VITORIA - EH Bildu ha convertido el debate del nuevo estatus en un factor de marcaje al PNV en puertas de las elecciones autonómicas, y ayer dio una vuelta de tuerca a la presión que ya venía ejerciendo al exigir que se presente con celeridad una proposición de ley en el Parlamento Vasco. Amagó con presentar la suya si el resto no lo hace. El Parlamento Vasco finiquitó ayer la ronda de comparecencias de los expertos que han redactado las propuestas para el nuevo estatus de autogobierno. Los grupos pidieron su comparecencia para que explicaran el alcance de sus propuestas, y el jurista jeltzale, Mikel Legarda, expuso ayer las bases de su planteamiento, que gira en torno a la viabilidad del texto, el pacto con el Estado sobre el derecho a decidir, y un sistema de garantías para blindar el autogobierno.
EH Bildu reaccionó con la exigencia de que PNV, PSE y Elkarrekin Podemos presenten “en un tiempo prudencial” una proposición de ley con el articulado del estatus que han acordado parcialmente sus juristas. El parlamentario Unai Urruzuno, en línea con el documento interno de EH Bildu adelantado por DNA, anunció una campaña de socialización del nuevo estatus para que la ciudadanía conozca lo que ha sucedido con este debate, con la intención de marcar al PNV y esgrimir que ha incumplido las bases que habían pactado previamente entre los dos.
El PNV resistió estas presiones ayer, y se reafirmó en buscar un estatus consensuado y viable, sin fecha límite. Euskal Herria Bildu concibe su apuesta por el nuevo estatus como algo táctico para marcar al PNV.
Tras la comparecencia de Legarda, el PNV dijo que trabajará “con la mejor de las disposiciones de cara a lograr el acuerdo más amplio posible, un acuerdo con recorrido y viabilidad”. El PNV no se fija ninguna fecha límite para registrar esa proposición de ley, y se da por hecho que no dará tiempo a tramitarla en el Parlamento antes de las elecciones autonómicas, que podrían ser en junio u octubre.
No es un trabajo sencillo porque, a pesar del amplio acuerdo entre los juristas del PNV, PSE y Elkarrekin Podemos, los socialistas no van a firmar el registro de un texto que incluya el derecho a decidir, por mucho que su experto Alberto López Basaguren haya explicitado su discrepancia en un voto particular.
El PNV se propone “implicarse a fondo para ampliar y reforzar un acuerdo que suponga el reconocimiento de la realidad nacional de Euskadi y la asunción de la plurinacionalidad del Estado”. Quiere un texto viable, porque más adelante tendrá que ser aprobado en el Congreso de los Diputados.
Unai Urruzuno compareció ante los medios de comunicación para exigir que los trabajos se aceleren y no “caigan en saco roto”. Además, insistió en que el texto de los tres juristas, a su juicio, incumple el mandato parlamentario, pero pidió que se acelere el debate y dejó la puerta abierta a presentar su propia propuesta cuando dijo que, antes de tomar cualquier otra decisión, su grupo dará un “tiempo prudencial” al PNV.
En paralelo, EH Bildu activará una campaña de “socialización”, en línea con el buzoneo que se anuncia en su documento interno o con el próximo acto en el que participará Arnaldo Otegi. Euskal Herria Bildu argumenta que el debate debe ser “público” pero, de facto, estos movimientos dinamitan las opciones de llegar a un acuerdo con el PNV, y los jeltzales ven estos pasos en clave preelectoral.
Unai Urruzuno también ligó el estatus al debate sobre la huelga de ELA y LAB, donde dijo que el lehendakari Urkullu se escuda en su ausencia de competencias sobre el salario mínimo y las pensiones y, al mismo tiempo, su partido “reniega” de ampliar el autogobierno.