madrid - El segundo día del juicio contra quien fuera major de los Mossos transcurrió ayer por los mismos derroteros que la jornada inaugural. Josep Lluís Trapero se desmarcó totalmente del procés independentista, apoyó la actuación de sus hombres y lamentó tener que estar sentado en un banquillo “por hacer mi trabajo lo mejor que supe”.
Un ejemplo claro del desmarque de Trapero del procés hay que buscarlo, según explicó, en su negativa a entregar información económica y fiscal solicitada por el Gobierno de Carles Puigdemont para una futura república catalana que se instauraría tras conseguir la independencia. Así, entre la documentación analizada ayer -correos electrónicos y e-mails-, la sala se centró en un correo que le envió en julio de 2017 el comisario Rafael Comes, entonces jefe de la Comisaría General de Investigación Criminal de los Mossos d’Esquadra, en el que éste indicaba que había asistido a una reunión a la que estaban también, entre otros, el ex secretario general de Interior César Puig y el exsecretario de Hacienda Lluís Salvadó. En él se mencionaba un plan para que en una futura república catalana la policía autonómica tuviera “competencias plenas”, entre las que destacaba el “control de aduanas” y la “investigación de blanqueo para evitar la evasión fiscal de Cataluña”.
Trapero señaló que en uno de los encuentros semanales que mantenía con el consejero del Interior y Puig, el secretario general le informó que la Consejería de Economía y Hacienda quería información de tipo fiscal “para saber si los hoteles pagaban los impuestos de la Generalitat sobre ese cometido”. “Mossos no facilitó ningún tipo de información”, afirmó Trapero, que aseguró que se “quedaron a cuadros” cuando escucharon la petición de Hacienda.
TrATO INJUSTO En un momento de su intervención Trapero afirmó que se siente injustamente tratado porque hizo lo posible para impedir el referéndum del 1-O y la Policía catalana actuó bien, pese a que reconoció que hubo algunos agentes que no estuvieron “a la altura” por su ideología.
En el momento más personal del juicio, Trapero desveló que tras ser imputado en esta causa, en la que afronta una petición de 11 años de cárcel, se sintió “injustamente tratado”, porque está convencido de que los Mossos lo dieron todo para cumplir la orden judicial de impedir el referéndum en el dispositivo conjunto con Guardia Civil y Policía . “Las cosas que he llegado a escuchar que hemos hecho, y no hemos hecho nada de eso”, se quejó Trapero, que resaltó que las descalificaciones a los Mossos le causan “tristeza, no; lo siguiente”.
Y es que, según alegó, los Mossos intentaron “claramente” evitar el referéndum y no, como preguntó el fiscal, “quedar bien ante los que lo promovían”. “No es no querer, es no poder”, precisó el otrora máximo responsable de los Mossos. - DNA