- La maquinaria de los partidos vascos se pone en marcha de cara a una cita electoral incierta, imprevisible y que, a menos de dos meses para acudir a las urnas, despierta muchas interrogantes. No solo en lo que la gestión de la crisis sanitaria y sus efectos secundarios, sociales y económicos, pueden afectar en la elección de la papeleta, sino también en el marco y puesta en escena con que contará esa jornada para evitar la abstención y garantizar el derecho a emitir el sufragio en las máximas condiciones de seguridad y salubridad. En plena desescalada y estado de precampaña, el lehendakari, Iñigo Urkullu, trasladó a las diferentes fuerzas políticas la posibilidad de reducir la campaña a una sola semana -por lo que no arrancaría el 26 de julio sino el 3 de julio-, algo que el PNV ya ha considerado que "no sería una mala idea". Las dudas sobre el impacto que las medidas de restricción de movimientos, de aforos, de garantía sanitaria o de miedo social puedan condicionar el comportamiento electoral presiden el debate en el que sería, de no torcerse el control del coronavirus, en el primer gran acto multitudinario, con cerca de 1,8 millones de vascos censados. El estado de alarma, aseveró Urkullu, no es "obstáculo" y de hecho el Gobierno de Pedro Sánchez "coadyuvará" en ámbitos como el voto por correo y en todo lo que dependa del Instituto Nacional de Estadística.
¿Habrá mítines políticos con normalidad? ¿Cómo asegurar la movilidad para acudir a los colegios? ¿Se habilitarán cabinas de votación? ¿Qué incidencia tendría el voto por correo y cómo se facilitará? ¿A qué perfil de votante podría retraer más acudir por temor al covid-19? Son solo algunas de las inquietudes de la ciudadanía mientras el Jefe del Ejecutivo vasco sostiene que la sociedad vasca tendrá las "mayores garantías" para acceder al voto hasta el punto de que "quizás cabría una mayor participación". Urkullu apeló además a que los ciudadanos son conscientes de "la importancia" de estas elecciones para que el actual escenario se encare con un nuevo Parlamento Vasco con capacidad legislativa.
"Que la campaña sea de una manera u otra, corresponde a los partidos políticos", sentenció el dirigente jeltzale, recordando que "hay un precedente en las últimas elecciones generales celebradas, en las que la campaña duró una semana. Serán ellos lo que analicen cuáles son las circunstancias". Celebrar los comicios en julio puede ser problemático por los vascos que se vayan de vacaciones en esas fechas, pese al estado sanitario. Sin embargo, esto no sería excusa para ausentarse de los cargos en mesas electorales. "Cada uno sabrá qué justificación tendrá", remarcó Urkullu, precisando que el Ejecutivo vasco trabaja para fomentar el voto por correo, con un plazo de solicitud desde mañana 20 de mayo al 2 de julio, organizar los centros electorales de forma que haya un máximo de 500 votantes por mesa y establecer franjas horarias para ir a votar. Entre otros pasos, el personal de las mesas electorales llevaría las correspondientes EPIs y en los colegios habría una señalización estableciendo por dónde habrá que ir, con un control de aforo en la entrada.
Ya en la documentación que el lehendakari entregó a los partidos se incluía un informe sanitario y otro jurídico para reforzar la idea de que julio era el mejor momento para ir a las urnas junto a un análisis de cómo desarrollar esa jornada. Respecto al voto por correo, entre las medidas que se quieren consensuar está la de ampliar los plazos y poner en marcha mecanismos legales para que las personas confinadas, por ejemplo los mayores en residencias, puedan votar, a la espera de acontecimientos en estos centros, con el fin de minimizar los desplazamientos y la exposición al virus. Lakua propone un modelo similar al que utilizan los presos, siendo el personal de Correos el que se desplazaría hasta ellas. Asimismo, se prevé ampliar los lugares de voto con nuevas ubicaciones próximas a los núcleos de residencia. El Gabinete de Urkullu pretende que Correos refuerce sus medios, ampliándose el horario de las oficinas, o que el INE impulse que el elector descargue la solicitud de voto por correo desde la web del citado instituto de estadística.
En cuanto al voto presencial se dispondrían las herramientas de distanciamiento y de protección e higiene que marquen las autoridades sanitarias, tanto para el personal electoral como para el electorado. Es decir, el uso de mascarillas, guantes, geles hidroalcohólicos y los metros de separación física necesarios. El texto abre la puerta a ampliar el número de colegios electorales y se recomendará a través de los medios de comunicación y redes sociales votar bastante temprano o evitar en lo posible la franja horaria de mayor afluencia. A los apoderados de los partidos se les ofrecerá la posibilidad de llevar a cabo el seguimiento de la jornada de votación mediante medios on line. De la misma manera, se estudia que el apoderado pueda pedir el voto por correo de personas aisladas, hospitalizadas, que guardan cuarentena o pertenecer a grupos llamados sensibles, eximiéndoles de presentar un certificado médico. También se incrementará el envío de mensajes y acciones electorales de modo telemático o las reclamaciones en torno al censo se podrían hacer a través de esta modalidad.
El otro punto del informe recogía el objetivo de "generar confianza" entre la ciudadanía y hacerlo mediante "información veraz, comprensible y accesible" sobre las vías distintas que se adoptarán para garantizar un proceso seguro y con garantías sanitarias.