madrid - Los Mossos siguen en el punto de mira de los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado en el juicio del procés. Ayer fue el turno de agentes de la Policía Nacional que dibujaron una escena hasta ahora inédita en la vista, la de haber comprobado que había urnas en el interior de un vehículo de la Policía catalana. “Dos mossos sacaron una urna y la metieron en un coche camuflado que pertenecía al departamento de Presidència de la Generalitat”, testificó uno de los policías que intervino en varios colegios el 1-O. Esta situación se reprodujo también en otros centros, según el testimonio de este agente, que vio cómo “en otro colegio una persona entrega dos urnas a una pareja de mossos tras cerrar el colegio” o cómo “una comitiva de personas va con ocho urnas y las meten en el vehículo policial” al concluir la jornada electoral.
Un policía que intervino en labores de vigilancia en varios centros declaró que al cierre de la jornada “había gente que salía de la escuela y se dirigen a ellos -a los Mossos- y le dan unas urnas”, y que cuando se les preguntó qué iban a hacer con ellas la respuesta fue “que su sargento iba a llevárselas”. “Los Mossos abrieron un pasillo en el momento que iban a hacer el recuento de votos”, sostuvo un subinspector de Policía destinado para labores de información. “Les vitoreaban: Ésta es nuestra policía”, censuró. Las preguntas de los fiscales en relación a la actitud de los Mossos ante estas situaciones no tardaron en llegar. “¿Había mossos? ¿Cuál fue su actitud?”. La respuesta de los testigos fue unánime: “Pasividad”. “Había al menos tres mossos en la puerta de entrada. No actuaban, estaban presentes”, relató una inspectora que participó en uno de los dispositivos.
seguimientos Además, varios mandos de agentes estatales acusaron a la Policía catalana de realizar seguimientos a las unidades policiales para alertar de sus posiciones, una actitud que fue calificada de “muy grave” por parte de uno de los inspectores que prestó testimonio. “Vimos dos personas transmitiendo información. Iban con ropa convencional. Uno de ellos llevaba un auricular y el otro botas tácticas de color negro y una defensa extensible. Se les veía un arma corta debajo de la chaqueta. Iban detrás de las unidades de intervención de la Policía como haciendo seguimientos. Anotamos la matricula de su coche y figuraba a nombre de Presidència de la Generalitat”, explicó un inspector procedente de la Comisaría General de Información y desplazado a Catalunya para aquellos momentos. Todos los agentes de la Policía Nacional relataron insultos y agresiones que dicen haber sufrido aquel día.
Los abogados de los acusados insistieron a los testigos si recordaban que en los colegios la gente allí presente gritaba que eran “gente de paz”. Uno de los inspectores dijo que efectivamente lo decían, eso sí, detrás de una barricada. Otro agente relató los insultos y provocaciones de los concentrados. “Nos llamaron maricones, basura, escoria, mercenarios, terroristas, qué valientes sois con escudos...”. - I. Santamaría