Barcelona - La ponencia política de la Crida Nacional per la República, el movimiento político que celebró ayer su cónclave fundacional, reivindica el diálogo con el Estado español pero sin descartar la desobediencia para ejercer de forma efectiva la república catalana. Y es que, si la vía del consenso no se produce o no avanza de manera significativa, en ningún caso renunciará “al ejercicio efectivo de la soberanía cuando las condiciones sociales y políticas del país lo permitan”. En la ponencia, que evita mencionar la vía unilateral hacia la independencia, pero defiende buscar la consecución hacia los objetivos del 1-O por “cualquier camino que responda a los principios de la no violencia y a un mandato democrático expresado mayoritariamente en las urnas”, tampoco se aclara el horizonte electoral de la Crida, aunque todos sus principales actores reivindicaron la unidad de las fuerzas independentistas, sobre todo de cara a la municipales en Barcelona. Queda abierto así el escenario europeo y cuál será la relación definitiva en las urnas entre esta plataforma, registrada ya como partido, y el PDeCAT, con quien mantiene serias tensiones, y los efectos que de ello pueda derivarse en el camino que emprenda el PNV en los comicios de mayo.

De los mensajes de ayer se dedujo que la Crida tratará de influir para que haya una lista unitaria de catalanes, su opción favorita, y que tratará de incorporar nombres afines en las listas del PDeCAT. Se desconoce el papel de Puigdemont.

La Crida loa el resultado del 1-O y se fija dos objetivos fundamentales e inmediatos: la libertad y absolución de los presos soberanistas y el regreso de los líderes que están exiliados, así como el referéndum de autodeterminación “efectivo y acordado”. El president Quim Torra avisó de nuevo a Pedro Sánchez de que, si no concreta este último punto, como ya se le requirió, no habrá aprobación de Presupuestos. De hecho, el documento defiende que la desobediencia de los representantes políticos “puede acabar siendo un acción necesaria ante la injusticia de la acción de los poderes del Estado” y la negativa de estos de aceptar el derecho de autodeterminación de Catalunya. También contempla esta desobediencia no solo en los representantes políticos, sino desde la ciudadanía, siempre en términos pacíficos y como “protesta cívica como posible acelerador de una solución democrática al conflicto”.

Además, la Crida quedó constituida con fecha de caducidad: gestada por un contexto de excepcionalidad, se disolverá como movimiento político “una vez conseguida la instauración de la república catalana”. La ponencia también analiza que “la falta de unidad y sobre todo de confianza entre los partidos soberanistas está en el origen” de algunas decisiones estratégicas del proceso soberanista que no han acabado teniendo éxito. “Los beneficios de la unidad electoral no los tenemos que apreciar solo en la obtención de votos el día de las elecciones, que también, sino en la acción política posterior en clave de confrontación democrática con el Estado”, zanja el documento.

torra, a la anc “Solo acepté el cargo de la Generalitat para hacer la república. Que quede claro a todo el mundo. Si llego a creer que no tengo las fuerzas o las capacidades para hacer avanzar este país hacia la independencia, plegaré”. Así se expresó Torra después de que la ANC colgara un vídeo crítico con el Govern tildándolo de “autonomista”. “Podemos hacerlo mejor o peor, pero nos estamos dejando la piel”, espetó. “Estad preparados porque este es el año de la unidad, la libertad y la república”, enfatizó. Así, instó a todos los candidatos independentistas en Barcelona a que se unan en una plancha: “Siéntese, hable”, dijo dirigiéndose al exconseller Joaquim Forn; Ferran Mascarell; Ernest Maragall y a Jordi Graupera. Pidió la misma unidad para las elecciones europeas, pero sin concretar bajo qué formulación. “Tenemos que sacar más del 50%”.

Por su parte, Puigdemont, el impulsor de la Crida, aclamado por todos los asistentes compareció mediante videoconferencia y señaló que “todos los que crean que tenemos que ir juntos y unidos, este es su espacio político”. A su juicio, en la Crida caben todas las ideologías que quieran vencer “a un Estado autoritario”, avisando de que si se renuncia a la actitud que él demanda, “habrá mucho más dolor, miedo y represión”. “Hemos venido para asegurar que el camino del 1-O lo terminaremos y nos llevará a tener un Estado, con el que tenemos derecho a soñar. No tenemos derecho a rendirnos”, zanjó.

Jordi Sànchez, presidente. El exlíder de la ANC Jordi Sànchez, en prisión preventiva en Lledoners y pendiente del juicio del 1-O, fue elegido ayer presidente de la Crida y tendrá a Antoni Morral como secretario general. En la votación de los dos principales cargos recabaron 2.417 votos, mientras que la candidatura alternativa del abogado Jordi Ferrés y el escritor Oriol Izquierdo -que habían pedido el voto para sus rivales- obtuvo 115 apoyos. En la votación de los 19 nombres, las conselleras Laura Borràs y Elsa Artadi fueron las más votadas -con 2.237 y 2.222 apoyos, respectivamente-, seguidas de Gemma Geis, Pilar Calvo, Marina Geli, Pep Andreu, Ferran Mascarell, Albert Batet, Damià Calvet y Maria do Carmo Marques-Pinto, los diez con más respaldos. Sànchez pidió extender el “clamor imprescindible de la unidad” desde la Crida para conseguir la república catalana.