Vitoria - El PP vuelve a poner en la diana al euskera. Más concretamente, en el hecho de que la lengua vasca sea una exigencia la hora de aspirar a un puesto en la función pública. En esta ocasión, y en un acto celebrado ayer en Gasteiz, fue el vicesecretario general del Partido Popular y candidato al Congreso de los Diputados por Álava, Javier Maroto, quién verbalizó la crítica de que la lengua vasca sea “una barrera discriminatoria” para quienes quieren acceder a un puesto en la administración de la CAV. Maroto avanzó que los populares promocionarán una ley estatal al respecto para proteger “un euskera sin imposiciones”.
A juicio de Javier Maroto, el euskera -cuyo estatus es de cooficialidad con el español en la CAV, como recoge el Estatuto de Gernika- es una “riqueza tiene que ser un valor en positivo”, pero “nunca convertirse en una arma arrojadiza entre unos y otros”. Es más, profundizó en que “no debe ser una herramienta para imponer o discriminar a los alaveses, jóvenes o a quienes quieren acceder o tienen un empleo público”. El vicesecretario general del PP de Casado aseguró querer “defender a los alaveses que tienen un puesto de trabajo en la administración y que ven en el euskera un enorme riesgo de pérdida de su trabajo o de quedar relegados”. Como medida de choque, los populares promoverán “una ley estatal para que el euskera no sea una barrera en el acceso al empleo público”. Y la impulsarán bajo el “respeto” al marco competencial de la CAV, pero bajo el paraguas de las leyes del Estado que “influyen” en las medidas que adoptan las comunidades autónomas en materia lingüística.
Capaz de manejarse con cierta soltura en euskera -durante su mandato como alcalde de Gasteiz pronunció algunos discursos en lengua vasca-, Maroto denunció que se exija a los alaveses perfiles lingüísticos “que corresponden más a Gipuzkoa o Bizkaia”. Y volvió a echar mano del argumentario habitual del PP para clamar contra las exigencias del euskera en ciertos servicios públicos o las bases de las ofertas públicas de empleo. Propuso que “los mejores profesionales de la medicina o de la docencia, puedan venir de otras regiones de España a trabajar en el País Vasco” sin que tengan que acreditar el dominio de la lengua vasca. “No queremos que esos profesionales tengan en el euskera una barrera para trabajar aquí. Yo si estoy enfermo, quiero que me opere el mejor médico que sepa de medicina, no el médico que hable mejor euskera en el quirófano”, incidió a continuación.
Precedentes No es esta la primera vez que los populares vascos, al abrigo de las declaraciones que vienen haciendo sus superiores en el Estado, apuntan la eliminación del idioma vasco como requisito para optar a una plaza de funcionario. Otro de sus principales cabezas visibles en suelo vasco, el candidato a diputado general de Álava Iñaki Oyarzábal, ya indicó a comienzos del pasado febrero que la eliminación del euskera como exigencia para hacerse con un puesto de funcionario -de “requisito excluyente” pasaría a ser un mérito- será la primera medida a adoptar en caso de hacerse con el bastón de mando del territorio histórico.
El propio Pablo Casado también ha apuntado recientemente en la dirección de relegar el uso de los idiomas cooficiales como el euskera, el catalán y el gallego, aún y siendo competencias transferidas por el Estado. El presidente del PP anunció que el programa de su formación de cara a las generales del 28 de abril incluirá medidas para frenar “barreras identitarias” que, a su juicio, merman “la igualdad de oportunidades entre los españoles”. La normativa que los populares vienen perfilando repercutirá en cuatro ámbitos: las comunicaciones administrativas, las ofertas de empleo públicas, la educación y la señalización urbana. Más polémica generó, si cabe, a mediados del pasado año, cuando en una visita a Navarra proclamó que “el euskara no es el idioma de Navarra”.