Gasteiz - En plena cuenta atrás hacia el pleno de investidura que se iniciará mañana en el Congreso, el presidente del PP, Pablo Casado, visitaba ayer Euskadi y, más concretamente, Gasteiz -en el marco de la Escuela de Verano Miguel Ángel Blanco organizada por NNGG- cuando todavía no se han apagado los rescoldos de la polémica en torno a la confusión en una votación del popular Juan Carlos Cano en las Juntas Generales de Gipuzkoa, que le valió la apertura de un expediente por parte de Génova para enfado nada disimulado de los dirigentes del PP en Gipukoa y en Euskadi. Una nueva brecha entre la central popular y su filial vasca que ayer Casado y el líder de los populares vascos, Alfonso Alonso, se esforzaron por intentar dejar a un lado.
Así, con el escenario de cara a la investidura de la próxima semana sacudido por la renuncia pública de Pablo Iglesias en un intento por desatascar las negociaciones con el PSOE, Casado prefirió centrar su intervención en estos movimientos en las jornadas que hoy se clausurarán en el museo Artium, expresando su preocupación por que la “incierta investidura” del candidato socialista Pedro Sánchez como presidente del Gobierno pueda “cerrarse de mala a manera”. El líder popular calificó estos últimos movimientos como una “simulación de novedad para hacer lo previsible: que el PSOE pueda pactar con quien lleva pactando todo el mes”, ya que ambos han llegado a acuerdos -algunos aún en trámite, admitió- en diez diputaciones, diez capitales de provincia y siete autonomías. Por ello, abundó, lamentó que después un “año en la rueda del hámster del calendario electoral” España continúa “fuera de la normalidad política con una investidura incierta” que además puede “cerrarse de mala manera”.
Además, quiso reivindicar los “acuerdos satisfactorios” que el PP ha logrado en varias comunidades autónomas y ayuntamientos y confió en que “después de Murcia se logre un entendimiento en la Comunidad de Madrid pronto” entre PP, Ciudadanos y Vox que permita la investidura de la popular Isabel Díaz Ayuso.
Sobre la investidura de Sánchez también se pronunció el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, quien advirtió de la “amenaza que se cierne sobre nosotros con un gobierno que nos puede hacer retroceder”, una posibilidad ante la cual el PP está “levantado una alternativa muy necesaria”. “El País Vasco sigue siendo una parte esencial de nuestro proyecto. Desde su singularidad debe añadir valor a la suma, sin confundir singularidad con desmarque”, defendió Casado, en un intento por coser las heridas abiertas por el expediente de Génova a Juan Carlos Cano, gesto que Alonso reprodujo, reconociendo que los vascos del PP son “muy suyos” porque tienen una historia que “no es corriente” y que para formar parte del partido “había que tener bastante carácter”. “Somos muy nuestros. A la gente se le puede hacer raro porque tienen una lengua distinta y somos muy celosos de nuestras instituciones y tradiciones como la foral, algo que suena muy raro ahí fuera, pero que para nosotros es muy importante”, subrayó. No obstante, añadió que los vascos del PP “son muy” de Casado, porque “le necesitan” y creen que el presidente del PP “encarna la alternativa política que necesita España”. “Creemos en ti y sabemos que lo vas a hacer”, concluyó.
sobre Maroto Por otra parte, Casado defendió la decisión de su partido de proponer al exalcalde de Vitoria Javier Maroto como senador autonómico por Castilla y León -después de no lograr escaño al Congreso por Araba-, para lo cual se ha empadronado en un pueblo de Segovia: “Da igual cuando nazcas (...), lo importante es que defiendes una misma bandera y una misma Constitución”. - DNA/Efe