DONOSTIA - La cúpula de ayer y hoy del Partido Popular se dio cita ayer en Donostia para tributar homenaje al dirigente del partido asesinado por ETA en la capital guipuzcoana hace 25 años, Gregorio Ordóñez. En el acto participaron el actual presidente de la formación conservadora, Pablo Casado, y la portavoz en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, así como los dirigentes del partido en la CAV con Alfonso Alonso a la cabeza. Pero también estuvieron el expresidente del Gobierno español José María Aznar, el exministro Jaime Mayor Oreja y el exeuroparlamentario Carlos Iturgaiz. El acto se presentaba como un paréntesis en la ofensiva del PP contra el Gobierno de Sánchez por su diálogo con Catalunya. Sin embargo, Casado atacó con dureza al presidente español y también dejar algún recado al lehendakari Iñigo Urkullu, presente en el homenaje. Aznar tampoco pudo contenerse y, aunque más sibilinamente, cargó contra el nuevo ejecutivo en Madrid.
Todos ellos asistieron a la exposición sobre Gregorio Ordóñez inaugurada ayer en el Palacio Miramar de Donostia, que refleja las vivencias, testimonios y la trayectoria del político vasco asesinado por ETA hace un cuarto de siglo mientras comía en un restaurante de la Parte Vieja donostiarra acompañado de María San Gil y otro dirigente popular. Su viuda, Ana Iribar, agradeció a los que han hecho posible la exposición y, tras destacar que el discurso de su marido “sigue siendo válido”, afirmó que esto quiere decir que “no hemos sido capaces de resolver los grandes problemas a los que se enfrentó”.
Iribar hizo suyas algunas de las reflexiones que hace un cuarto de siglo ya hacía Ordóñez, pidiendo “el aislamiento no solo político sino social de los violentos, refiriéndose a la entonces coalición terrorista HB”, y añadió que “sus herederos siguen hoy sentados en los sillones de los ayuntamientos y escaños del Congreso y parlamentos autonómicos”.
Casado le cogió el argumento y lanzó el primer reproche al PSOE, en esta ocasión al socialismo navarro que gobierna en la Comunidad foral con María Chivite como presidenta. El dirigente conservador reclamó que aquellos que no condenan los asesinatos de ETA, en referencia a EH Bildu, “no puedan ser interlocutores, políticos, ni puedan poner gobiernos ni hacer presupuestos en comunidades tan cercanas como Navarra”.
Tras glosar la figura del que fuera teniente de alcalde de Donostia y parlamentario vasco, Casado señaló que “es un día para recordar, para estar a la altura del legado de todas las víctimas del terrorismo y para saber que la lucha que les hizo perder la vida la tenemos que continuar”.
En este punto, cambió el objetivo de sus reproches y los dirigió al lehendakari Urkullu. “También es bueno recordar ahora que se negocian tantas políticas con el PNV, que el lehendakari no debe proponer a España el acercamiento de 200 presos de la banda terrorista ETA que todavía no se han arrepentido ni han pedido perdón a las víctimas, sobre todo cuando entre ellos estaría el asesino de Goyo Ordóñez”, señaló en referencia a Javier García Gaztelu, Txapote, el autor material de los disparos que acabaron con la vida del dirigente del PP.
Aznar no fue tan directo en su crítica al Gobierno Sánchez y utilizó una vía más subrepticia para lanzarle una carga de profundidad al reclamar que Ordóñez “sirva de guía en estos momentos difíciles en los que se tiende a no defender nada y están en juego la vida, la libertad o el destino de países o naciones”. - DNA