barcelona - Más de un año después de la consulta independentista del 1-O, las diferencias entre dos de sus principales artífices, el expresident de la Generalitat Carles Puigdemont y el exvicepresident Oriol Junqueras, se han ido agrandando. Este distanciamiento obedece en gran medida a la diferente situación en que se encuentran: cuando la acción de la Justicia se cernía sobre sus cabezas, Puigdemont se trasladó a Bélgica acompañado de cuatro de sus consellers. Junqueras, en cambio, compareció ante el juez y el 2 de noviembre de 2017 ingresó en prisión provisional, donde permanece.
A escasos días de que comience el juicio por el procés, el líder de ERC recordó ayer este agravio comparativo asegurando que “yo me quedé en Catalunya por sentido de responsabilidad hacia mis ciudadanos”. En una entrevista concedida desde la cárcel al diario francés Le Figaro, explica que no eludió a la Justicia por responsabilidad cívica y ética. “Sócrates, Séneca o Cicerón tuvieron la posibilidad de huir y no la aprovecharon”, agrega, una “responsabilidad cívica y ética” con la que se siente “impresionado”.
Añade que la realidad por la que atraviesan los dirigentes independentistas encarcelados -seis exconsellers, incluyéndole a él mismo, la expresidenta del Parlament Carme Forcadell y los líderes sociales Jordi Sànchez y Jordi Cuixart- tiene un “valor ético”. Según él, ninguno de ellos está entre rejas para convencer a nadie, al tiempo que insiste en que no cometieron “ningún delito”.
En declaraciones realizadas durante una visita a Irlanda, Puigdemont respondió a Junqueras que “todos sabemos donde estábamos y lo que hicimos, yo siempre he dicho que tendré paciencia hasta la sentencia, después cada uno explicará lo que tenga que explicar”. Denunció a su vez “la represión del Estado español, que ha violado todos los principios políticos, democráticos y éticos” manteniendo en prisión a los dirigentes soberanistas.
En las declaraciones publicadas por el rotativo galo, Oriol Junqueras se queja además de que el Tribunal Constitucional, al suspender el referéndum y declararlo ilegal, se atribuyó funciones que “en el marco de la cultura occidental” no le corresponden. Precisamente ayer, el exvicepresident advirtió al alto tribunal de que si no le informa antes del juicio sobre cuándo resolverá su petición de libertad llevará el caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos para evitar un “daño irreparable”. El TC aparcó ayer este debate, por lo que la resolución podría coincidir con el inicio del juicio.
En esta línea, y en el marco de una conferencia celebrada en Barcelona en la que se leyó un texto escrito por Junqueras desde prisión, éste manifestó que espera una sentencia “ejemplarmente dura” del juicio del procés y que por este motivo deposita toda su confianza en la justicia europea, que “contribuirá a hacer caer la injusticia española”.