MADRID - Pedro Sánchez realizó el balance de su gestión tras siete meses en La Moncloa en tono triunfalista y obviando la debilidad de su Gobierno, que se enfrentará nada más comenzar el año al difícil trámite de aprobar los Presupuestos. Así, Sánchez sacó pecho de las medidas económicas y sociales que ha desarrollado en su breve mandato -“España ha cambiado a mejor”- y presumió de su apuesta por el diálogo con la Generalitat. Sin embargo, no aclaró si se decantará por un adelanto electoral en caso de que no logre sacar adelante las Cuentas en el Congreso en enero.

En este sentido, el presidente del Ejecutivo español sí advirtió de que su intención sigue siendo aguantar hasta 2020 y culminar su mandato, pero no quiso entrar en la hipótesis de que su proyecto presupuestario, acordado con Unidos Podemos, sea tumbado en la Cámara Baja. “El Gobierno va a trabajar para aprobar los Presupuestos”, se limitó a decir. Sánchez destacó además la importancia de la estabilidad institucional frente al “desorden” que a su juicio propicia la oposición.

Otro de los puntos importantes que trató el jefe del Ejecutivo en el tradicional balance del año fue el de las políticas desarrolladas en Catalunya, donde cree que se va a pasar de la “mera voluntad de diálogo al diálogo real”. Sánchez se refirió también a la propuesta de 21 puntos de negociación que le presentó Quim Torra la pasada semana, cuyo contenido se desconoce, y reveló que no la tendrá en cuenta, llegando a calificarla de “monólogo”. Frente a la actitud de Torra, el presidente socialista apostó por alcanzar “grandes acuerdos” dentro de la ley en la sociedad catalana, que permitan ir apagando el conflicto existente.

Por otra parte, Sánchez expresó que el diálogo también más complicado con el líder de la oposición, Pablo Casado, a quien acusa de llevar al PP a posturas radicales que han acabado en un pacto con Vox en Andalucía. En este sentido, aseguró que está dispuesto a utilizar “todos los instrumentos del Estado” si el próximo Gobierno andaluz “recorta derechos y libertades”, en referencia a las reclamaciones de la formación de Santiago Abascal de derogar la ley de violencia de género.

Frente al proyecto de las derechas en Andalucía, Pedro Sánchez reivindicó su gestión de Gobierno “progresista, europeísta, feminista y ecologista”, que cree que ha supuesto un “revulsivo regenerador” en el Estado. “En siete meses el Gobierno ha hecho más por los asuntos que preocupan a los ciudadanos que el anterior en siete años”, aseguró.

Por otra parte, Sánchez reivindicó su Ejecutivo como “constitucional”, pero con una “mirada amplia, y no estrecha” de la Carta Magna, “que no es patrimonio de ninguna ideología ni partido, sino de todos los hombres y mujeres”. Además, volvió a prometer que próximamente acometerá dos reformas de la Constitución, para limitar aforamientos y retirar del texto la palabra “disminuido”.

situación “catastrófica” Por su parte, Pablo Casado respondió al balance realizado por Pedro Sánchez y calificó de “catastrófica” la estampa que han dejado los primeros meses del Gobierno socialista. A juicio del líder del PP, el presidente está repitiendo los mismos errores que José Luis Rodríguez Zapatero, que condujeron “a una crisis institucional y territorial gravísima”. En un acto en Logroño, Casado lamentó que Sánchez trate de “destruir” lo realizado por Mariano Rajoy, y le recriminó su “gran irresponsabilidad” al intentar pactar los Presupuestos Generales del Estado “con aquellos que quieren destruirlo”.