barcelona - Jordi Sànchez, presidente del grupo parlamentario de JxCat y en huelga de hambre en la cárcel de Lledoners junto a otros tres compañeros, pidió ayer a Quim Torra, al vicepresident Pere Aragonés y a la portavoz Elsa Artadi que “creen las condiciones para facilitar una reunión con una delegación del Gobierno español” el próximo viernes sobre la base de que “el diálogo nunca puede ser considerado como una expresión de debilidad, como una pérdida de tiempo, y menos aún como una traición a no se sabe qué principios y lealtades”. En una carta a Catalunya Ràdio, el expresidente de la ANC estima que el encuentro debe servir para poner encima de la mesa todas aquellas cuestiones “que hoy distorsionan y bloquean la vida política y social”. Postura que se defiende también desde ERC y su líder Oriol Junqueras. También la principal patronal de empresarios insta a que este cónclave sea posible. De hecho, el jueves celebran una cena a la que Pedro Sánchez no tiene decidido si asistir, y a la que sí acudirán al menos algunos de los ministros económicos de su gobierno. Torra espera la ausencia del presidente español porque ello conllevaría verse las caras incluso antes de que pudieran hacerlo el viernes.
Entre tanto para Jordi Sànchez, deberían abordarse “los derechos y libertades democráticas, la solución acordada de un referéndum sobre el futuro territorial de España y Catalunya y posibles mejoras sociales”. “Solo los que se siente débiles rehúyen cualquier oportunidad de diálogo, y por esto habrá que esperar que Pedro Sánchez y los miembros de su gabinete no rehúyan la oportunidad del encuentro”, piensa Sànchez, quien censura a su vez que si esta cita entre representantes de los dos ejecutivos se hubiera producido hace semanas, ahora mismo no existiría “la tensión y hostilidad política que se vive en la política española y, de rebote, en la política catalana”. Afea al presidente español que es un “grave error” celebrar una reunión del Consejo de Ministros en Barcelona sin haber buscado antes, a su juicio, una aproximación previa al consenso. “Pero precisamente esta tensión hace más necesario que nunca el esfuerzo para concretar un encuentro entre los dos ejecutivos”, concluye Sànchez, que reclama que toda movilización contra el Consejo de Ministros sea pacífica, como la ANC y Òmnium.