro amenaza con contaminar su relación. No hay visos de que el PNV vaya de farol o se despierte mañana pensando que la Comisión no es tan importante. El Gobierno Vasco necesita conocer su capacidad de deuda para acudir a los mercados y lanzar cuanto antes los Presupuestos de 2021. El socialista está preparando el caldo de cultivo necesario para dinamitar los puentes. A este malestar se suma la preocupación del lehendakari por el anuncio de una Agencia Estatal de Salud tras el pacto con el PP en la comisión de reconstrucción.
Urkullu nunca ha sido un apasionado de las conferencias de líderes autonómicos. Participó en las videoconferencias del estado de alarma por la situación excepcional y en el marco del mando único de Sánchez, aunque ya pidió una reflexión sobre su utilidad porque solo servían para presentar hechos consumados. Pidió no suplantar los foros que existen, como la Comisión Mixta que rige la relación bilateral entre el Estado y las haciendas forales. Este debate lo separa de sus socios del PSE en el Gobierno Vasco. Sánchez presentará los 140.000 millones que va a recibir desde Europa, de los cuales 72.000 son a fondo perdido. Pero no se prevé que exista mucha diferencia entre acudir o no a la conferencia: los fondos se fían a largo, porque empezarán a llegar en el segundo semestre de 2021; y son fondos europeos que no se inyectan a los gobiernos autonómicos, sino que se vehiculizan a través de los estados, y se destinan a proyectos concretos, al estilo del Plan Juncker, de manera que este tipo de iniciativas nunca se han canalizado en la Comisión Mixta ni hay gran margen para negociar.
Que sea presencial despierta recelos por el virus. Torra ha dejado en el aire su asistencia y pide vías telemáticas. La cita coincide con San Inazio, donde el PNV celebra su fundación.