madrid - Pedro Sánchez ni siquiera había prometido su cargo ante el rey y el primer punto de discordia en el Gobierno de coalición que preside ya estaba en circulación. La filtración en los días anteriores de los nombres de los cinco ministros y ministras que Unidas Podemos tendrá en el nuevo ejecutivo antes de que los haya nombrado el propio presidente no ha sentado nada bien en Moncloa, tal y como dejó patente ayer la vicepresidenta Carmen Calvo, y ha retrasado a la próxima semana la presentación del nuevo gabinete, en principio prevista entre hoy y mañana. Incluso en las filas socialistas se daba por hecho desde hace tiempo que Sánchez tenía perfilada la estructura del nuevo gobierno y también la conformación del mismo, pero Moncloa comunicó ayer que lo anunciará la semana que viene.
Las prisas a la hora de fijar el debate de investidura para el puente de Reyes hacían pensar que todo estaba atado, incluida la conformación del gobierno. Tras ser investido el martes, dirigentes y cargos del PSOE daban por hecho que entre hoy y mañana se conocería el nuevo gabinete y que el viernes se celebraría el primer consejo de gobierno, que finalmente decae por falta de quorum. Calvo quitó importancia al retraso y lo justificó porque el presidente necesita más tiempo para formar su equipo. “Está haciendo modificaciones de áreas. El presidente nos pide unos días”, señaló la cordobesa que, salvo sorpresa, continuará como vicepresidenta política del Gobierno de Sánchez.
Desde la oposición se apresuraron en señalar esta demora en los nombramientos como la primera “minicrisis” en la relación entre los dos socios del Gobierno de coalición.
El senador del PP Javier Maroto dijo que ve al presidente Sánchez “claramente enfurecido” por estos anuncios de sus socios de la formación morada y que estos, su vez, “desconfían” de los socialistas por lo que han avanzado sus nombres en el Ejecutivo. “Se están tirando de los pelos antes de empezar y esto tiene un nombre que es minicrisis”, señaló. Desde el PSOE, el portavoz del grupo en el Senado, Ander Gil, le replicó recordando que Mariano Rajoy tardó hasta diez días en nombrar ministros.
Calvo deslizó una ligera crítica a la formación liderada por Pablo Iglesias por las filtraciones y subrayó que “las formas son importantes”, ya que considera que no se deberían haber adelantado los nombres de los ministros hasta después de la investidura.
Desde el entorno de Unidas Podemos se han venido filtrando estos días los nombres del líder de IU, Alberto Garzón, el sociólogo y economista Manuel Castells y la dirigente de En Común Galicia Yolanda Díaz para los ministerios de Consumo, Universidades y Trabajo, respectivamente. A ellos se añaden los ya conocidos desde la investidura fallida de julio de Pablo Iglesias e Irene Montero, como vicepresidente de asuntos sociales y ministra de Igualdad.
El Gobierno en coalición obliga a Sánchez a ampliar en todos los niveles (ministros, secretarios de Estado y direcciones generales) la estructura de su gobierno para dar respuesta a sus prioridades en el programa de gobierno. En declaraciones a TVE, Calvo quiso dejar claro ayer el distinto peso que los dos partidos van a tener en el ejecutivo. “La asimetría en escaños hace muy fáciles las cosas. Estamos hablando de un partido con 35 escaños [Unidas Podemos] y otro con 120 [PSOE]”, remarcó.
Sánchez no quiere problemas con los currículum y las trayectorias profesionales de los futuribles ministros como ocurrió en junio de 2018 con Maxim Huerta y poco después con Carmen Montón. El escritor y entonces tertuliano televisivo tuvo que dimitir como ministro de Cultura y Deporte seis días después de su nombramiento tras descubrirse que había sido condenado por fraude friscal. Tres meses después la ministra de Sanidad tuvo que seguir el mismo camino por irregularidades en su máster. Ello obliga a Sánchez a extremar las precauciones y a un examen estricto de las trayectorias de los ministrables para evitar patinazos como estos.
En el bando socialista no se han producido filtraciones expresas sobre su lista de ministros pero parecen seguros que continuarán aquellos que forman el núcleo duro del sanchismo: además de Calvo, la actual ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el de Fomento, José Luis Ábalos y la de Transición Ecológica, Teresa Ribera. El resto no tienen plaza asegurada en el nuevo ejecutivo, como tampoco está clara la estructura del gobierno y el número de ministerios que alcanzará la veintena.