Al poder español nunca le ha interesado regular los debates. Quien manda y tiene expectativas de hacerlo no desea que un rebuzno político o una metedura de pata en campaña le reste imagen y votos. Por eso no ordenan democráticamente estos torneos que deberían ser entre todos, como se hace en la sesión de investidura del Congreso donde hablan todos los grupos, porque lo que se elige el 28 de abril ese día son diputados y senadores. ¿Y de qué hablar? De temas sectoriales y un debate final de temas políticos. Como en cualquier país normal y no el espectáculo bochornoso que estamos padeciendo. Hablar de Euzkadi y Catalunya sin vascos y catalanes presentes, de esos que defienden a Euzkadi y Catalunya. La maravillosa España de las Autono-suyas.

Para colmo en Euzkadi los partidos llamados periféricos estamos en desventaja. Nadamos con las manos atadas a la espalda. Los partidos ”vertebradores de España”, como les gusta llamarse, PSOE, PP y Podemos nos saturan con Sánchez, Casado e Iglesias, cada uno con sus impactos y salidas de tono a los que se suman lo que dicen Odón Elorza por el PSE, Javier Maroto por el PP y Roberto Uriarte por Podemos. Dos impactos en Euzkadi por uno del PNV y Bildu. Como en las barracas. Dos por uno. Tema no baladí en una campaña mediática que te está diciendo que el voto que cuenta es el español vertebrador y no el periférico de los enanitos. ¿Cómo se puede arreglar? Con un cañón de ondas hertzianas en el Gorbea y Jaizkibel impidiendo el pase. O somos o no somos.

Me dirán que es una idea estrambótica. Lo es. Pero es que siempre en campaña vienen vendedores de espejitos mágicos. Recuerdo haber estado en el Pagasarri con Joseba Goikoetxea y José Luis Bilbao con un tipo que nos ofreció un anuncio luminoso que se iba a ver en todo Bizkaia. Te apartabas diez metros y el anuncio luminoso parecía un puntito invisible de una mini luciérnaga en la noche.

Y le pasó a Juan José Ibarretxe como candidato al Ayuntamiento de Laudio en la campaña de mayo de 1987. Alguien nos vendió la fabulosa idea, tipo Obama, de que el candidato hablara a todos los vecinos a través de una cinta grabada que llamaría a una larga lista de vecinos. Y así fue. Pero sucedió algo imprevisto. Una voz dulce anunciaba. “No se retire, le va a hablar Juan José Ibarretxe”, que era en ese momento alcalde de Laudio, parlamentario vasco y expresidente de las Juntas Generales de Araba.

E inmediatamente Ibarretxe hablaba de las bondades de su programa. Se tiene constancia que las primeras llamadas se produjeron a la una de la madrugada y todavía eran las ocho cuando el mensaje electoral seguía despertando al personal. Se calcula que alrededor de ochocientas familias fueron despertadas durante toda la noche porque la programación diurna de la dichosa cinta falló. Y a pesar de todo Ibarretxe ganó las elecciones y posteriormente fue elegido lehendakari.

Conclusión. Los debates electorales tienen mucha importancia, sobre todo cuando te excluyen, pero lo que vale es el trabajo diario y sobre todo la credibilidad. Y de eso se trata el 28 de abril.