- La candidata a lehendakari de Elkarrekin Podemos, Miren Gorrotxategi, ha convertido la alianza de izquierdas para desalojar al PNV del Gobierno Vasco en su seña de identidad para buscar un espacio en las disputadas elecciones del 12 de julio. Su empeño la llevó ayer a hacer abstracción de la negativa de EH Bildu a condenar de manera expresa la oleada de ataques contra sedes de partidos políticos, incluido Podemos. Esta polémica se ha cruzado en el camino de EH Bildu y ha provocado que la socialista Idoia Mendia, que ha padecido en su propio portal un sabotaje con pintadas, haya descartado por completo gobernar con una izquierda abertzale que no puede condenar esos actos. Gorrotxategi, sin embargo, aseguró ayer que el rechazo de Mendia no tiene por qué ser un "obstáculo definitivo", pidió esfuerzos para pactar por todas las partes, y también dejó ver que le basta con un rechazo de esas pintadas sin entrar a exigir en concreto la palabra condena. No obstante, no entendió que EH Bildu se resista tanto a usar la palabra condena.
La alianza de izquierdas es una quimera hoy por hoy en Euskadi, aunque en las últimas horas haya resucitado esa posibilidad con el acuerdo en el Congreso de los Diputados para derogar la reforma laboral. El acuerdo lo firmó EH Bildu con Unidas Podemos y el PSOE, pero ha sido desmentido después por los socialistas, que parecen empeñados en desandar todo el camino emprendido para acercarse a la izquierda abertzale. Se habla del acuerdo como un error. En paralelo, la alianza del PSE con el PNV en el Gobierno Vasco parece sólida pese a los roces por la gestión del virus. Además, al margen del habitual debate ético, la posición de Bildu sobre los ataques genera a Mendia, como mínimo, un problema de confianza con la coalición, que no se pronuncia con la contundencia que desearía para rechazar los ataques del sector crítico de la izquierda aber-tzale al calor de la huelga de hambre del preso Patxi Ruiz.
En una rueda de prensa por videoconferencia, Gorrotxategi dijo que el pacto de izquierdas entre el PSE y EH Bildu siempre ha encerrado una "dificultad". "Si fuera fácil, se habría hecho ya hace mucho tiempo", evidenció. Sin embargo, consideró que remover los obstáculos de estos años es posible con "voluntad política". Según dijo, para Elkarrekin Podemos es "aceptable" usar la palabra "rechazo" para censurar el ataque a la casa de Mendia y las pintadas en las sedes de los partidos, sin necesidad de empeñarse en el término "condena". No obstante, Gorrotxategi quiso ser crítica también con EH Bildu y dejó ver que no comprende que tenga "tal dificultad" con usar la palabra "condena" como para negarse a firmar con el resto de los partidos. "Todos tienen que ver lo que impide un pacto de izquierdas y valorar a qué le dan más importancia. Eso hará un posible un pacto entre las tres izquierdas", recalcó. Gorrotxategi pidió que socialistas e izquierda abertzale se "muevan de sus esquinas tradicionales y miren hacia delante y no tanto hacia atrás".
La candidata presentó a Podemos como la bisagra necesaria para engrasar ese pacto y que se superen las dificultades que separan a EH Bildu y PSE. No es este asunto sobrevenido el único que provoca el divorcio. Tampoco hay coincidencia sobre el nuevo estatus de autogobierno, o sobre el apoyo a la escuela concertada, por mencionar un asunto más cotidiano.
Gorrotxategi insistió en la alianza de izquierdas y encuadró la rectificación sobre la reforma laboral por parte del Gobierno de Sánchez en el temor que ha provocado a la empresa y la derecha española, pero insistió en que la voluntad de derogarla es firme.
"Todos tienen que ver lo que impide un pacto de izquierdas y ver a qué le dan más importancia"
Candidata de Elkarrekin Podemos