Algunas fuerzas políticas acusan al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, de haber propiciado la repetición electoral en noviembre para crecer en escaños y debilitar a sus rivales, pero los precedentes de repeticiones o adelantos electorales demuestran que no siempre resulta beneficiado el partido en el poder.

Los expertos en procesos electorales coinciden en que el resultado de una convocatoria anticipada (bien por repetición de los comicios o por decisión del jefe del Ejecutivo) depende de tantos factores, relacionados con cada contexto político concreto, que no permite extraer conclusiones generales.

EL ELECTORADO REPARTIRÁ CULPAS Y CALCULARÁ PACTOS

Eso sí, siempre que se han repetido elecciones, ha caído la participación y ha resultado castigada la formación que los votantes han percibido como principal culpable, según subraya el sociólogo Narciso Michavila, presidente de la consultora especializada en sondeos GAD3.

Es muy difícil saber cómo reaccionará el electorado el 10-N cuando ninguna otra democracia ha convocado comicios legislativos “cuatro veces en cuatro años”; pero, más aún que la “atribución de responsabilidades” por el bloqueo político, pesará cómo perciban los votantes “si realmente hay coaliciones o alianzas posibles”, que es el único horizonte de gobierno, según Michavila: “El futuro Gobierno de España será de coalición o no será”.

El politólogo Lluís Orriols, de la Universidad Carlos III de Madrid, señala que los ciudadanos utilizan su voto para pedir cuentas de toda una legislatura, pero en este caso apenas ha habido actividad legislativa ni de Gobierno. Lo único que los votantes pueden “premiar o castigar” es la política de pactos.

LA DIVISIÓN DEL VOTO, MÁS PELIGROSA QUE LA ABSTENCIÓN

Con los datos actuales, a Sánchez podría irle bien, pero en siete semanas pueden cambiar muchas cosas, coinciden ambos expertos.

“Habrá que ver cómo digiere la gente que se les vuelva a llevar a las urnas” después de “cuatro años de campaña”, apunta Michavila. El elector ?sobre todo el de izquierdas? se encuentra aún “en estado de shock” porque confiaba en un acuerdo de gobierno, por lo que la abstención ahora sería muy elevada a ambos lados del espectro ideológico.

El descenso de la participación “castiga más a los partidos nuevos”, como Podemos y Cs, con electores más jóvenes y urbanos, mientras que las formaciones tradicionales “aguantan mejor”, según el presidente de GAD3.

Con todo, Michavila sostiene que el 10-N es una buena fecha para que la participación sea alta: “Es (un día) de consumo televisivo alto, la gente no se va a las playas, no se va de fin de semana...”.

Sea cual sea la abstención en noviembre, tendrá “mucho más impacto la fragmentación del voto”, advierte.

SIN BIPARTIDISMO, MÁXIMA INCERTIDUMBRE

El fin del bipartidismo cambió los parámetros de las expectativas electorales. Antes “contaba mucho la abstención” porque, cuando había más indecisos en un bloque que en otro, finalmente se quedaban en casa y ganaba el rival. Sin embargo, tras la aparición de Podemos, Cs y, más recientemente, Vox, muchos indecisos acaban votando y es muy difícil anticipar quién saldrá beneficiado, apunta Michavila.

Tanto el sociólogo como el politólogo aprecian cálculos electoralistas detrás del proceso que ha conducido a la repetición de los comicios y creen que el resultado está muy abierto: Ambos coinciden en que “la jugada le puede salir bien a Pedro Sánchez”, pero es “un ejercicio arriesgado”, como sugiere Orriols.

“Tenemos muchas experiencias históricas de gente que ha jugado con las encuestas y, al final, se ha equivocado”, apostilla el presidente de GAD3.

No en vano, aunque es habitual que los jefes de Gobierno adelanten elecciones para intentar mejorar sus resultados, no hay una ventaja genérica para el gobernante en estos casos. Numerosos ejemplos nacionales e internacionales lo confirman.

¿A QUIÉN LE FUE MAL?

- José Luis Rodríguez Zapatero.

En 2011, el líder socialista adelantó a noviembre las generales que debían celebrarse en marzo de 2012 para “proyectar certidumbre política y económica”. El 20-N, cargado de simbolismo al coincidir con el aniversario de la muerte de Franco, el PP ganó con mayoría absoluta y llevó a Mariano Rajoy a la Moncloa.

- Susana Díaz.

En 2018, la presidenta andaluza anticipó seis meses los comicios autonómicos tras romper Ciudadanos el pacto de investidura y para evitar que la campaña se contaminase de la inestabilidad política nacional. Pero ese “adelanto técnico”, como lo describió, descabalgó al PSOE andaluz del Gobierno y alumbró la primera alianza del PP y Cs en un Ejecutivo, gracias a la irrupción de Vox.

- Artur Mas.

El presidente de la Generalitat fracasó al adelantar las elecciones en 2012 en busca de un respaldo incontestable para ejecutar su plan soberanista. CiU perdió 12 diputados y, aunque vencedor, quedó lejos de “la mayoría excepcional” que buscaba para activar su hoja de ruta. Creyó que lograría capitalizar el fervor independentista, pero fueron ERC y la CUP quienes crecieron a su costa.

- Francisco Álvarez Cascos.

Peor le fue en Asturias a Álvarez-Cascos, que convocó elecciones anticipadas en marzo de 2012, solo ocho meses después de ser elegido presidente por Foro Asturias, tras rechazar el Parlamento autonómico sus presupuestos. Los nuevos comicios dieron la vuelta al tablero político y auparon al socialista Javier Fernández a la Presidencia.

- Matteo Salvini.

En Italia, el líder de la Liga y entonces ministro del Interior hizo estallar por los aires el pasado agosto su coalición de gobierno con el antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5S). Movido por las crecientes diferencias con sus socios y los sondeos favorables, Salvini buscó forzar elecciones con una moción de censura contra el primer ministro, que no se llegó a votar. El ultraderechista no contó con que el M5S y el PD pudieran unirse para formar otro gobierno sin necesidad de acudir a las urnas.

- Theresa May.

Al poco de iniciar el proceso de salida de Reino Unido de la UE, la premier británica adelantó las elecciones en 2017 tres años antes de lo previsto, con la intención de reforzar su posición ante el brexit. Consiguió lo contrario: los tories perdieron la mayoría absoluta, aunque se mantuvieron en el poder gracias a un pacto con el ultraconservador Partido Democrático Unionista (DUP).

¿A QUIÉN BENEFICIÓ UN ADELANTO O UNA REPETICIÓN?

- Pedro Sánchez.

El pasado febrero, el presidente del Gobierno en funciones adelantó más de un año las generales (para celebrarlas el 28 de abril) después de que el Congreso rechazara su proyecto de Presupuestos Generales. La apuesta de Sánchez, que gobernaba en minoría tras ganar una moción de censura contra Rajoy, convirtió al PSOE en la primera fuerza, aunque sin mayoría para gobernar.

- Felipe González.

El primer presidente socialista recurrió al adelanto electoral en sus cuatro legislaturas de Gobierno: En 1986 para rentabilizar su victoria en el referéndum sobre la OTAN, en 1989 para reforzarse frente a las protestas sindicales y en 1993 para impedir el triunfo de un PP en ascenso. Las dos primeras veces revalidó su mayoría absoluta y la tercera gobernó con apoyo de los nacionalistas vascos y catalanes. En 1996, CiU rompió el pacto y los nuevos comicios dieron la victoria a Aznar.

- Ximo Puig.

El presidente valenciano, Ximo Puig (PSPV-PSOE), adelantó las autonómicas previstas para mayo en gran parte de España para hacerlas coincidir con las generales del 28-A. Quería “dar visibilidad” a la Comunitat Valenciana con un calendario propio y logró ampliar su mayoría parlamentaria y reeditar su pacto de gobierno progresista con otras fuerzas de la izquierda.

- Esperanza Aguirre.

Después de las elecciones de mayo de 2003 a la Comunidad de Madrid, el PP perdió la mayoría absoluta con Esperanza Aguirre y PSOE e IU llegaron a un acuerdo para investir presidente al socialista Rafael Simancas, frustrado por la ausencia voluntaria de los diputados Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez. Dado que ningún candidato logró la confianza de la Asamblea, el presidente en funciones, Alberto Ruiz Gallardón, convocó nuevos comicios para el 26 de octubre en los que el PP recuperó la mayoría absoluta. l