Vitoria - Tenso compás de espera en los cuarteles del PP con la mirada puesta en lo que Alfonso Alonso decida mañana lunes en la Junta Directiva de los populares de la CAV sobre el acuerdo de coalición con Ciudadanos para las elecciones autonómicas del 5 de abril. El dirigente vasco no acepta el trágala de Génova que, a sus espaldas y a sabiendas de su rechazo a la propuesta, le impone dos representantes de la formación naranja en los puestos de salida de las candidaturas de la coalición por Bizkaia y Araba. El clima de enfrentamiento en las filas populares es palpable y roza la ruptura total entre la dirección estatal liderada por Pablo Casado y la filial vasca del partido que, en general, cierra filas en torno a Alonso.

Las posiciones están tan enconadas entre Madrid y Euskadi que los protagonistas han optado por el silencio para que la situación no estalle. Alfonso Alonso se dejó ayer ver en los actos de homenaje a Fernando Buesa y su escolta Jorge Díez, asesinados por ETA hace 20 años en Gasteiz, pero declinó hacer declaraciones sobre su situación. En Génova la consigna era no asomar la cabeza para evitar manifestaciones desafortunadas que aumenten la crispación. Tan solo salió a la arena Ana Beltrán, vicesecretaria de Organización del PP, que lejos de echar agua a las brasas, avivó el fuego al insinuar que una negativa a aceptar el acuerdo de coalición con Ciudadanos sellado por la dirección estatal del partido dejaría al político vasco a los pies de los caballos. “Él sigue siendo el candidato, él es el que tiene que decidir si acepta el acuerdo o no lo acepta”, señaló en declaraciones a la Cadena Cope.

Las declaraciones de la dirigente del PP estatal dejan entrever que Génova pasa la pelota a Alonso sobre su continuidad como candidato a lehendakari por la coalición PP + C’s en los comicios del 5-A, al tiempo que abren la puerta a un candidato alternativo si finalmente no da su brazo a torcer y mantiene su rechazo al acuerdo firmado en Madrid por las direcciones estatales de ambas formaciones. Beltrán justificó la decisión subrayando que este tipo de acuerdos los firma el partido a nivel estatal puesto que se trata de “un bien superior” que, a su juicio, consiste en ganar votos en Euskadi contra el nacionalismo vasco y el independentismo. La dirigente popular advirtió a Alonso de que la situación exige “generosidad y no tener intereses personales”.

Fuentes cercanas a Alonso negaron el viernes que vaya a dimitir, pero no escondieron su monumental enfado por haberse enterado a través de los medios de comunicación del acuerdo suscrito en Madrid entre el número dos del PP, Teodoro García Egea, y el vicesecretario general de Ciudadanos, José María Espejo-Saavedra. El dirigente vasco no asistió a la firma del documento a pesar de haber sido invitado, lo que da una idea de la tirantez en la relación entre Génova y los populares vascos.

Consideran estos que lo firmado es “inasumible” porque es desproporcionada la presencia de candidatos de C’s en la lista de la coalición. Recuerdan que, mientras que la formación naranja no tiene un solo cargo institucional en la CAV, el Partido Popular tiene un diputado en el Congreso, 9 parlamentarios, 11 junteros y 55 concejales. Advierten de que no es una cuestión que se limita a la figura de Alonso, sino que atañe a todo el PP vasco, que consideran ha sido ninguneado en esta operación. Los más afines dentro del PP vasco a la línea de Casado, sobre todo Bizkaia y una parte de Gipuzkoa, han optado por el silencio y, a tenor de su comportamiento en anteriores episodios de enfrentamiento con la dirección estatal no se prevé que salgan en defensa de Alonso durante la Junta Directiva Regional de mañana.

El Comité Electoral del partido ratificó a Alonso el pasado 11 de febrero como candidato a lehendakari, pero el último acuerdo entre PP y Ciudadanos establece que el cabeza de lista de la coalición “será designado por el Partido Popular”, sin mencionar en ningún momento a Alonso. En ese mismo documento se garantizan dos puestos de salida a C’s y, en cuanto al programa político, mantiene su defensa del Concierto económico vasco, que durante años ha sido rechazado por la formación naranja.

En los últimos años, Alonso ha sido un acérrimo defensor de la coalición con Ciudadanos y hasta ahora siempre se ha encontrado con el rechazo de su exlíder Albert Rivera, hasta el punto de que en septiembre pasado fulminó al número dos del partido en Euskadi, Javier Gómez Calvo, por intentar el acuerdo con el PP vasco. Ciudadanos logró 21.477 votos en las elecciones autonómicas de 2016, mientras que el PP, 107.771.