Madrid - El presidente del Gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, se presentará al debate de investidura en julio tenga o no garantizados los apoyos necesarios para sacarla adelante. Desde Moncloa dejan entrever en los últimos días que lo más probable es que dé el paso hacia la segunda o tercera semana del mes de julio, ya que el líder del PSOE ve necesario no retrasar más allá del verano el inicio de la nueva legislatura y, si la investidura es fallida, preparar una repitición de las elecciones generales tras el verano.
Sánchez, que sigue escondido de los medios de comunicación, inicia hoy un viaje oficial a Japón donde participará durante varios días en la cumbre del G20. De allí viajará a Bruselas para participar en el Consejo Europeo, que empezará el domingo 30 de junio y se alargará previsiblemente hasta el 1 de julio.
Por esas fechas se debe saber ya si es posible el acuerdo con Podemos, la única pieza que falta por destapar, ya que se da por hecho que ERC facilitará con su abstención la investidura de Sánchez, y que PNV y varios partidos regionalistas faciliten la investidura. Mientras que en Moncloa sostienen que Sánchez es el primero al que no interesa que haya una repetición electoral, en Ferraz aseguran que ésta beneficiaría al PP y al PSOE, porque ambos “subirían en votos”, y que si el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, se empecina en sentarse en el Consejo de Ministros “habrá elecciones y él lo tendrá que explicar”. Los socialistas reconocen que quieren “vivir en el mismo barrio” que Iglesias, pero “no compartir vivienda con él” y solo entienden su obstinación en clave de supervivencia interna.
Mientras se esfuerzan en quitar hierro al bloqueo que sufren las negociaciones con Iglesias, en el PSOE creen que la técnica marianista de Sánchez está dando resultados con C’s, partido al que ven en descomposición. Ni al PSOE ni a Sánchez les gusta que la investidura salga por esa vía pero, aunque mantendrán la presión hasta el último momento, se da casi por descartada una abstención del PP o de Ciudadanos, que no están sufriendo ni la presión social o mediática que padecieron los socialistas en el 2016 con la investidura de Mariano Rajoy.
parálisis legislativa PP y C’s se han descartado para un apoyo a la investidura de Sánchez y desde el primer momento están dispuestos a no darle ni agua ni tiempo. Ni siquiera para buscar apoyos para su designación como presidente del Gobierno español. Los dos partidos le presionan ahora para que encarrile su investidura y le ponga fecha antes de la primera semana de julio si no quiere que pidan iniciar el proceso de creación de las comisiones parlamentarias y la activación de la Diputación Permanente.
La ausencia de fecha tiene bloqueadas la capacidad legislativa y de control del Congreso, que a falta de un gobierno funciona al tran tran y con una intensidad baja, a pesar de que los grupos parlamentarios ya están constituidos y los diputados ocupan ya sus despachos.
Los grupos parlamentarios llevan ya unas pocas semanas registrando sus iniciativas, algunas de ellas ya calificadas por la Mesa del Congreso. El PP ha registrado seis proposiciones de ley, Ciudadanos y Vox una cada uno, el PNV cuatro y EH Bildu otras cuatro. Pero las comisiones parlamentarias que encarrilan estas propuestas antes de su llegada a pleno permanecen aletargadas. A ellas se añaden varias proposiciones no de ley para su debate en el pleno e interpelaciones urgentes. Todas ellas duermen en el cajón y el hemiciclo sigue estos días vacío y en silencio.
japón, g20. Sánchez tomará la decisión sobre la fecha de la investidura a la vuelta de su viaje a Japón, donde participará en el G20, y de allí viajará a Bruselas para participar en el Consejo de Europa, hasta el 1 de julio.
investidura. Desde Moncloa dejan entrever que, aunque no hay una decisión tomada, dará el paso de presentarse a la investidura la segunda o la tercera semana de julio.