MADRID - Pedro Sánchez se encuentra en una encrucijada. Por un lado, intenta proyectar imagen de firmeza ante la escalada de tensión en Catalunya, pero a la vez se ve obligado a mantener en pie los puentes con las formaciones independentistas, cuyo respaldo le es indispensable para mantenerse en La Moncloa. En este dilema, aseguró ayer en el Congreso que será “firme y contundente” con Quim Torra si este rebasa la ley, pero negó que sea necesario aplicar el artículo 155 y evitó concretar medidas de intervención de la autonomía.
En el pleno que analizó la situación en Catalunya, Sánchez endureció su discurso contra la Generalitat, pero no cayó en la tentación del 155, cuya inmediata aplicación le exigen insistentemente PP y Ciudadanos. El presidente se dirigió a Quim Torra y le acusó de emplear una “retórica inflamatoria inaceptable” por su defensa de la vía eslovena. “Denota un desconocimiento de la historia, una manipulación inaceptable y la desesperación de quien no tiene ya ningún argumento más que la mentira para sostener sus posiciones políticas”, argumentó. En ese contexto, recordó al Govern que la única vía posible en Catalunya es la constitucional, por lo que todo lo que se sitúe fuera de ella “contará con la respuesta firme, serena, proporcional y contundente” del Estado. Además, comparó a los independentistas con los defensores del brexit, ya que a su juicio comparten retóricas con “agravios inventados y magnificados por la manipulación”.
Así, mientras la tensión institucional se recrudece entre el Estado y Catalunya, se acerca la fecha del Consejo de Ministros en Barcelona, el 21 de diciembre, clave para el futuro del Ejecutivo. Entretanto, la mayoría que posibilitó la moción de censura resulta más difusa cada día, más si cabe tras la polémica por la actuación de los Mossos ante las acciones de los CDR, y el bloqueo por los independentistas de unos Presupuestos cuya aprobación parece inalcanzable. Es esa mayoría en el Congreso la que intentan salvar in extremis Podemos y el PNV, temerosos de un adelanto electoral que podría desembocar en una mayoría de derechas con la irrupción de Vox. Por ello, Pablo Iglesias apeló a sacar adelante los Presupuestos y completar la legislatura. “Hagamos todos lo que tenemos que hacer para que los que utilizan las instituciones y las leyes como piedra que arrojar no vuelvan a traer la corrupción y la mentira al Gobierno”, pidió.
Por su parte, el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, exigió a Sánchez que ofrezca “propuestas concretas” para frenar las posiciones “intransigentes” que a su juicio mantienen sectores del independentismo. ERC y PDeCAT se mostraron críticos con el Gobierno, pero tendieron una mano para alargar la legislatura. El republicano Gabriel Rufián ofreció “ayuda” a Sánchez para evitar que “los tres jinetes del apocalipsis ultra -Casado, Rivera y Abascal- lleguen a las puertas de la Moncloa”. Finalmente, el diputado del PDeCAT, Carles Campuzano, pidió “retornar al espíritu de la moción de censura” para evitar la hegemonía de las derechas”. - DNA
Golpistas vs fascistas. El pleno de ayer en el Congreso se volvió a caracterizar por otro cruce de acusaciones entre los representantes de Ciudadanos y de Esquerra. Como ya ocurrió hace días, Albert Rivera se refirió en su intervención a los independentistas catalanes como “golpistas”, a lo que el portavoz de ERC, Joan Tardà, contestó llamando “fascistas” a los diputados de la formación naranja y al propio Rivera. “De nuevo vamos a ejercer un acto de autodefensa democrática: es usted un fascista”, le espetó Tardà. Ambas alusiones fueron eliminadas del cuaderno de sesiones.
Satisfacción. El Gobierno se da por satisfecho con la respuesta de la Generalitat a las cartas que envió el lunes, en las que se pedían explicaciones y se exigía que los Mossos evitaran incidentes como los protagonizados por los CDR. La vicepresidenta del Congreso, Carmen Calvo, recordó que “el Gobierno de la Generalitat, a resulta de los dos requerimientos enviados y una petición de explicaciones” ha “garantizado la seguridad y la actuación de los cuerpos de seguridad que dependen de ellos, que son los Mossos d’Esquadra”.