- Pedro Sánchez y Pablo Casado solventaron ayer el primer escollo en la puesta en marcha de la negociación para afrontar la reconstrucción económica y social del Estado tras los efectos devastadores de la pandemia del covid-19. Así, la futura mesa entre partidos se desarrollará en sede parlamentaria -en forma de comisión en el Congreso de los Diputados- y se prevé que arranque este mismo mes. Por tanto, el Ejecutivo español, que prefería crear un nuevo foro ex profeso para abarcar estos nuevos Pactos de La Moncloa, ha cedido a la pretensión del PP de que todo el proceso se lleve a cabo en la Cámara Baja.
Este cesión de Sánchez al líder de la oposición supone un cambio considerable en el formato del cónclave para afrontar el escenario que arroja la emergencia sanitaria. Es decir, el Gobierno pasa sobre la marcha de apostar por un pacto de Estado a reducirlo a una simple comisión parlamentaria. Este movimiento no ha contentado a todos los partidos -formaciones como el PNV y ERC ya habían dado el visto bueno al primer plan- por la sensación de improvisación y bandazos transmitida por el Ejecutivo español, que hasta la semana pasada defendía otra clase de negociación política.
El giro sí ha contentado a la derecha, en especial al PP, que había convertido en exigencia indispensable que las conversaciones entre partidos para la reconstrucción social y económica tuvieran lugar en el Congreso. Los populares temían que un nuevo foro diseñado a voluntad de Pedro Sánchez otorgara excesivo protagonismo a su gabinete y eclipsara a la oposición. El nuevo formato también es visto con buenos ojos por Vox, que se abre ahora a participar en la negociación tras haberse autodescartado en un primer momento.
El Ejecutivo español ha aceptado por tanto la principal exigencia del PP para participar en un acuerdo amplio. Superado este obstáculo previo tras la reunión telemática de una hora que mantuvieron Sánchez y Casado, el Gobierno ya trabaja con el resto de formaciones parlamentarias en dar forma a estas conversaciones, que deberían servir para esbozar soluciones colectivas a la gravísima crisis provocada por el coronavirus, que amenaza con una caída de alrededor del 8% del PIB español este año, según previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI). Así las cosas, el objetivo de La Moncloa con la puesta en marcha de esta comisión parlamentaria es alcanzar un gran consenso político y social para paliar los efectos de la epidemia y tratar de reconstruir la economía del país. Además, se debatirá entre las formaciones el fortalecimiento del sistema sanitario y la protección social de la ciudadanía, en especial de los colectivos más vulnerables.
De cualquier forma, este preacuerdo entre el PSOE y el PP para la puesta en marcha de la comisión no implica que haya sintonía en las grandes cuestiones que se debatirán en la futura mesa parlamentaria, sino simplemente el compromiso de sentarse a negociar. Según anunció ayer el gabinete de Sánchez, las conversaciones girarán en torno a cuatro ejes relacionados con la economía, el bienestar, la sanidad y Europa.
Así, Moncloa propone crear grupos de trabajo destinados a encontrar acuerdos de mínimos sobre la recuperación de la actividad económica, las políticas sociales y el sistema de cuidados, el fortalecimiento de la red sanitaria pública y la adopción de una posición común ante la Unión Europea. Según planea Pedro Sánchez, estas mesas sectoriales estarán compuestas por representantes del propio Ejecutivo español (con un máximo de tres miembros) y los partidos con representación parlamentaria atendiendo a criterios de proporcionalidad.
La política económica se perfila como el asunto más espinoso y que más debate generará entre los partidos de Gobierno y de la oposición, así como las prestaciones sociales, más si cabe visto el malestar en la derecha tras el anuncio de la semana pasada del ingreso vital mínimo impulsado por Podemos. En esta línea, el PP quiere frenar la influencia de los ministros morados en Pedro Sánchez, que hasta ahora ha reafirmado en todo momento su confianza en su vicepresidente Pablo Iglesias.
Aunque se desconocen las fechas exactas en las que comenzará la negociación, el Gobierno tiene intención de llevar a cabo las primeras reuniones antes de que termine el mes de abril y Pedro Sánchez ya ha nombrado a la vicepresidenta primera Carmen Calvo coordinadora de la comisión para la reconstrucción estatal. El primer encuentro estaría presidido por el propio Sánchez y sus cuatro vicepresidentes -Calvo, Iglesias, Nadia Calviño y Teresa Ribera- y podría celebrarse esta misma semana.
El modelo que baraja el Gobierno para las conversaciones sería de carácter mixto, con la presencia de expertos y colectivos sociales, que serían invitados por los representantes institucionales para que ofrezcan su diagnóstico de la crisis y sus recetas. Además, esta propuesta aboga por que el presidente o cualquier otro miembro del Ejecutivo pueda estar presente en las reuniones de los grupos de trabajo que considere. Estos encuentros deberían desarrollarse en su mayoría a lo largo del mes de mayo, preferiblemente en sede parlamentaria, pero sin descartar las reuniones telemáticas o en otras sedes. Finalmente, las conclusiones serían elevadas a la mesa de coordinación de Carmen Calvo antes del 1 de junio, siempre según el calendario que maneja Moncloa.
Será la propia Cámara Baja quien convoque las reuniones en los próximos días, según avanzó ayer por la tarde la ministra portavoz María Jesús Montero, que expresó que el Gobierno confía en que los trabajos entre los grupos parlamentarios se desarrollen con agilidad y en el menor tiempo posible.
Asimismo, Montero restó importancia al debate sobre el formato de la mesa de reconstrucción y celebró que el PP se abra a participar una vez el Gobierno ha aceptado su exigencia de que se lleve a cabo en el Congreso. “No tiene importancia si se trata de una mesa de partidos o de una comisión parlamentaria”, aseguró al respecto.
Por último, también confirmó su presencia en las conversaciones la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, que al igual que PP y Vox ve con buenos ojos el formato parlamentario anunciado ayer. La dirigente naranja reclama sin embargo que las reuniones sean ágiles y pide a Pedro Sánchez que acuerde también con la oposición el futuro plan de desconfinamiento.
Cambio de criterio. Que los pactos para la reconstrucción de la economía y las políticas sociales tras la pandemia vayan a tener forma de comisión parlamentaria facilita también que partidos que en principio eran reacios a participar en estas negociaciones se abran ahora a ello. Es el caso de Vox, que ha reculado en las últimas horas y abre la puerta a estar presente en las conversaciones, aunque mantiene un tono muy crítico con las intenciones de Sánchez. Según revelaron a Efe fuentes de la formación ultra, participarán “en principio” en este proceso, siempre que todo el diálogo se produzca en el seno del Congreso de los Diputados. También lo expresó su propio líder Santiago Abascal, quien en rueda de prensa a distancia señaló que su partido siempre ha reclamado que el diálogo no se hiciera a través de “reuniones bilaterales”, sino que se residenciara en el Congreso de los Diputados.
“Sánchez encontrará el hombro del PP en el Congreso, donde tiene que estar”
Presidente del PP
“El Gobierno desea que las reuniones se produzcan a la mayor brevedad posible”
Portavoz del Gobierno