gasteiz - ¿Por qué decide regresar a la primera línea política veinte años después?

-Porque me invitaron, yo sabía que estaba entre los nombres pero creía que solo para apoyar. Hay una preocupación grandísima sobre la situación política y por ello pensé que, si mi figura podía aportar algo, moralmente era el momento de dar el paso.

En un momento absolutamente distinto en muchos aspectos al de hace veinte años.

-Efectivamente, pero seguimos con problemas viejos, con síntomas diferentes; la ruptura democrática en el Estado todavía no se ha producido.

¿Cuáles van a ser las prioridades con respecto a Araba que defenderá en el Congreso si logra salir elegido?

-Hay una agenda alavesa determinante. Hay cuestiones medioambientales urgentes, la alta velocidad, el redimensionamiento del regadío en Valles Alaveses, con el embalse de Barrón; el desmantelamiento de Garoña o la depuración de aguas en Ayala, y también elementos relativos al Cupo, el IVA y las haciendas, que son prioritarios para nosotros.

En relación al TAV. ¿Qué plantean ahora que la infraestructura ya está hecha?

-Está la parte construida pero también los proyectos que quieren construir. Nosotros proponemos un tercer hilo en la Llanada hacia Pamplona, un tercer carril para combinar la actual infraestructura con la alta velocidad, de manera que no haya otra gran herida en la Sakana y en la Llanada. Creemos además que no tiene sentido sentido llevar el TAV por Rioja Alavesa y Valles Alaveses, por la zona de Labastida, solo para unir Logroño y Miranda, habiendo una vía actual que también se puede utilizar con un tercer carril, y sobre todo teniendo en cuenta que las instituciones europeas ya cuestionan esas grandes infraestructuras.

Ha afirmado en campaña que la ultraderecha nunca dará la voz al pueblo de Trebiño. ¿Confía en que el PSOE sí vaya a hacerlo si logra gobernar sin Ciudadanos?

-De momento está muy difícil. PP y PSOE se escudan en que quieren hacer una comisión para hacer una ley de enclaves, y en definitiva estamos en la misma situación que hace veinte años. Habrá que dar batalla y entretanto responder a la necesidad de servicios en la zona porque en la actualidad solo hay acuerdos con la Diputación y los servicios importantes de educación, sanidad o seguridad, que dependen del Gobierno Vasco, no están respaldados por convenios. Hay que conseguir que la ciudadanía de Trebiño tenga los mismos derechos que los demás.

¿Cómo puede influir la política en una transición energética que al fin y al cabo atañe y es responsabilidad de las empresas?

-Tenemos que adelantarnos a los acontecimientos mediante la I+D+i en el sector, hay que tener una perspectiva de aquí a veinte años, tenemos que ser conscientes de que el coche particular perderá relevancia y ha de haber apoyo institucional y financiero para esa transición. Estamos trabajando una ley de deslocalizaciones, hay que garantizar que el dinero invertido en ese sector no se pueda mover. Es necesario un plan de transición no solo para las grandes empresas, también para las que están alrededor de estas multinacionales. El PP dice que la crisis de Mercedes viene de un posible impuesto sobre el gasóleo y eso no es así, sobre todo responde a una bajada de la demanda en Europa.