madrid - Lejos de tantear la posibilidad de establecer una mesa de diálogo bilateral para un posible referéndum, como solicita el Govern; Pedro Sánchez no quiere ya ni otorgar más competencias a Catalunya. El presidente en funciones adelantó ayer que no es partidario de una mayor descentralización, sino que pretende mantener el actual statu quo en relación con el Estatut, origen del conflicto político tras el cepillado que sufrió por parte de Tribunal Constitucional (TC) en 2006. El líder del PSOE reconoció que entre los detractores de la independencia no todo el mundo piensa lo mismo, ya que “hay gente en Catalunya que quiere una recentralización por parte del Estado de las competencias; otros que queremos mantener el statu quo, me refiero al Estatuto de Autonomía; y otros que proponen una mayor descentralización”. Una muestra más del giro de Sánchez en sus posicionamientos, ya que hasta hace bien poco venía defendiendo una profundización y mejora del autogobierno a través de una reforma estatutaria e incluso pactó con el PSC en 2017 la Declaración de Barcelona que aboga por una reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial para recuperar algunos aspectos que el TC anuló, como la creación de un Consejo de Justicia Catalán configurado como una instancia desconcentrada del Consejo General del Poder Judicial.

Sánchez también se ha olvidado de la España federal a la que solía referirse estando en la oposición. Es más, señaló en una entrevista al diario digital Nius que la diferencia entre socialistas e independentistas es que estos últimos quieren identificar a Catalunya como Estado independiente, mientras que el PSOE cree que la mejor manera para que Catalunya exprese su identidad “es a través del Estado autonómico”. Ante la acusación del soberanismo al Estado español de “construir un relato” ficticio sobre la presunta violencia en el territorio catalán y “al hablar de presos políticos y de Estado opresor” Sánchez culpó al secesionismo de “contribuir con su discurso falso contra España a la radicalización de elementos extremistas”, en alusión a la reciente detención de miembros de los CDR. A su juicio, el guion del movimiento independentista es un “proyecto peligroso, divisorio (...) y que debe llevar a la reflexión” a sus precursores.

sobre el 155 Cuestionado sobre si está encima de su mesa la aplicación del artículo 155, también traspasó la pelota al mundo soberanista, ya que entiende el socialista que son ellos los que tienen la “responsabilidad” de evitar obligar al Estado a aplicar un artículo “perfectamente legítimo”. En un velado tono de advertencia, Sánchez, que hace ya tiempo que no contacta con Quim Torra, aseguró que “si no cometen irresponsabilidades”, el Gobierno español no tendrá que adoptar “medidas extraordinarias” como este precepto o la Ley de Seguridad Nacional, algo que impulsaría incluso estando en funciones.